¿El modelo bancario, una vía de salida para la paritaria docente?

¿El modelo bancario, una vía de salida para la paritaria docente?

Pero tanto como por esas cuestiones, la negociación –tal como se adelantó aquí hace 15 días- aparece singularizada por la voluntad del Gobierno de cuestionar todo un modelo gremial al que adjudica corresponsabilidad en la decadencia de la escuela pública en la provincia. Y en personalizar en Roberto Baradel, el titular de Suteba, esas críticas, que por momentos adquirieron un tono muy elevado.

(Por Andrés Lavaselli [email protected]).- Con un paro que impedirá el logro cuasi simbólico de empezar en la fecha prevista el ciclo lectivo y coincidirá con la semana de protestas gremiales más importantes desde que Cambiemos llegó al poder, la paritaria docente se presenta como un desafío político de primer orden para el gobierno de María Eugenia Vidal, que ahora define una nueva oferta salarial con ribetes inéditos, al tiempo que prepara, para el caso de que sea rechazada, una batería de medidas que podría tensar aún más la cuerda. 

La eliminación de la instancia de paritaria nacional y la propuesta de 18% de aumento ajustable por inflación, combinados, fueron los dos ítems que desataron el conflicto. Pero tanto como por esas cuestiones, la negociación –tal como se adelantó aquí hace 15 días- aparece singularizada por la voluntad del Gobierno de cuestionar todo un modelo gremial al que adjudica corresponsabilidad en la decadencia de la escuela pública en la provincia. Y en personalizar en Roberto Baradel, el titular de Suteba, esas críticas, que por momentos adquirieron un tono muy elevado. 

Por ahora, a la intención divisionista que esa personalización conlleva, los gremios respondieron con una unidad que ensancha los contornos de su frente sectorial. Y en esas condiciones, la acusación a Baradel y CTERA de trabajar para el kirchnerismo es difícil de sostener: FEB no tiene que ver con ese sector político y también para. Además, en 2014, tras 17 días de huelga, el sciolismo gobernante, enfrentado en ese momento con CFK, decía lo mismo. Omitía así que el año había arrancado con devaluación para, como hace ahora Cambiemos, subestimar la dimensión económica (salarial) de la pelea.

Tal vez por eso, el Gobierno ya prepara una nueva oferta salarial. Hasta ahora se definió que el 18% se mantendrá intacto, pero se buscará elevar en algunos puntos el aumento con el reconocimiento de la pérdida salarial del año pasado (que en el cálculo oficial es de 2%) y su consiguiente reparación en un esquema que se buscará atar al presentismo, un ítem que hoy no existe en provincia. En el dinero nacional que llega a través del Fondo Nacional de Garantía Docente (Fonid), que hoy explica el 10% promedio del sueldo de bolsillo del sector, habría que buscar otra clave. 

De acuerdo con los planes del Ejecutivo, ese ofrecimiento llegaría antes del 6 de marzo, la fecha prevista originalmente para el inicio de clases. Si es rechazado, se dispondrá la conciliación obligatoria, que implica la suspensión de las medidas de fuerza y abre un espacio suplementario de negociación, donde el “modelo bancario” de oferta (monto básico alineado con el objetivo antiinflacionario y reconocimiento de algunos puntos más por fuera) podría tener una nueva chance de ser considerado. 

Solo si la conciliación no es acatada, se decretaría una suba del 18%. 

La progresión que plantea el esquema oficial es importante: busca demostrar que hay voluntad de acordar. Además, introduce la cuestión del presentismo de los maestros, que hasta ahora ningún gobierno había podido plantear. De ser considerada, sería en sí mismo un triunfo para Vidal, porque abriría el debate a los famosos “otros ítems” extra salariales que según el argumento oficial nunca se discuten y que, alguna vez, hasta formaron parte de un reproche público de CFK a los docentes, que los cuestionó por trabajar pocas horas y tener muchas vacaciones. 

Si lograra destrabar el entuerto por ese lado, la dureza habría tenido sentido político (valga la paradoja) para el Gobierno de Vidal. Si eso no ocurre, ya hay otros planes. Uno, usual, tiene que ver con no devolver los descuentos de día de paro. Pero otro, que se activaría solo en caso de que el conflicto supere al de 2014 en cantidad de días no trabajados, implica un decreto para, entre otras cosas, contratar docentes “externos” para suplantar huelguistas y trasladar de una escuela a otra a maestros que no se plieguen a las medidas de fuerza, con el mismo fin. 

Si se llega a ese punto, será una guerra de nervios que solo podrá saldar la opinión pública, haciendo recaer la responsabilidad, mayoritariamente en uno u otro bando. En ese plano, Vidal aparece mejor pertrechada que los gremialistas en general y, especialmente, que Baradel en particular: su imagen positiva es muy superior. También es cierto que a “Roby” la dureza hasta cierto punto puede convenirle, porque lo ayuda con los cuestionamientos internos por izquierda de Suteba disidente y en sus planes para la CTA unificada.

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