El origen se remonta a la primera mitad del año. El 20 de mayo, Meneses presentó su renuncia tanto al cargo de delegado gremial como al de secretario gremial de filial regional, establecida en Río Gallegos.

Las diferencias, según manifestó el propio Meneses, surgieron porque la delegación local firmó un acuerdo de “Paz Social” con el municipio de El Calafate para no continuar con protestas públicas contra hoteles y restaurantes, que motivaron un rechazo generalizado de la comunidad y hasta denuncias penales. Al parecer la conducción regional estaba en contra de dicho acuerdo, aunque Barría lo negó.

Por otra parte, Meneses dijo que las diferencias con Barría se acrecentaron a partir de pedirle rendición de los fondos que maneja el gremio y la protesta porque a El Calafate no llegan cursos de capacitación para el personal gastronómico y hotelero.

El delegado gremial de El Calafate explicó que dio un plazo de más de un mes (hasta el 30 de junio) para que la comisión directiva se reúna y resuelva si acepta o no su renuncia.  Y como no lo hicieron, Meneses se dio por ratificado en los cargos que ocupaba. “Técnicamente ahora esa renuncia no tiene validez”, afirmó.