Los Moyano y la logística

Los Moyano y la logística

De gira por Europa, el presidente Mauricio Macri no quiso comprometer opinión pública sobre el difícil momento que atraviesan los sindicalistas Hugo y Pablo Moyano, aunque el patriarca camionero no se haya privado de señalar como instigador de sus tribulaciones judiciales al Gobierno.

Sin embargo, el matutino La Nación informó en su edición de ayer sobre los pareceres que el mandatario transmitió a integrantes de su equipo, de los que el medio infiere que el clan Moyano no puede esperar ayuda ni gestos “para aliviar su delicada situación judicial”. "Nosotros no tenemos nada que ver, es otro poder del Estado", se desentendió uno de los hombres que mejor conoce al Presidente. Pero para que no haya dudas de la frialdad que predomina en la relación, avisaron: "Tiene que hacerse cargo e ir a la Justicia a responder por las acusaciones", dice La Nación. Se verá cómo evoluciona el vínculo, pero Macri se refirió a un tema que tiene relación directa con las posibilidades de desarrollo de las economías regionales, independientemente del derrotero que sigan las causas por corrupción en contra de los sindicalistas. Moyano, consideró, "tiene que bajar los costos de logística".

La nota del diario porteño consigna que “una de las preguntas recurrentes de los empresarios en la gira era sobre los costos laborales. "Lo logístico tiene un papel muy importante en nuestro país. La Argentina es cara en ese aspecto", explicó un asesor de la primera línea del Gobierno. El mensaje tiene un solo destinatario, el líder camionero. Para el Gobierno, el poder de Moyano, que controla al menos 15 ramas relacionadas con la logística -entre ellas en el transporte de cargas por camión, la industria petrolera, la distribución de alimentos y bebidas hasta la recolección de residuos-, es un problema para el que hasta el momento no encontró solución”. Camioneros y la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac) negocian desde haces meses para modificar el adicional por antigüedad, que es del 1% y los empresarios pretenden reducirlo a la mitad. La negociación está empantanada y podría destrabarse con un aporte extraordinario de $9.500 para cada afiliado”. 

El peso del lastre que el costo de los fletes representa para la producción en economías alejadas de los puntos de exportación y consumo masivo, como es el caso de la catamarqueña, ha sido señalado en incontables oportunidades en este y otros espacios de opinión de El Ancasti. Se trata de uno de los cepos de mayor incidencia en el retraso del interior, que suma a sus ya significativas desventajas comparativas con la pampa húmeda el precio prohibitivo del transporte de sus productos, que debe hacerse necesariamente en camiones debido a la destrucción del sistema ferroviario. Aparte, el costo del flete, disparado por las presiones de los Moyano, afecta sobre a todo a los sectores populares. Igual cuesta transportar una tonelada del champán que seguramente consumen los Moyano que una tonelada de vino tetra-brick; ergo, en el precio del económico tetra que liba el pobre obrero, el componente del flete es altísimo, mientras que en el del champán es bajísimo. Inconsistencias de la justicia social que los Moyano declaman mientras embuchan fondos a dos carrillos.

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