En un comunicado de prensa, el gremio dijo que la marcha a la Superintendencia, ubicada a pocos metros de la Plaza de Mayo, es por “este ataque directo al sistema de salud de los trabajadores, quienes estamos siendo rehenes de una actitud déspota y represiva, que solo termina dañando la parte más sensible, que es la familia de los compañeros”.

El indicó que “a esta situación” se debe sumar “la supuesta solidaridad que se invoca a las obras sociales, por la que deben dar prestaciones a monotributistas y planes sociales, usando dos veces el dinero aportado por los trabajadores en relación de dependencia”.

Por otra parte, Moyano se mostró muy enojado por un informe de la Procuraduría Adjunta de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac), en el que se acusa a Moyano, a su hijo Pablo y a su esposa, Liliana Esther Zulet, por “haber transferido más de 570 millones de pesos” del sindicato a cuentas familiares, según publicó el diario Tiempo Argentino.

“Es puro humo, como no pudieron encontrar nada que esté mal hecho, ahora lo trajeron a la luz porque es una medida pre electoral. Tiene menos credibilidad que Barreda hablando de los derechos de la familia”, sentenció por Radio América.

El líder del Gremio de Camioneros también manifestó que se trata de una investigación de “hace 7 años” y remarcó que “ahora empezaron a levantarla” porque “esas son las medidas electorales que se toman”, tras la derrota del kirchnerismo en las primarias en los principales distritos.

Moyano apuntó directamente al Gobierno por esta denuncia al afirmar que salieron publicadas “en diarios oficialistas” y sentenció “que estás son las medidas que toma el Gobierno y que van en su contra”.

“Yo duermo sin frazada. Si estuviera caliente, nervioso, le estaría chupando las medias a algún funcionario. Me van a decir de todo menos que me vieron robando o de la mano con un ’trava’”, enfatizó.