Tranquilidad y estabilidad para los trabajadores y trabajadoras

Tranquilidad y estabilidad para los trabajadores y trabajadoras

En 2020, cuando comenzó la pandemia, las confederaciones de trabajadores que representan a funcionarios del sector de la alimentación, CONTAC y CNTA, iniciaron una serie de acciones conjuntas para llegar a acuerdos con las empresas de esa rama ̶ que había sido declarada esencial ̶ para prevenir y controlar los contagios por Covid-19.

El personal de la industria frigorífica estaba entre los que más preocupaban a las organizaciones sindicales por las condiciones en las que se labora en ese sector, que propician el contagio masivo del coronavirus.

De todas las empresas con las que intentaron formular acuerdos para la prevención y el control de la pandemia, la única que se dispuso a dialogar fue BRF, una de las procesadoras de alimentos que lidera el mercado cárnico en Brasil y que tiene presencia muy importante en varios otros mercados.

En abril de 2020, CNTA y CONTAC con el respaldo de la Rel UITA firmaron un acuerdo histórico con BRF, el primero a nivel nacional en el sector.

Su rival en los negocios, JBS, tomaba la vereda de enfrente y se negaba a cualquier tipo de diálogo social, mucho menos a un acuerdo.

JBS mantiene esa actitud, mientras BRF renovó y mejoró el convenio nacional alcanzado en 2020 con nuestras dos organizaciones afiliadas de la alimentación.

“A los logros obtenidos en el acuerdo pasado se sumaron otros muy importantes, sobre todo teniendo en cuenta el contexto de crisis que estamos atravesando”, dijo a La Rel Geni Dalla Rosa, secretaria de educación de la CONTAC e integrante del Comité Ejecutivo Latinoamericano de la UITA.

La dirigente destacó que además de garantizar el salario integral a todos los trabajadores y las trabajadoras del grupo de riesgo, en la negociación con BRF también se logró que las madres de familia que no tenían con quien dejar a sus hijos fueran beneficiadas con las mismas condiciones.

Layoff responsable

Debido a la situación mundial impuesta por la pandemia, y ante el fin del subsidio estatal para solventar los salarios de los trabajadores del grupo de riesgo, algunas empresas del sector comenzaron a aplicar el layoff, es decir la suspensión de algunos contratos.

“En este caso, se aplicará el layoff a los trabajadores que ya estaban con licencia por pertenecer al grupo de riesgo de la pandemia, pero BRF se comprometió a garantizar el trabajo hasta por 90 días expirada la suspensión y también a complementar los salarios”, informó Geni.

El nuevo acuerdo contempla además el pago del salario integral para los trabajadores jubilados y extiende el subsidio a aquellos funcionarios con menos de un año de antigüedad en la empresa.

“Este aspecto lo quisiera destacar porque la ley del layoff exime a las empresas de pagar a estos trabajadores. Se trata de un gesto muy positivo de BRF que contribuye a la buena relación con la compañía y denota su responsabilidad social”, apunta la dirigente.

JBS, siempre dando la nota

JBS, la mayor procesadora de proteína animal del mundo, se niega en cambio a cumplir con las disposiciones básicas para evitar contagios en sus líneas de producción.

“Otra vez en contraposición a BRF, desde el año pasado se ha negado a cualquier tipo de acuerdo con las organizaciones que representan a sus trabajadores y trabajadoras. No tiene diálogo con ninguna de las confederaciones y tampoco con los sindicatos”, subraya Geni.

Recordó que a mediados del año pasado, Siderlei de Oliveira, presidente honorario de CONTAC fallecido recientemente, convocó a la gerencia de JBS a una reunión que debido a las restricciones sanitarias se realizaría en su casa.

Los directivos del Grupo en Serafina Correa (RS) asistieron al encuentro, pero de entrada dijeron que JBS jamás firmaría un acuerdo a nivel nacional.

“Vinieron a nuestra casa, pero desde el comienzo dejaron muy claro que no habría posibilidades de un acuerdo nacional, y con el paso del tiempo podemos corroborar que tampoco lo hay de forma individual. JBS está parada sobre su arrogancia”.

La transnacional cárnica fue foco de numerosos contagios por Covid-19 en sus unidades frigoríficas por no cumplir con los protocolos para la prevención y control de la pandemia.

Su actitud irresponsable motivó una campaña internacional de denuncias denominada “La carne más barata es la del trabajador”, organizada por CONTAC y CNTA con el respaldo de la Rel UITA.

Al parecer este año se repetirá la historia.

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