Sillazo a empresario portuario en Fempinra: el crudo relato de la denuncia apunta al manejo de los sindicatos

Sillazo a empresario portuario en Fempinra: el crudo relato de la denuncia apunta al manejo de los sindicatos

El escandaloso episodio protagonizado por sindicalistas portuarios que agredieron físicamente a empresarios del sector mientras discutían por el pago de jornales en la sede de la Federación Marítima Portuaria y de La Industria Naval de La República Argentina (Fempinra) tiene una causa judicial que tramita en la Fiscalía 5 que conduce Marcelo Manso.

Sin Galera reveló el sábado en exclusiva que Sindicalistas del Sindicato Unidos Portuarios Argentinos (SUPA) y empresarios relacionados con la carga de porotos negros a Cuba discutieron por el pago de jornales que unos reclamaban y otros consideraban que no correspondían, al punto de que el debate se transformó en agresión física que terminó con sillas rotas en la cabeza de uno de los protagonistas.

En el expediente, al que tuvo acceso La Opinión, aparece una declaración testimonial del denunciante en la que hay un relato pormenorizado de lo que ocurrió entre los miembros de la empresa JTF, subcontratada por la firma local que opera la carga de porotos a Cuba, y los sindicalistas del SUPA.

El denunciante relató que tras la carga del buque, a la hora de abonar los jornales del personal, los sindicatos le pidieron que no pagara a través del sistema bancario para evitar que las deudas de los trabajadores les absorvieran el monto de los haberes que debían percibir, por lo que acordaron con el SUPA el pago en efectivo a cada uno en la sede de la Fempinra.

En la denuncia quedó asentada la modalidad de contratación de los jornaleros para la estiba. Las empresas “no tienen posibilidad de elegir el personal” que va a contratar, sólo la cantidad. O casi.

En este caso, los referentes del SUPA Diego García y Héctor Epelde, a la sazón empleado municipal, fueron los responsables de confeccionar la planilla.

El denunciante sostuvo que la diferencia con el sindicato comenzó porque García “agregó dos personas más de las que efectivamente iban a cumplir la jornada”. Cuando le pidieron que los retire, “aceptó de mala gana”, dice el testimonio que obra en la Justicia.

El viernes 25 de septiembre se encontraron en Belgrano 640 para hacer efectivo el pago. Llegó acompañado de otro miembro de la empresa y esperó a los sindicalistas. A las 18.15 llegó Héctor Epelde junto a su hijo, quien ya había cobrado sus haberes. Epelde pidió ver su recibo de sueldo y se fue a hacer una consulta al abogado Carlos Casini, cuyo estudio jurídico está ubicado en el mismo edificio de la Fempinra.

Los empresarios se quedaron revisando unas cosas en su notebook. Cuando Epelde volvió, manifestó que faltaba que le abonaran un jornal por turno por ser el responsable de elegir al personal que trabajaba. Cuando el denunciante le dijo que no pagaría porque no correspondía, Epelde “tomó una silla que estaba junto a la mesa, la levantó y le pegó en el rostro” y le destrozó la notebook.

Al episodio de violencia física le siguieron amenazas de muerte. Cuando llegaron los que estaban en la oficina contigua, Epelde “se saco la remera y un buzo para continuar golpeándolo” pero lo contuvieron.

“Esto va a terminar mal”, se escuchó.

Uno de los representantes de la empresa se retiró. Luego llegaron el exconcejal y titular de la Fempinra, Matías Franco, y Diego García, del SUPA. Minutos después hizo lo propio Elvio Ruiz, el titular de ese sindicato.

Fue Ruiz el que dijo en esa reunión, luego del episodio violento, que habían acordado que no se pagaría jornales por la tarea de designar trabajadores. Desde afuera se escuchaban los gritos de Epelde.

En la declaración, el denunciante dejó asentado que Matías Franco fue hacia donde estaba Epelde, trató de calmarlo, y luego se acercó a él para decirle:

“Pagá, porque sino esto termina peor. Pagá”.

Lo mismo, sostuvo, le dijo García. Discutieron. “Pagá y listo”, denunció que le dijo el exconcejal del partido Fe. “Si no pagás, de acá no salís”, indicó que le dijo García, quien también tiene pasado político como dirigente del ARI y excandidato en varias elecciones.

El empresario señaló que se sintió “amedrentado” por lo que extrajo de su maletín unos 36 mil pesos que le “entregó en mano a Matías Franco”, quien a su vez se los dio a Diego García, que a su vez se los puso en las manos a “Héctor Epelde y a otro que apareció en ese momento, de nombre Ramón Ortega”.

“El monto reclamado se componía de $ 18.285 para Diego García, $ 3.657 para Ramón Ortega y $ 14.627 para Héctor Epelde”, dice la declaración testimonial que obra en el expediente. “Ruiz no pudo hacer nada porque tenía tomado el sindicato por García”, consideró el empresario ante Fiscalía.

El sábado, cuando parte de esta declaración testimonial fue expuesta en Sin Galera, este medio se comunicó con el titular de la Fempinra, Matías Franco, quien informó que no brindaría declaraciones en ese momento pero que sí lo haría durante la semana.

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