Martiniano Molina desmantela el programa Envión, que ayudaba a más de 900 niños y adolescentes

Martiniano Molina desmantela el programa Envión, que ayudaba a más de 900 niños y adolescentes

Martiniano Molina desmantela el programa Envión, que ayudaba a más de 900 niños y adolescentes.Martiniano Molina desmantela el programa Envión, que ayudaba a más de 900 niños y adolescentes.Martiniano Molina desmantela el programa Envión, que ayudaba a más de 900 niños y adolescentes.

En un acto llevado a cabo en el Centro de Integración Comunitaria Santo Domingo de Bernal en junio del 2016, poco menos de dos años atrás, el intendente de Quilmes Martiniano Molina, anunció que su secretaría de Desarrollo Social articularía con el programa Envión, perteneciente a la órbita del ministerio de Desarrollo Social de la provincia de Buenos Aires.

Acorde a sus propias palabras, el programa de responsabilidad social tenía el objetivo de promover la integración social de adolescentes y jóvenes de entre 12 y 21 años que se encuentran en situación de vulnerabilidad social, respondiendo a cuatro ejes: educación, promoción de las herramientas laborales, salud e integración.

El programa contrató un equipo de 90 personas entre profesionales, tutores y referentes, con el objetivo de guiar y hacer un seguimiento de los participantes. Al poco tiempo, se habían inaugurado seis sedes y se estaba asistiendo a unos 900 jóvenes del distrito que dirige Martiniano Molina.

A finales del 2017 todo cambió. El intendente de Quilmes anunció que llevaría a cabo una drástica reducción del gasto público. Incurrió, durante el anuncio, en una cruel picardía criolla: aseguró que solo se desprendería de cargos políticos de alto rango, personas económicamente hechas y que no se verían perjudicadas en la pérdida de los cargos.

Haciendo caso omiso de sus propias promesas, Molina despidió a más de mil personas pertenecientes a la base de la escala salarial, la mayoría de ellos personal de salud de nosocomios de la zona de Francisco Solano, una de las más vulnerables de Quilmes.

No contento con ello, continuó con un feroz avance sobre el desmantelamiento del programa Envión. Así, mientras los trabajadores se encontraban reclamando la incorporación de los mil despedidos en el sector de salud, recibieron un telegrama de despedido también los que pertenecían a dicha iniciativa.

Acorde a los propios trabajadores, Molina envió a dos “mensajeros”, Cristián Manenti y Adrián Orsetti, a comunicar la noticia. Mientras Manenti anunciaba a los gritos que “el trabajo llegó hasta acá, se terminó”, Orsetti sonreía y les decía a los trabajadores, con absoluta frialdad, que “si no te gustaba este contrato, no lo hubieras firmado”.

Los despedidos, indignados, respondieron que “los contratos eran penosos, sumamente precarios, pero que firmamos igual, incluso poniendo nuestros cuerpos en riesgo, porque no tuvimos ningún tipo de seguridad. Así y todo firmamos porque es trabajo y lo necesitamos”.

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