Funes de Rioja dice que las alimenticias pierden, pero STIA lo desmiente

Funes de Rioja dice que las alimenticias pierden, pero STIA lo desmiente

El presidente de la COPAL, Daniel Funes de Rioja, aseguró que las empresas alimenticias están perdiendo en la pandemia. Desde STIA Córdoba salieron a desmentir sus afirmaciones con números.

El presidente de la COPAL, Daniel Funes de Rioja, manifestó que las alimenticias están perdiendo y se encuentran en una situación de crisis.

Lo hizo en alusión a las consecuencias de la pandemia y el efecto que tiene el freno de la economía en la actividad del sector.

Sin embargo, desde el STIA filial Córdoba salieron a desmentirlo categóricamente y denuncian que se trata de una maniobra para no resignar ganancias.

Héctor Morcillo, secretario general del Sindicato de la Alimentación (STIA) de Córdoba, salió al cruce de las declaraciones del empresario.

Desde el ámbito gremial miran con preocupación la influencia que ejerce el presidente de la Copal en el ámbito político y la capacidad de lobby para imponer argumentos a favor de la patronal.

 

Estrategia de victimización

 

Funes de Rioja dijo que «toca liderar un sector esencial -el de los alimentos- y en el mejor de los casos, ha habido plantas con el 50 por ciento de actividad».

«En esas mismas empresas o en otras, las líneas de producción están al 20 o 30 por ciento», dijo el referente patronal.

Para Funes de Rioja «algunas cierran, porque no tienen volumen de producción».

«La gente está consumiendo los productos esenciales, es decir, los de la canasta básica», dijo Funes de Rioja.

Para el vice de la UIA esto se debe a que «no hay colegios así que no hay golosinas, no hay actividad social, ni cultural… Así que hay mucho menos consumo, hasta de bebidas».

«El distanciamiento social entre operarios se puede hacer porque no se necesita trabajar -en general- en ninguna planta al 100 por ciento, ya que están trabajando a mitad de régimen», aseguró el empresario.

Eso, dijo, permite empezar a trabajar con menos turnos e, incluso, con equipos de trabajo con distinto horario, para manejar posibles focos de contagio.

STIA desmiente

Sin embargo, el Secretario General del Sindicato de la Alimentación (STIA) de Córdoba, Héctor Morcillo, salió a desmentir las declaraciones de Funes de Rioja.

El referente gremial de Alimentación manifestó que «hubo un aumento de demanda que impactó en la producción».

«Nosotros advertimos que habría alto abastecimiento, hubo una demanda muy alta, una demanda que no se pudo satisfacer, luego de una caída del 40% 50%», dijo.

«Toda la actividad está funcionando, funciona bien galletitas, dulces, mermeladas, panificación hasta con horas extra, lo que cae son golosinas, en el orden del 40%», aseguró Morcillo.

Sin embargo, las alimenticias mantienen ganancias exorbitantes en otros rubros y se niegan a dar aumentos y plus salariales.

El caso que moviliza a Héctor Morcillo es el de Arcor, una empresa líder en casi todos los segmentos que se niega a reconocer el esfuerzo de sus empleados, pero no deja de realizar inversiones millonarias para ampliar su participación en el mercado alimenticio.

Otro caso paradigmático es el de Mondelez. La multinacional americana decidió cerrar su planta de Victoria, en la que se producen golosinas, por la caída del consumo y el sobrestock.

Sin embargo, Mondelez ofreció a los trabajadores cumplir tareas en la planta Pacheco, dedicada a la producción de alimentos.

Además, reconoció el pago del 75% de los salarios y de el 100% a quienes se ecuentren exceptuados por las razones que especifica el DNU  297/2020.

Descontento con el Gobierno

En el ambiente gremial se oyen cada día más protestas contra el Gobierno por homologar acuerdos que no son justos para los trabajadores.

El desencanto con el Gobierno de Alberto Fernández, para muchos, se dio tras la determinación de no exceptuar  de la responsabilidad de asistir a trabajar a los trabajadores de alimentación que se dedican a la producción de alimentos no esenciales

Las trabajadoras y trabajadores de alimentación que producen golosinas trabajan con normalidad desde el primer día que se decretó el aislamiento social, preventivo y obligatorio, mientras que otros rubros aún más relevantes (como el bancario) quedaron exceptuados de cumplir tareas.

Los referentes gremiales de Alimentación buscaron que el Gobierno revise esta decisión, sin embargo, tanto el ministro Moroni como Kulfas se negaron a escuchar los reclamos gremiales.

Desde el mundo gremial siguen con preocupación que los ministros atiendan los reclamos de empresarios como Daniel Funes de Rioja, pero que no reparen en los planteos de los sectores gremiales.

Cabe destacar que el Gobierno anunció en más de una ocasión duras medidas contra las alimenticias por los abusos que cometen.

Sin embargo, las declaraciones mediáticas no encontraron eco en medidas políticas de ningún tipo.

Hasta ahora, todo sigue igual. Trabajadoras y trabajadores hacen sacrificios y las grandes alimenticias mueven los hilos de la economía con aumentos injustificados de precios y sin atender normativas ni recibir apercibimientos serios por parte del Gobierno.

Comentá la nota