Caída del empleo y derrumbe del salario mínimo: el ajuste golpea seis veces más al sector privado

Caída del empleo y derrumbe del salario mínimo: el ajuste golpea seis veces más al sector privado

Un nuevo informe del Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la UBA revela un panorama cada vez más difícil para quienes trabajan en la Argentina. Según el estudio, la destrucción de empleo formal golpeó con mucha más fuerza al sector privado: por cada puesto perdido en el Estado, se perdieron seis en empresas.

El reporte, citado por la Agencia Noticias Argentinas, confirma que el empleo asalariado formal acumula caídas mensuales desde mayo. Solo en agosto se perdieron 13.100 puestos, de los cuales 10.600 correspondieron al sector privado y 1.700 al sector público. El único segmento que no retrocedió fue el de trabajadoras y trabajadores de casas particulares, que logró mantenerse estable.

“Lo que estamos viendo es un achique persistente del empleo formal privado, que está lejos de encontrar un piso”, señala el IIEP en su análisis, que advierte sobre un escenario de estancamiento profundo para la actividad económica.

Mientras se destruyen puestos de trabajo, el poder adquisitivo también se desmorona. El estudio destaca que el salario mínimo, vital y móvil (SMVM) cayó un 35% en términos reales entre noviembre de 2023 y octubre de 2025. “El salario mínimo real de octubre de 2025 se ubica por debajo del registrado en 2001, previo al colapso de la convertibilidad”, remarca el informe.

Los expertos del IIEP subrayan que el SMVM actual equivale apenas al 36% de su valor histórico máximo de septiembre de 2011, lo que implica una pérdida acumulada del 64%. La caída se aceleró en los últimos meses: julio (-0,5%), agosto (-0,5%), septiembre (-2,0%) y octubre (-2,3%), en un contexto marcado por la inflación persistente.

Economistas del mismo instituto ya habían alertado semanas atrás que la combinación entre inflación, recesión y falta de actualización de ingresos “empuja el nivel de vida de los trabajadores a un deterioro sin precedentes en dos décadas”.

El diagnóstico vuelve a prender las alarmas sobre el mercado laboral y el bolsillo: menos empleo, salarios cada vez más bajos y un piso de ingreso que, medido en términos reales, retrocedió a valores anteriores a la crisis de 2001.

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