Policías en acción para lograr su propio sindicato en la Provincia

El reclamo por los aguinaldos animó a los uniformados a manifestarse por mejores condiciones de trabajo. En la provincia dos gremios buscan en la Justicia la personería gremial que el Ministerio de Trabajo de Nación les niega. Aparato represivo del Estado
Ese miércoles, entre los manifestantes, una centena de personas, algunas con mascaras similares a la de Guy Fawkes -el conspirador católico que intentó explotar el Parlamento inglés- se confundieron con el resto de los trabajadores estatales que exigían el pago del aguinaldo en tiempo y forma frente a la Gobernación. Sin armas ni uniformes, policías de la provincia de Buenos Aires se animaron a reclamar al Gobierno que los emplea mejores condiciones de trabajo bajo las banderas de una organización que pretende desde hace años conseguir que la reconozcan como un sindicato.

Unos metros más adelante, tras las rejas que protegen el edificio de la gobernación provincial, cientos de efectivos policiales ?con armas y uniforme- custodiaban la manifestación y vigilaban que no haya desmanes. Otra circunstancia, quizás, los hubiera obligado a ?trabajar?.

Un agente del cuerpo de infantería agradeció a los tiempos que corren y el lugar que le tocó en la manifestación. Venía de hacer horas Cores (extras), había estado custodiando un comercio y acumulaba varias horas sin dormir. Ese día no uso el escudo ni la tonfa.

?¿Qué opinás de los que están reclamando allá?- indagó LA CAPITAL.

?Que tienen razón.

En los últimos meses el movimiento sindical cobró fuerza y ganó espacio después de una protesta en el cuartel de infantería de La Plata, donde policías y familiares reclamaron por el derecho a la defensa en Asuntos Internos de los policías cesanteados luego de los incidentes con manifestantes de La Cámpora dentro de la Legislatura provincial, en la re-asunción del gobernador Daniel Scioli. Pero el debate por la sindicalización de los trabajadores de las fuerzas policiales viene de larga data. Allá por 1991, el Movimiento al Socialismo (el MAS) fue el primer sector político que planteó la sindicalización, recuerda el diputado provincial de Nuevo Encuentro, Marcelo Saín. ?Fueron los primeros, aunque en un contexto equivocado porque pensaron que la parada de manos contra (el ministro de Gobierno, Luis) Brunati era algo a favor de la agremiación?. Brunati, al frente de la Bonaerense, es recordado por intentar reformar la fuerza, realizar las primeras purgas y denunciar la corrupción de los comisarios.

La oposición

Es por esas prácticas que algunos sectores, como la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi), se oponen a que la ?corporación? o ?familia? policial tengan su sindicato. María del Carmen Verdú, abogada de ese espacio alerta del ?peligro que significa para la clase trabajadora la sindicalización policial?.

Para Correpi ?la fuerza represiva encuentra su razón de ser en los negocios ilegales que le permite el Estado y en la represión a la clase trabajadora, a la cual no pertenecen los uniformados. ?La naturaleza de su función lo coloca por fuera. Disciplinar a la clase trabajadora, constituirse en el brazo ejecutor del control social del Estado es el ?trabajo´. El hecho de que la fuerza tenga una numerosa composición de clase, de la misma a la que reprimen, no los vuelve solidarios, sino todo lo contrario. El odio y el resentimiento que tienen de no ser rubios empresarios o prósperos comisarios, lo vuelcan sobre sus pares casi en venganza contra lo que son y no quieren ser?.

La postura del Estado

Lo llamativo es que el Estado prohíbe la sindicalización de los policías con un argumento similar, en tanto sostiene que ?la fuerza policial no es independiente del Estado? porque ?lo representa y lo integra por cuanto es depositaria exclusiva del monopolio de la fuerza pública y garante de su seguridad interna?. En ese sentido sostiene que los trabajadores policiales tienen funciones que se estructuran en base al ejercicio de mando y la disciplina, que son obstáculo para la organización gremial porque ?la jerarquización contradice el principio de democracia sindical? que es esencial para el reconocimiento de un gremio.

Con este argumento en el Ministerio de Trabajo de la Nación hay pedidos rechazados desde varias provincias para inscribir organizaciones gremiales bajo la Ley de Asociaciones Profesionales, como el resto de los sindicatos. En la provincia el Sindicato Policial Buenos Aires hizo la solicitud hace 14 años y hoy la resolución se dirime en la Corte de Justicia de la Nación. En el 2001 hizo el intento la Asociación Profesional de Policías (APROPOBA) que también fue rechazado por el Gobierno y la Justicia.

"Democratizarla, horizontalizarla"

Para Hugo Cañón, co-presidente de la Comisión por la Memoria de la provincia de Buenos Aires, ?la policía no puede ser visualizada desde un paradigma de una fuerza opresora, sino hay que tratar de democratizarla, horizontalizarla, tener mayores controles para visualizar las ordenes que se imparten y que no haya acatamientos ciegos como significa la obediencia debida?.

El ex fiscal federal de Bahía Blanca añade que ?para romper con el esquema y paradigma que tenemos de una policía represiva, autoritaria, de control social, que responde a intereses sectoriales lo que hay que hacer es democratizarla desde varios ángulos y uno de ellos es la sindicalización?.

