Coca Cola en el Guinness: reincorpora y despide a un trabajador en un minuto y medio

Un trabajador despedido por la multinacional en 2018 y con fallos de la justicia que ordenan su reinstalación, fue víctima de una maniobra fraudulenta por parte de la patronal imperialista que despide, discrimina y no cumple la ley.

Hace pocas semanas se conoció la noticia del pedido de Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC) solicitado por Coca Cola Femsa de Argentina, rechazado por la Secretaría de Trabajo. Sin embargo, este rechazo vino acompañado por un pacto entre la multinacional y el Sindicato Unido de Trabajadores de la Industria de Aguas Gaseosas (Sutiaga) que le dio vía libre a la multinacional para que despediera a 32 trabajadores de distintas plantas embotelladoras que tiene en Argentina.

Ya en el año 2018, además de impulsar más de 40 despidos encubiertos, el gigante de aguas gaseosas se dio la procacidad de despedir a un grupo de trabajadores organizados en una agrupación opositora a la conducción del gremio. No es casual, en 2015 también había despedido a más de 10 miembros de la misma agrupación, hoy reinstalados. Con un detalle, uno de ellos, Cristian Durán, fue nuevamente dejado en la calle por la embestida patronal-burocracia 2019. Y siguen los casos.

Con la colaboración de los abogados del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos, (Ceprodh), iniciaron las medidas legales correspondientes para lograr la reincorporación. En este contexto, la justicia a través de varios fallos ordenó la reinstalación de Marcelo Romero, uno de esos trabajadores de Coca Cola en lucha despedido en 2018: “La jueza que tenía mi demanda ratificó la medida cautelar que daba el pie para que pueda volver a mi puesto de trabajo con una sentencia firme. La empresa fue notificada y acompañado por algunos de sus compañeros y por la Comisión de Mujeres intentamos el ingreso. Pero, por orden del director general de la planta no me dejaron pasar”, contó Romero a este diario.

Marcelo Romero, Cristian Durán y Verónica de la Comisión de Mujeres de Coca Cola, en la segunda reunión de coordinación que realizaron en el Bauen, en la que votaron impulsar una campaña nacional e internacional por un fondo de lucha

Al día siguiente, la compañía citó al trabajador para que se presente en la planta de Pompeya. Una vez en el lugar y luego de firmar la documentación que registraría su ingreso, le manifiestan que “la empresa está pasando por un proceso de reestructuración, que Coca Cola está en crisis...”, y acto seguido: “El señor se levanta, me da la mano y el alta temprana de Afip, informándome que fui despedido nuevamente, que no era más trabajador de Coca Cola. Así que volví a ser un trabajador de Coca Cola Femsa por un minuto y medio”.

Romero sintió una vez más el verdadero sabor de Coca Cola para con sus trabajadores, el sabor de los despidos, de la misma manera que sintió junto a sus compañeros de trabajo y compañeras de la Comisión de Mujeres, el sabor de la represión con el gas pimienta lanzado por la policía de Larreta en una de las protestas contra el ajuste y los despidos, que llevaron adelante desde la agrupación opositora Marrón, la comisión de mujeres y otros sectores en lucha.

Para Marcelo Romero continuar la pelea es inevitable: “Es obvio que los despidos de Coca Cola son persecutorios, y no quieren tener a ningún trabajador organizado para poder hacer lo que a ellos se les cante. Pero les quiero decir que yo no voy a bajar los brazos, voy a seguir luchando porque lo dicen siempre, la única lucha que se pierde es la que se abandona”. Y está dispuesto a hacerlo.

Si bien el país atraviesa una crisis económica, para las multinacionales de este tipo al igual que en Fate, son leves garúas en una tarde de verano. Para los trabajadores, tempestades que los arrojan a la calle. Pero Coca Cola es así, una versión distinta aunque real de la imagen que quiere imponer en el mundo. Una versión que cambia el significado del hit de campaña que la multinacional imperialista había lanzado a instancias de la Copa Mundial de Fútbol Rusia 2018. Alentando a la selección argenta pregonaba en un video: “Ninguno de nosotros es tan importante como todos nosotros juntos”. Parece que el mensaje se distorsiona cuando llega a las embotelladoras en el momento en que expulsa a sus jugadores. Es entonces cuando Coca Cola despide, discrimina y no cumple la ley.

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