Cervecería Nacional (CN) con más de 55 años de historia, fue propiedad de SABMiller, adquirida luego por AB InBev en diciembre de 2016.

Hoy cerca de 200 empleados fueron cesados. Según la compañía “las desvinculaciones del personal han sido realizadas en estricto cumplimiento de las leyes laborales panameñas, garantizando todos los derechos y prestaciones”. Asimismo, la transnacional “reafirmó su compromiso con el país, donde mantiene más de mil empleos activos”, destacando “su contribución al desarrollo económico y social de Panamá mediante programas e iniciativas de responsabilidad social corporativa”.

El cinismo y la desfachatez no tienen límites, cuando AB InBev comunica a la opinión pública, que cumplió con la legislación laboral y que su compromiso es la prosperidad del país y su gente.

La transnacional desde hace años intenta disminuir su plantilla, tercerizar operaciones, violentando leyes y convenios firmados con los sindicatos.

Esta situación se suma a la lucha que llevan adelante USTIAM y SINALTRAINBEC en Colombia, donde el proceso de negociación directa de un nuevo convenio no avanzó en virtud de la intransigencia de AB InBev.

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