Tanto Saín -ex vice ministro de Seguridad bonaerense, interventor de la Policía Aeroportuaria y asesor de Nilda Garré-, como el Comisario General Guillermo Britos, de Unión Celeste y Blanco, obtuvieron un lugar en la Cámara de Diputados bonaerense en tiempos donde el progresismo y la derecha llevaron a las urnas el reclamo por mayor seguridad.

El de Nuevo Encuentro elabora un proyecto de Ley de Trabajo Policial, una suerte de Estatuto provincial como los que rigen a los docentes o a los médicos en las escuelas y los hospitales provinciales. En ese texto ?el derecho a la agremiación es un capítulo más?, advierte. El proyecto intentará responder a tres problemáticas: Primera, la precarización laboral de los estratos más bajos del escalafón ?con salarios tan exiguo que los obliga al doble empleo?; segunda, el deterioro de las condiciones de trabajo en los establecimientos, la provisión de herramientas de protección como chalecos antibalas y una reglamentación para la extensión de la carga horaria; y tercera, la cuestión de la capacitación y actualización de las problemáticas sociales que el policía debe atender. ?El corolario de estos problemas es la ausencia del derecho a la agremiación, a elegir democráticamente y a poder ejercer el derecho de la negociación colectiva con la patronal?, sostiene Saín.

El proyecto de Britos

Britos -según adelantó a LA CAPITAL- presentará un proyecto en el que plantea la extensión de la Policía Municipal a todos lo municipios que incluye la creación de la figura del Defensor de la Policía. ?Como un paso intermedio a lo que en el futuro sea la sindicalización?, considera. ?Es muy difícil pasar del sistema actual directamente al sindicato pero vamos a pelear para que se llegue a eso?, advierte. ?La policía no es el transporte, tiene que brindar seguridad y no puede hacer paro. Imaginate que no haya recorridas, que no haya policías en los bancos, en los centros comerciales y no se recorran los barrios ¡Dios nos salve de lo que pueda ocurrir!?.

La postura de Reynoso

La Defensoría ya existe en la Policía Aeroportuaria a instancias de Saín y la propuesta de Britos no caería muy bien en las organizaciones que buscan el sindicato. ?No somos disminuidos mentales, nosotros estamos capacitados para defendernos, lo que tengo que tener son mis derechos ?, se ofende ante la consulta Miguel Ángel Reynoso, el secretario general de la Asociación Profesional de Policías de la Provincia de Buenos Aires (APROPOBA), que sin embargo trabaja con Britos en algunos proyectos.

Reynoso es Comisario Inspector retirado y vive en Mar del Plata. Cuando le faltaban 10 días para ascender a Comisario Mayor la gestión de León Arsalanián lo obligó a tomar el retiro voluntario a los 48 años de edad. Orgullosos de su formación en la Escuela de las Américas y de sus cursos de conducción superior en la Policía de Nueva York sostiene que a los policías ?no pueden detenerlos por cualquier sospecha? como al agente acusado de haberle pegado un tiro en la nuca a un delincuente en el barrio Santa Rita. ?Por eso hace falta un sindicato? apunta y considera que el gremio debe seguir teniendo una cierta verticalidad ?porque nadie los va a defender mejor que alguien que conozca de leyes y de trámites?.

Hace unos cinco o seis años, recuerda el dirigente de APROPOBA, desde las centrales sindicales ?se nos llegó a decir que no podíamos ir juntos porque nosotros éramos el enemigo natural. Ahora han entendido que no es así. No solo no somos el enemigo sino que padecemos del mismo mal. Y si ellos a nosotros nos toman como camaradas, compañeros trabajadores van a evitar las represiones porque el policía también siente que el Gobierno los manda a poner la cara?.

La postura del SIPOBA

En SIPOBA, en cambio, por ahora no tuvieron ese rechazo del arco sindical. Nicolás Masi, secretario general de esa agrupación, que convocó a movilizar sin uniformes ni armas en reclamo del pago del aguinaldo e intentó avanzar con llamado a cortar con las horas extras, tiene el acompañamiento de la CTA que conduce Pablo Micheli. Masi era Oficial Principal cuando fue cesanteado en 1992 por organizar la asamblea que derivó en la constitución de SIPOBA. Tenía 39 años y perdió la carrera que lo podría haber llevado a codearse con los cargos jerárquicos. En 1997 denunció que el Ministerio le armó una causa penal a instancias del comisario Hermes Acuña que ordenó detenerlo. Cuando estaba repartiendo volantes lo acusaron de resistencia a la autoridad y todo derivó en su separación de la fuerza. Más adelante, cuando la Alianza se enfrentó al peronismo simpatizó con el Frente el Grande y de ahí forjó relación con varios espacios sindicales.

SIPOBA se nutrió estos últimos meses con varios agentes jóvenes que reimpulsaron la idea de conformar el sindicato. El clamor por el pago del aguinaldo en tiempo y forma resultó un empujón que los animó a salir a la calle junto con el resto de los gremios estatales y despabilar el debate.

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