No hay que perder tiempo. Con esa convicción ratificada por el envión de las urnas y a partir del llamado del presidente Mauricio Macri a un gran acuerdo nacional, el Gobierno decidió apurar los tiempos de su agenda de reformas. Así, el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, convocó para esta tarde a la conducción de la CGT con la intención de empezar a destrabar algunas iniciativas en materia laboral que venían negociando informalmente en los dos meses previos a los comicios.

La apuesta, inicialmente, gira en torno a la definición del amplio blanqueo laboral que el Ejecutivo pretende poner en marcha en los próximos meses, además de la discusión en formato sectorial de posibles modificaciones en los convenios colectivos y el marco de las denominadas prácticas formativas o pasantías que impulsa la cartera conducida por Triaca.

Sin embargo, desde la primera línea de la CGT admitieron ayer su temor de que el Gobierno se envalentone con el resultado electoral y aspire a ir más a fondo en el capítulo laboral de la reforma. "Esperemos que mañana (por hoy) no nos cambien el libreto que apuntaban antes de las elecciones", advirtió uno de los sindicalistas que participará del encuentro con Triaca, previsto desde las 18 en la sede de Trabajo. A esa reunión llegará el trío de la conducción de la central, compuesto por Héctor Daer, Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña, y otros dirigentes de la mesa chica de la central.

Desde el entorno de Triaca intentaron contener la preocupación sindical. Insistieron en que el objetivo del encuentro de hoy será acercar posiciones sobre los temas que ya estaban en la mesa de discusión y desestimaron cualquier posibilidad de avanzar con una reforma laboral similar a la sancionada en julio pasado en Brasil, que tanto repudio general en el sindicalismo local. "No vamos a tirar el auto por la ventana", deslizaron las fuentes consultadas.

A continuación, expresaron la voluntad del presidente Macri de mantener próximos encuentros con referentes del sector sindical y empresario, en el marco de su apuesta por la concertación, pero negaron en forma terminante que ese esquema suponga reflotar el acuerdo de diálogo social que la Casa Rosada impulsó el año pasado.