Bono y salarios: se sientan CGT, Gobierno y empresarios

Bono y salarios: se sientan CGT, Gobierno y empresarios

La ronda de diálogo tripartito entre el Gobierno, los gremios y los empresarios que comienza hoy en la Casa Rosada se convirtió, desde su gestación, en un elemento indispensable para que el país llegue en paz a fin de año.

El objetivo inmediato de la mesa multisectorial será acordar el bono del sector público y también del privado, con las limitaciones propias de una economía en recesión.

En las conversaciones previas a la instalación de la mesa de diálogo, el gobierno anticipó a la CGT y a las cámaras empresarias del G-6 que está dispuesto a pagar un plus de mil pesos a los empleados estatales, los jubilados y los beneficiarios de los planes sociales. Esto es, inyectar fondos en un amplio espectro social para que se dinamice el consumo en el momento más sensible del año.

A esta altura de las circunstancias, no es un secreto que la mediación de la Iglesia católica –bajo la influencia del Papa Francisco- fue determinante para que se estableciera un puente entre Macri y la central obrera. Tanto el gobierno como el triunvirato cegetista tuvieron que vencer sus propias resistencias internas para conformar esta mesa, que se instala en el museo de la Casa Rosada.

En el caso de la gestión de Cambiemos, el primero en desconfiar de esa convocatoria fue siempre el Presidente: lo saben algunos ministros que se lo sugerían y se encontraban con una negativa tajante. Y todavía hay sectores del oficialismo que consideran que el gobierno puede ver diluido su poder político al otorgarle espacio institucional a los sindicatos, a los que emparentan con el PJ.

A su vez, los integrantes del triunvirato cegetista debieron contener el envión huelguista que traían no solamente las dos CTA y las comisiones interna de base controladas por fuerzas de izquierda, sino también algunos integrantes de la propia mesa directiva de la central de la calle Azopardo. Y lo hicieron con tanta solvencia que desactivaron el paro a la espera del diálogo.

De hecho, uno de los dirigentes más refractarios al gobierno, el bancario Sergio Palazzo, admitió ayer que la huelga no tendría razón de ser si no la convocara oficialmente la CGT. De otra forma, reconoció el sindicalista, la protesta se vaciaría y eso sería funcional al macrismo. Según trascendió, también influenció en el triunvirato la actitud dialoguista del opositor Sergio Massa.

AGOTAR LAS INSTANCIAS DE DIALOGO

El jefe del Frente Renovador, que tiene contacto directo con Héctor Daer y Luis Acuña, les pidió que agotaran las instancias de diálogo con el gobierno antes de llamar a un paro. El mismo consejo les dio Eduardo Duhalde, quien los recibió en su quinta de San Vicente para conmemorar el 17 de octubre. El ex presidente y ex gobernador es un histórico promotor de las mesas de diálogo.

A tal punto, que el antecedente histórico más reciente data de 2002, cuando Duhalde convocó al denominado Diálogo Argentino por consejo del ex presidente Raúl Alfonsín y el entonces obispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio. De hecho, la Iglesia cobijó aquellos encuentros. De ahí que el gobierno pretenda ahora que los obispos argentinos se involucren en este diálogo versión 2016.

DOS REUNIONES MAS

Por eso, según pudo saber EL DIA, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, propondrá hoy a los gremios y las empresas al menos dos reuniones más de aquí a fin de año. Y para la próxima saldría ya una invitación formal a la Conferencia Episcopal, para que ocupe una silla en esa mesa. La Iglesia ya forma parte de este tipo de reuniones con el gobierno en Ministerio de Desarrollo Social.

En ese ámbito, la ministra Carolina Stanley suele recibir a las organizaciones sociales, con las que tiene buen trato pese a las diferencias de enfoque conceptual y políticas. Allí se reúnen dirigentes como Juan Grabois, de la CTEP, quien tiene llegada directa al Papa Francisco. También la Corriente Clasista y Combativa, Barrios de Pie y el Movimiento Evita, que ya se despegó del kirchnerismo.

Esas agrupaciones, que tienen larga trayectoria y despliegue territorial, le avisaron al gobierno que la situación social está muy complicada en los barrios pobres, donde se sintió un fuerte impacto por la caída del empleo y del consumo popular. La inflación, que ahora empezó a ser controlada, provocó además que los planes sociales quedaran atrasados. El cuadro era de por sí explosivo.

Por eso cobran tanta importancia las rondas de diálogo tanto en el sector del trabajo formal como en el área social, que aglutina a millones de personas desempleadas y sumergidas debajo de la línea de la pobreza. El gobierno finalmente lo comprendió y cuenta con la ayuda del sindicalismo tradicional. Tanto, que Barrionuevo acaba de prometerle “soporte” por los próximos dos años.

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