El empleo formal sigue mostrando señales dispares en la Argentina. Según la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) del Ministerio de Trabajo, correspondiente a agosto de 2025, el trabajo registrado en empresas de más de 10 personas cayó 0,3% respecto de julio, acumulando siete meses consecutivos de contracción. En términos interanuales, la baja fue del 0,4%, ubicándose en niveles similares a los de 2012 y 2018.
El dato más llamativo del informe es la brecha regional. Mientras en el Gran Buenos Aires (GBA) el empleo cayó 0,4% mensual y 0,6% interanual, en los aglomerados del interior la merma fue mucho menor: 0,1% mensual y prácticamente sin variación respecto de 2024. En algunas ciudades incluso hubo crecimiento: Gran Paraná (+2,7%), Gran Córdoba (+0,8%) y Gran Rosario (+0,6%). En cambio, Gran Santa Fe (-1,6%), Gran La Plata (-1,5%) y Bahía Blanca (-1%) mostraron retrocesos.
Los especialistas atribuyen estas diferencias a la estructura productiva y al impacto desigual del ajuste. “Los datos se vinculan con la particular situación del conurbano, donde hay una caída del consumo y de la demanda de bienes y servicios”, explicó Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA. “El ajuste de los precios redujo significativamente la capacidad de consumo y de ahorro de los hogares”, agregó.
Según Salvia, la crisis golpea más fuerte a las pymes del área metropolitana, donde el empleo depende de la demanda interna. “La reducción del consumo afecta a la construcción, la industria, el comercio y los servicios personales, que son actividades con fuerte presencia en el Gran Buenos Aires. Allí la pequeña y mediana empresa cumple un rol clave, y es la más afectada por esta recesión relativa”, señaló.
El sociólogo advirtió además que “si no hay una mejora sustantiva en el poder de compra, la inversión orientada al mercado interno seguirá paralizada. Las inversiones exportadoras pueden continuar, pero no generan una creación significativa de puestos de trabajo”.
Desde una mirada más estructural, Osvaldo Giordano, presidente del Ieral, consideró que “el rebote de la producción luego de la caída que se inició antes del actual gobierno fue rápido pero dispar, y eso probablemente explica las diferencias entre regiones”.
Giordano también vinculó el futuro del empleo con el escenario político pos elecciones. “Si el Gobierno logra sumar parte de la oposición para sostener el equilibrio fiscal y avanzar con las reformas estructurales, podrían generarse condiciones para salir del estancamiento. En caso contrario, seguirá la falta de creación de empleo formal y el aumento de la informalidad”, sostuvo. Y fue contundente: “Con este sistema tributario es imposible que el crecimiento sea sostenido, y con estas instituciones laborales es imposible que el empleo de calidad crezca”.
El economista José Vargas, director de Evaluecon, coincidió en que “la brecha tiene que ver con la diversidad industrial entre el Gran Buenos Aires y provincias como Córdoba, Santa Fe y Mendoza. En estas últimas, algunos sectores industriales y productivos evolucionaron mejor, beneficiando al empleo del interior”.
El informe oficial también muestra que las expectativas empresarias para el trimestre septiembre-noviembre son moderadamente positivas: el 3,4% de las firmas espera aumentar su dotación de personal, frente a un 2,1% que prevé reducirla. Sin embargo, la tasa de búsqueda de personal se mantiene baja (2%) y las suspensiones alcanzan al 0,4% del personal.

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