¿Marcar tarjeta ya fue? Actualmente, las nuevas relaciones laborales se están inclinando por modalidades híbridas de trabajo, mixturando la presencialidad con el home office o apostando directamente por el trabajo remoto.

Se logra así una suerte de globalización, que algunos sectores ven con buenos ojos ya que les permite trabajar para otros países y cobrar en dólares.

Además aparece la posibilidad de tener varios trabajos -si esta es una ventaja o el síntoma de un problema, o ambas cosas, es otro tema- sin tener que estar trasladándose de un punto a otro, y aprovechando ese tiempo para ser más productivos.

Son muchas las plataformas digitales en las que se puede cargar el CV en busca de este tipo de empleos. La más antigua y más conocida es LinkedIn, pero existen otras alternativas como Workana, Freelancer, Fiverr, Up Work, Flex Job, We Remoto, de un larga lista de etcéteras. Entre las locales se siguen encontrando ZonaJobs y Bumeran.

La mayor demanda se encuentra entre los empleos digitales, tales como community managers, diseño digital, creadores de contenidos, content planner, etc.

Es por eso que todos estos sitios cuentan con miles de millones de usuarios activos con sus CV cargados, buscando un trabajo remoto.

El Foro Económico Mundial realizó un estudio en el que encontraron que 8 de cada 10 trabajadores (el 84%, precisamente) planea expandir el trabajo remoto y el 30% de los empleadores tiene la intención de contratar freelancers como parte de una estrategia de transformación laboral o empresarial.

En la Argentina, idas y vueltas

En la Argentina, durante la pandemia se dio un fuerte crecimiento del home office. Muchas empresas debieron adaptarse a los tiempos que corrían y permitir a sus empleados trabajar desde sus hogares.

El Estado incluso debió intervenir regulando esta nueva actividad y forzando a algunos empleadores a respetar derechos que, con la posibilidad de trabajar desde casa y estar siempre conectados, empezaban a flaquear en la asimetría de la relación laboral.

Así, se legislaron aspectos que si bien hoy son puestos en entredicho por las ideas del actual gobierno respecto del mundo laboral, en aquel momento -no hace tanto- se consideraron de sentido común.

Por caso, se le dio un marco legal a la obligacion de respetar un horario específico para la realización de las tareas laborales, por más que no se llevaran a cabo dentro del espacio físico de la empresa.

También, que en situaciones determinadas, de trabajo remoto realizado con regularidad, que la empresa deba facilitarle las herramientas de trabajo -computadora, teléfono, silla- y abonar una parte de la factura de Internet del empleado.

Golondrinas del trabajo remoto

En una época se les llamaba “trabajadores golondrinas” a los empleados rurales temporarios que iban a un campo para trabajar solo por una temporada.

Las nuevas generaciones se encuentran con el aggiornamiento de esa modalidad de empleo, adaptado a los tiempos que corren junto con la tecnología disponible.

Viajar y trabajar en espacios de coworking, una tendencia que crece en el mundo.

Los nómades digitales son también una nueva realidad que logra instalarse cada vez más en el mundo, más allá de que las particularidades actuales de la Argentina hacen que no sea una opción sencilla-ni siquiera viable- para quienes están atados al mercado laboral local.

A la inversa, la Argentina sí resulta atractiva para extranjeros que optan por esta modalidad.

El mecanismo consiste simplemente en viajar, visitando las principales ciudades de cada país y realizando trabajó remoto.

Muchas personas incluso vuelcan sus experiencias en páginas cómo www.nomadlist.com para ayudar a otros con referencias que resulten útiles para la estadía.

En 2023, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires fue elegida como una de las mejores en la región, debido a lo económico que resulta pasar unos días si es que se viene con dólares, pero también a otros factores.

De Buenos Aires se remarca la gastronomía, las actividades culturales, el acceso a un sistema de salud de calidad, los lugares desde donde trabajar, la libertad de expresión e incluso lo amables que son los porteños.

Pero como no todo lo que brilla es oro, las puntuaciones negativas están referidas a la mala conexión al wifi libre, el bajo nivel de habla inglesa y la inseguridad.