El rol de los nuevos dirigentes y los desafíos futuros que debe encarar el sindicalismo

El rol de los nuevos dirigentes y los desafíos futuros que debe encarar el sindicalismo

A una semana de conmemorarse el 17 de octubre podemos concluir que esa jornada marcó un acontecimiento sumamente importante. Sobre todo en los tiempos que está viviendo el movimiento obrero y la sociedad argentina en general en cuanto al contexto político y, mas aun, económico.

Por: Christian López, Secretario General de SUTCA.

Lo que se vivió el pasado 17 de octubre de alguna manera reflejó lo que está ocurriendo tanto en la sociedad como en el sindicalismo. Algunos medios han tratado de instalar algún tipo de fractura en el movimiento obrero, debido a que no se logró congeniar un solo gran acto por el día de la lealtad. Sin embargo y pese a que lo intenten promocionar como un hecho novedoso, esos medios no tiene en cuenta que la historia fue siempre igual, que fueron pocas las veces que en nuestro país hubo una gran unidad al respecto. Sin dudas, en esos lapsos históricos cuando los trabajadores demostraron esa tan mentada unidad, lograron una fortaleza inigualable.

El ultimo 17 de octubre también se dio en el marco de una nueva bisagra. Los que venimos militando desde hace mucho tiempo en el sindicalismo y en el peronismo, con compañeros que representan el recambio generacional que necesita el movimiento obrero, estamos dando la discusión para dentro, la discusión cultural de la nueva visión del sindicalismo de estar más cerca de la gente y lo que se está evidenciando durante  el último tiempo es justamente eso:  sectores que creen que al movimiento obrero se lo conduce desde un discurso dentro de una oficina,  y sectores que creemos que la forma es estando cerca de la gente, recuperando la calle, la mística y entendiendo que los tiempos que están corriendo son diferentes a épocas anteriores.

A los dirigentes que hacen décadas están en el sindicalismo sin duda se los respeta debido a su historia, una historia construida en momentos muy difíciles donde incluso defender la lucha obrera significaba perder la libertad o la vida. Aun así, el mundo de hoy está evolucionando rápidamente, los contextos históricos han cambiado y los nuevos dirigentes debemos ser tenidos en cuenta y escuchados. Hemos logrado desde las bases construir un nuevo formato, una coyuntura diferente, una marca y hoy somos parte de los actos y los eventos políticos mas importantes construyendo desde abajo. Estamos convencidos que esa famosa discusión del cambio y trasvasamiento generacional y lo que se está dando, hará que las generaciones nuestras sean mucho más críticas y mucho más profundas a la hora de plantear una discusión.

Los formatos están cambiando, tanto en el plano sindical como inclusive en la misma comunicación hacia afuera: hoy la información se distribuye a través de medios digitales, han cambiado los canales convencionales y hegemónicos del pasado y se han sustituido por la comunicación en las redes sociales, esa herramienta sin costo y casi gratuita debe ser usada al máximo para informar lo que hacemos todos los dirigentes y todos los gremios por y para la gente, en cuestiones de salud, de gestión, en el mutualismo, en la capacitación, en demostrar que el movimiento obrero sigue siendo esa herramienta y ese único sector que sigue fomentando la cultura del trabajo, que trata de saldar esa deuda pendiente de otras generaciones que han permitido que muchos compañeros se quedaran sin su fuente  laboral y que hoy su único medio de subsistencia sean los planes sociales.

Hoy, las nuevas generaciones de dirigentes tenemos un gran desafío por delante, poniendo la cara al pueblo con la autocrítica suficiente de decir que es lo que falló, que es lo que está faltando, sin ser obsecuentes y con la capacidad de señalarle los errores a cualquier gobierno, aunque sea nuestro. Si criticamos a la derecha también tenemos que hacer una autocrítica cuando los gobiernos propios no responden o se desvían del legado de la justicia social que nos dejó el General Perón .

Nuestras generaciones estamos cada vez mas ilusionados de cumplir ese sueño de otros dirigentes: que en algún momento podamos dar la discusión real de llevar un presidente y un líder político que venga del extracto sindical y del movimiento obrero. Estamos convencidos que el sindicalismo en Argentina tiene un rol preponderante y un potencial enorme para terminar con todos estos proyectos y esas recetas que al día de hoy lamentablemente han fracasado.

Al final del análisis, podemos decir que la Argentina hoy está como está porque de alguna manera, y con excepciones, el arco político ha perdido esa vocación por hacer política como lo fue en otro momento. Hoy por hoy, quedan muy pocos dirigentes políticos, pareciera que se han extinguido esos animales políticos aguerridos de antaño que realmente quieran instalar un nuevo proyecto superador para el bienestar del pueblo. Entendemos también que tampoco depende de un solo hombre o mujer, si no de un gran equipo y hoy tenemos una generación intermedia que quiere empezar a soñar con eso y dar la pelea para que haya un esquema real dónde se plasme esa igualdad que queremos para tener una sociedad más justa, libre y soberana.

Nuestra responsabilidad generacional tiene que ir buscando ese nuevo rumbo y sin tenerle miedo los nuevos desafíos: querer ser dirigente conlleva mucha responsabilidad. Tenemos bien asumido que nos van a querer atacar siempre, gobiernos propios o extraños, pero tenemos que  respetar la historia del movimiento obrero, a los compañeros desaparecidos. De alguna manera u otra la derecha oligarca quiere exterminar al peronismo y actualmente nadie mas que el sindicalismo argentino es sin dudas la síntesis del legado de Perón. Lo importante y la esencia que nos debió dejar este último 17 de octubre debe ser una sola: la lealtad para con el pueblo trabajador.

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