Diego Lanese

“Voy a ser candidato”, dijo a mediados de marzo de este año Daniel Scioli, el diputado nacional y ex gobernador de la provincia de Buenos Aires. En un acto realizado en el ND Ateneo, confirmó que buscará revancha este año, y se sumó a la larga lista de quienes pueden ser considerados candidatos del peronismo. Como es habitual, sus definiciones no fueron tajantes, y a casi un mes de aquella formalización, poco se sabe del camino elegido para intentar ser el competidor del frente Cambiemos en octubre de este año. Por el momento, en su entorno ratifican que será una opción en el PJ, que cada vez suma más alternativas y se aleja un poco de la unidad.

En este proceso, en los próximos días buscará sumar apoyos, dentro y fuera del peronismo. Uno de los sectores que más mira el ex gobernador es el sindicalismo, que masivamente apoyó su candidatura contra Mauricio Macri. Para eso, comenzará una serie de reuniones, para buscar convertirse en el referente de los gremios en este proceso electoral. Una de sus primeras ideas es despegarse de Cristina Fernández de Kirchner, cuya candidatura se puso en duda en las últimas reuniones entre la dirigencia sindical.

La idea de Scioli de acercarse a los gremios tomará firma este mes, cuando comience una serie de reuniones, como ya hicieron otros precandidatos. Los primeros referentes a visitar serán, sorpresivamente, los más cercanos al moyanismo, que presionan para tener un movimiento obrero más activo. Una fuente muy cercana al ex gobernador confirmó a Gestión Sindical que una de las primeras reuniones será con la fracción de las 62 Organizaciones Peronistas que lidera el dirigente del vidrio Horacio Valdez.

La cumbre será a mediados de mes, donde Scioli llevará su “firme intención” de ser candidato del peronismo, y pedirá a la dirigencia que “lo apoye como en 2015”. Este espacio se forjó para quitarle el control del sello de las “seis dos” a Ramón Ayala, heredero de Gerónimo Venegas, y se sumó al Frente Sindical para el Modelo Nacional, para contraponer fuerzas con una tercera parte de las 62 organizaciones, que lidera el textil Horacio Benítez bajo el padrinazgo de Luis Barrionuevo.

En las 62 Organizaciones Peronistas que lidera Valdez esperan ser parte del armado de Scioli, como parte de la pelea por el control de la entidad nacida como “el brazo político” de la CGT. La cercanía de Barrionuevo con la fracción Benítez hace pensar un apoyo a Roberto Lavagna, por eso la necesidad del sciolismo de lograr apoyos sindicales. En los primeros contactos informales, Scioli ratificó su idea de ser un candidato de unidad. “

Daniel busca sumarnos como en 2015, cuando casi todo el movimiento obrero hizo campaña por él. Ahora es más difícil, pero debemos apostar a la unidad”, dijo un dirigente del espacio, ante la consulta de Gestión Sindical. Así, el actual diputado nacional no ató su suerte a lo que haga Cristina Fernández de Kirchner: “será candidato, más allá de la decisión de la ex presidenta”, dijo la misma fuente. En el último Congreso del PJ, los gremios cercanos al moyanismo se mostraron a favor de una gran PASO, para elegir un único y enfrentar a Cambiemos. Allí, hubo versiones sobre la posibilidad que Cristina no sea candidata, lo que se potenció con la situación de salud de su hija Florencia, y la proliferación de nuevos candidatos.

En la presentación realizada en marzo, Scioli logró reunir a diversos referentes del kirchnerismo, que dieron su aval a la precandidatura, incluyendo algunos de los funcionarios más cercanos a la ex presidenta, como el intendente de Avellaneda Jorge Ferraresi. “Recuerdo que después del ballotage dije que la derrota me había dolido más que mi accidente. Fue un sentimiento muy fuerte. No se trataba de una derrota personal. Se trataba de la derrota de más de 40 millones de argentinos que hoy sufren una gran frustración”, indicó Scioli en su discurso.

El ex gobernador fue tentado para ser parte del armado de Argentina Federal, que encabezan Sergio Massa y Juan. Manuel Urtubey. La salida del kirchnerismo de Scioli fue un tema de largo debate, y se anunció casi tantas veces como el fin del propio espacio. Desde la primera supuesta pelea con Néstor Kirchner como vicepresidente hasta los 8 años de gobernador, siempre se habló de una salida hace el peronismo no K. Algo que nunca sucedió. Esta lealtad entusiasma a los gremios, que creen que “se puede confiar” en el actual diputado nacional.