La producción industrial cayó 4,8% entre diciembre y enero

La producción industrial cayó 4,8% entre diciembre y enero

FIEL registró una baja mensual de 0,9% durante enero en la actividad fabril, que se sumó a la de 4% en diciembre. Prevén que la dinámica continuará en caída, principalmente para los mercadointernistas. Para la UTDT el futuro de la actividad económica empeoró en enero y solo hay 0,2% de chances de salir de la recesión en los próximos meses

Por Mariano Cuparo Ortiz.

La actividad industrial profundizó su caída durante enero y redondeó una baja de la producción de 4,8% en el bimestre diciembre-enero, según las mediciones de FIEL. Las proyecciones, además, apuntan a que no haya una reversión en el corto plazo de la dinámica de contracción fabril. El mercado interno en baja por la contracción del poder adquisitivo de los ingresos fijos, tras la devaluación y el pico inflacionario histórico del mencionado diciembre-enero, promete fuertes caídas en la producción de sectores mercadointernistas como textiles, calzado, durables y electrodomésticos. Los exportadores aparecen con algunas chances de más resiliencia.

Durante enero la industria continuó en baja y marcó una contracción de 0,9% en la producción fabril. Ya había caído 4% durante diciembre, cuando el pico inflacionario histórico de 25,5% llevó a una contracción del salario registrado de 13,1% real, según los datos publicados por el Indec. La extraordinaria baja del poder adquisitivo impactó en el consumo y, por ende, afectó a la producción.

Desde FIEL remarcaron: “En términos desestacionalizados, la producción industrial del mes cayó 0.9% respecto a diciembre, encadenando dos meses en retroceso y retomando el sendero de caída luego del impasse registrado en noviembre. Con lo anterior, el nivel de actividad corregido por estacionalidad del mes de enero resulta 11,2% inferior al registrado en mayo de 2022 en el inicio de la actual fase recesiva de la industria. Finalmente, todos los indicadores que permiten anticipar una reversión de la fase señalan que esta se profundiza y se prolonga, al tiempo que desde noviembre se tiene una mayor difusión sectorial de la caída de la actividad”.

Algo similar mostró el Índice Líder que publicó la UTDT este mismo miércoles. El indicador intenta prever, aunque para la actividad económica en general y no solo para la fabril, las posibilidades de que haya una salida del escenario recesivo. El índice empeoró 2,74% durante enero y eso se subió a hombros de la baja de 6,79% en diciembre. Aquella había sido la peor contracción desde que inició la medición, en mayo del 2015 y no encontró piso durante enero. Para la UTDT, en resumidas cuentas, las chances de salir de la recesión en los próximos meses es de apenas 0,2%. Eran de 30,7% en noviembre y se desplomaron desde diciembre.

El informe de la UTDT señaló en ese sentido: “Los últimos datos sugieren que la recesión iniciada en julio de 2022, si bien mostró algunos signos de recuperación entre el segundo y tercer trimestre de 2023, se profundizaría durante el primer trimestre de 2024”. Por cierto, el Indec publicará este jueves la variación de la actividad económica de diciembre y las proyecciones apuntan a una fuerte caída.

En cuanto a lo fabril, desde FIEL destacaron que las mercadointernistas encontrarán mayores problemas: “La producción de sectores vinculados al consumo –p.e textiles, calzado, durables de la línea blanca, gris, marrón y de pequeños electrodomésticos‐, se verá afectada por el deterioro de los ingresos reales y la readecuación de los gastos de las familias. Otros bienes con demandas menos elásticas podrían sostener ventas y producción, aún cuando ello implique migraciones hacia bienes de menor calidad”.

Y agegaron: “El cambio de precios relativos de la economía supone incentivos a mayores exportaciones, de modo que los sectores con inserción internacional podrían sortear con mayor margen el impacto de la contracción del mercado interno, tales los casos de los alimentos, los químicos y plásticos, metales comunes, elaborados de metal y vehículos. Al considerarse las perspectivas a más mediano plazo, no debe perderse de vista el escenario económico en Brasil, que podría sumar tracción sobre la actividad industrial local”.

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