Tragedia en Gimnasia: el Bloque Nacional ratifica sus denuncias contra las empresas de seguridad que operan en los estadios

Tragedia en Gimnasia: el Bloque Nacional ratifica sus denuncias contra las empresas de seguridad que operan en los estadios

El Bloque Nacional de Seguridad Privada lo anunció: la precarización de los trabajadores de seguridad que prestan servicios en los estadios del fútbol argentino, la falta de capacitación y de controles por parte del estado a las empresas que se dedican al control en eventos masivos era un cóctel explosivo que en cualquier momento iba a detonar. 

Como si fuera la crónica de una tragedia anunciada, los incidentes lamentables ocurridos en el partido de Boca - Gimnasia se hubieran podido prevenir, pero ya es demasiado tarde:  además de un centenar de heridos y camarógrafos baleados por las fuerzas de seguridad, César Gustavo Regueiro un hincha de Gimnasia de La Plata de 57 años, falleció por un problema cardíaco como consecuencia de los graves incidentes ocurridos en el estadio Juan Carmelo Zerillo.

El 10 de marzo, el armado de unidad de López y Requelme denunciaba que "En las innumerables recorridas que el Bloque Nacional viene realizando tanto en el conurbano bonaerense como en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en casi la totalidad de los casos se detectaron trabajadores en condiciones de informalidad y totalmente precarizados, los cuales son empleados en negro, algunos bajo la modalidad eventual, otros sin registrar ni en la AFIP, lo que conlleva trabajadores sin aguinaldo, vacaciones, obra social y ART; ni en el Ministerio de Seguridad, organismo que es encargado de extender las habilitaciones correspondientes a toda persona que se desempeñe en el ámbito de la seguridad privada. Lo llamativo del caso es la falta de requerimientos por parte de los […] grandes clubes del fútbol argentino, los cuales no poseen aparentes impedimentos económicos, a estas empresas de seguridad en cuanto a las habilitaciones necesarias para prestar el servicio, y más llamativo aun, es la inacción de los organismos encargados de fiscalizar y penalizar este tipo de faltas."

El 18 de abril, se volvían a reiterar las denuncias por las pésimas condiciones laborales de los trabajadores de seguridad que prestan servicio en los estadios de fútbol: "Así fue que semanas pasadas se llevó adelante una medida de fuerza en el Club Atlético Boca Juniors por incumplimientos del convenio de trabajo, violaciones a las leyes laborales y persecución sindical", denunciaba el Bloque Nacional quien el 9 de septiembre volvía a ratificar sus dichos diciendo que "tanto los clubes de River Plate como Boca Juniors, contratan a empresas de seguridad privada que precarizan a los trabajadores. Algunas de estas empresas, como por ejemplo una con graves problemas de pago en los salarios y aportes previsionales de sus empleados, otra de capitales israelíes y otra cuyo socio gerente es el sobrino de un conocido ex presidente y ostenta contratos millonarios con el estado nacional y el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, desde hace tiempo están en la mira del Bloque Nacional de Seguridad Privada quién viene realizando relevamientos y diversas denuncias sobre la informalidad que padecen los trabajadores de seguridad que cumplen tareas en este tipo de eventos, los cuales muchos de ellos son contratados en negro bajo una modalidad de trabajo discontinuo y sin las habilitaciones necesarias."

Ahora bien, se ha querido instalar que  las fuerzas de seguridad pública que estuvieron a cargo del operativo de represión en las inmediaciones del estadio,  exigen que el trabajo lo haga la seguridad privada:  en todo caso nuestra organización, quien es la que ostenta la representación sindical de los trabajadores, deberá ser convocada por los organismos estatales a fin de analizar realmente el panorama para definir a futuro el rol de la actividad en el ámbito de los estadios.

La tragedia ocurrida en el estadio de Gimnasia y Esgrima de La Plata evidencia que hasta tanto no se regularice la actividad como viene exigiendo el Bloque Nacional, van a proliferar empresas de seguridad privada que prioricen sus ganancias antes de brindar capacitación a los trabajadores. Ahora se echan la culpa unos a otros: el Estado que debía ejercer sus facultades de control continúa con esa testarudez de no escuchar ni incluir en los debates a las organizaciones sindicales. Si algo no pueden hacer es decir que no les avisamos, lamentablemente mientras tanto, la vida y los trabajadores siguen estando en el medio del abandono y la desidia.

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