Durante la reunión realizada ayer entre el Ministerio de Trabajo, a cargo de Jorge Triaca, representantes de Carrefour y delegados gremiales de la firma, se acordó un plan de “esfuerzos” entre las partes. En concreto, el ajuste incluye despidos y retiros voluntarios para parte de los casi 20.000 empleados que tiene la empresa en todo el país. 

Serían cerca de 1.000 empleados los desvinculados, en total, de todas las sucursales, aunque entre la partes reinó el escepticismo de que esto sea el número real. Asimismo, los retiros voluntarios "será para los que tienen en promedio más de 15 años, se van a ir con buena plata en el bolsillo", aseguran los gestores del acuerdo. 

En tanto, de los 610 locales que hay en 22 provincias, cerrarán los locales instalados en establecimientos que se alquilan. Según los propietarios de la empresa, de origen francés, el plan preventivo de crisis se presentó porque no pueden afrontar los millonarios costos de las boletas de luz y gas, además del transporte.