Cifras de desempleo y afiliaciones, claves de gremialistas en contra de la reforma laboral

Cifras de desempleo y afiliaciones, claves de gremialistas en contra de la reforma laboral

El ex CEO de Syngenta habló de la posibilidad de encarar cambios para aumentar el trabajo registrado y varias figuras del gremialismo lo fustigaron.

Juan Pablo Kavanagh

Con una serie de números, como el índice de desempleo y la cantidad de afiliaciones, los sindicatos más importantes del país se encargan de argumentar que no es necesaria una reforma laboral para que se genere más empleo, como sugirió Antonio Aracre, designado asesor presidencial. El ex CEO de Syngenta habló de la posibilidad de encarar cambios para aumentar el trabajo registrado y varias figuras del gremialismo lo fustigaron.

El sindicato de Comercio, que conduce Armando Cavalieri, exhibe más de 1.800.000 afiliados, una cifra que creció tras la pandemia. Misma situación experimentó la Uocra, el gremio de la construcción encabezado por Gerardo Martínez, que tras el receso de la actividad de 2020 cuenta con aproximadamente 430 mil trabajadores que aportan al gremio. La Unión Obrera Metalúrgica, de Abel Furlán, sigue un sendero similar, con 230 mil empleados, y Smata, cuya cabeza es Mario Manrique, expresa que su cantidad de contribuyentes creció un 17% en el último año y medio para ubicarse en 117 mil. En tanto, Camioneros muestra 180 mil afiliados y los estatales se mantienen sólidos: Ctera, el colectivo sindical que representa a los docentes, mantiene 400 mil y UPCN registra al día de la fecha más de 350 mil empleados.

Ante estas cifras, Matías Cremonte, presidente de la Asociación Latinoamericana de Abogados Laboralistas (ALAL), le señala a PERFIL que si bien la tasa de sindicalización decayó en las últimas décadas a nivel mundial, en la Argentina el nivel es alto. “La importancia del sindicato en la realidad cotidiana de las personas que trabajan es notoria, básicamente por la negociación colectiva, que lleva casi dos décadas definiendo los salarios anualmente, y últimamente, por los altos índices de inflación, hasta dos o tres veces al año”, explicó el letrado, quien admitió que esto no significa que exista plena conformidad con el accionar de los gremios, que transitan con un fuerte descrédito.

Y apuntó, en torno a una posible reforma en materia de empleo, que “se puede mejorar la legislación, pero las voces que se escuchan en el sentido de la supuesta necesidad de cambios lo que exigen es una reforma regresiva, como por ejemplo reducir o eliminar las indemnizaciones por despido. En todos los casos, el fundamento es que así se crearán más empleos. Pero la historia, en Argentina y en el mundo, demuestra que jamás una reforma creó puestos de trabajo, más bien todo lo contrario”.

Por eso, la idea de Aracre generó tanto resquemor en las distintas tribus sindicales. Empezando por Pablo Moyano, quien lo trató de “chanta”, hasta Héctor Daer, quien criticó los dichos del empresario. Incluso, uno de los máximos representantes del gremialismo repite ante los suyos que el nivel de trabajo no es un problema para el país con un índice de desempleo del 7,1%.

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