SINPROLAC, un sindicato que se resiste a morir

SINPROLAC, un sindicato que se resiste a morir

Este 2022 fue particularmente duro para el sindicato de la empresa Nestlé en Nicaragua y sus trabajadores. Al comienzo del año tenía más de 140 afiliados. Lo está cerrando con 102, debido en gran parte a la persecución sindical y a los despidos, que mantienen en zozobra al personal y dificultan la agremiación.

La última tanda de despidos involucró a 27 trabajadores, entre ellos cuatro mujeres.

Quedan aún 22 mujeres en la empresa, pero en constante tensión. La mayoría son madres jefas de familia que trabajan en la línea de empaque de café, según cuentan a La Rel las compañeras Carla Flores y Marilen Zeledon.

No entienden cómo es que la empresa ha despedido a tantos trabajadores cuando dice necesitar personal.

Nestlé tiene actualmente 136 trabajadores temporales, que laboran hasta en los días previstos para el descanso.

En las líneas del café trabajan siete personas en tres turnos diarios, pero solo una es fija. Las otras seis son temporales o tercerizadas, sin experiencia, lo que ha afectado la calidad del producto. La mayoría de los trabajadores permanentes tienen más de 15 años de laborar para PROLACSA.

Los argumentos de que los despidos se producen por los números rojos de la empresa y para evitar una quiebra no son más que una cortina de humo para reducir costos y golpear al sindicato, ya que todos los despedidos eran afiliados al SINPROLAC, dicen Flores y Zeledon.

Sin mesa de diálogo

El gerente William Haar descartó nuevos despidos inmediatos, pero los trabajadores y las trabajadoras no creen en esos compromisos de boca y reclaman la instalación de una mesa de diálogo permanente.

Un reclamo de ese tipo fue formulado por Antonio Vítor, presidente de Felatran, con respaldo de la secretaria general y el secretario regional de la UITA, respectivamente Sue Longley y Gerardo Iglesias.

La empresa debe asumir el compromiso de no seguir destruyendo al sindicato, pero está haciendo lo contrario, dijo Vítor.

Cuando el personal reclama aumento salarial, aprovechan para cambiar los contratos laborales y empeorar las condiciones de trabajo, desconociendo al sindicato, y cuando aparecen dirigentes que alzan la voz, como Oscar Meza, miembro de la comisión mixta de salud y seguridad en el trabajo, los marginan.

Al gerente Haar, Nestlé Centroamérica le ha otorgado un reconocimiento por su “liderazgo abierto y colaborativo”, cuando en realidad en sus cuatro meses de gestión no ha parado de despedir personal y de perseguir a nuestra afiliada.

La asamblea del 11 de diciembre es vital para que el SINPROLAC pueda seguir plantando cara a la empresa.

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