Inflación: La sociedad desenmascaró a las gigantes alimenticias

Inflación: La sociedad desenmascaró a las gigantes alimenticias

Las gigantes alimenticias quedaron en evidencia, junto con sus maniobras para seguir subiendo precios y apelar al lobby de la Copal. A pesar de victimizarse y eludir la responsabilidad en la inflación, la sociedad las desenmascaró.

La sociedad se cansó y desenmascaró a las gigantes del sector alimenticio como Molinos, Ledesma y Arcor, luego de que se opusieran abiertamente a colaborar para reducir la inflación. Fue tras el anuncio del congelamiento de precios del Gobierno.

La primera en salir a oponerse y victimizarse fue la patronal de Molinos, que se alejó del acuerdo propuesto por el gobierno nacional. Luego le siguió Arcor y Ledesma, sosteniendo que las perjudica la medida y que podrían perder ganancias.

Esto es algo que la sociedad no digiere ya, puesto que ve aumentar los precios de los productos de primera necesidad, día a día. La situación mostró que son las gigantes alimenticias las responsables de hundir en la pobreza a más argentinos cada mes.

Así lo expresó al menos buena parte de la sociedad que decidió dejar de consumir los productos de marcas de Arcor, Molinos y Ledesma. Claro que a estos imperios alimenticios no les importa y siguen apelando a la Copal para seguir subiendo precios y aumentar ganancias.

Molinos duplicó ganancias en pandemia

La empresa Molinos sigue siendo la más resistente a cumplir el acuerdo de precios congelados. Al igual que otros gigantes, como Arcor y Ledesma, rechazan la medida argumentando daño en su negocio.

Pero los números muestran que, incluso en lo más duro de la pandemia, ganaron más que en los años de Macri. En esa línea se expresó, además, el ministro de la Producción bonaerense, Augusto Costa.

En diálogo con AM 750 Costa sostuvo que «las alimenticias, empezando por Molinos, pero también y sobre todo por Arcor, que tanto se quejan de cómo va a afectar en sus intereses cualquier medida de Estado, el año pasado, duplicó sus ganancias respecto a 2019”.

Claro, estas subas en el medio de una pandemia, mientras la economía caía un 10 por ciento. Ello enervó a la sociedad que paga con su bolsillo y su deterioro social las veleidades de las empresas del sector alimenticio.

Es que Molinos terminó el ejercicio del 2020 con una ganancia neta de 1746 millones de pesos. El dato impacta más si se lo ve en relación a años sin pandemia: un rojo de 1580 millones en 2017; de 3566 millones en 2018 y de 370,1 millones en 2019.

Arcor volvió a ganar en la pandemia

En Arcor, el balance del 20 fue positivo en 1229 millones de pesos. Representó el primer ejercicio luego de dos años en rojo en Cambiemos. Un dato extra: antes de Macri, Arcor sólo había perdido plata en la furibunda crisis del 2001-2002.

Con la azucarera Ledesma, de los Blaquier, pasa algo similar. Entre julio del 2019 y mayo del 2020 ganó 736 millones de pesos. En julio del 2017-mayo del 2018 su balance mostró un rojo de 1200 millones, que subió a 2181 en junio-mayo del 2019.

La sociedad se dio cuenta

Esta semana las redes sociales se llenaron de mensajes contra el gigante alimenticio Molinos Río de La Plata y contra Arcor, por no adherir al acuerdo de precios congelados que lanzó el Gobierno. Es que así boicotean con la Copal la pelea contra la inflación.

La reacción social, que no debería ser tal, tiene racionalidad. Las personas están cansadas de que a pesar de los esfuerzos, las empresas que recibieron privilegios durante el macrismo sigan mostrándose con falta de sensibilidad y empatía.

Pero, además, eso repercute en el salario y los ingresos de los trabajadores. Sucede que tras más de una semana de negociaciones abiertas con el sector privado, este martes la Secretaría de Comercio Interior decidió congelar los precios de una canasta de más de 1432 alimentos.

El titular de la cartera, Roberto Feletti, confirmó que la medida oficial se hará por Resolución y entrará en vigencia este mismo miércoles. El texto, que se publicará en el Boletín Oficial, deja fijos los precios de productos esenciales por 90 días y con retroactividad al 1 de octubre.

Algunas colaboran y otras entorpecen 

Sin embargo, el secretario aseveró que, en general, las empresas colaboraron con la lista, pero citó sin nombrar a una empresa que objetó buena parte de sus productos. Es Molinos Río de la Plata, que tiene buena parte de mercado de las harinas y las pastas secas.

En ese sentido, Feletti remarcó que seguirá “abierto al diálogo y con voluntad de construir acuerdos lo más abarcativos posibles que permitan atender la necesidad de la ciudadanía”. Sin embargo, el lobby de la Coordinadora de Empresas Alimenticias ya se puso en marcha.

Cabe remarcar que en todo el mundo existen diez corporaciones que dominan el mercado alimenticio. De ese total, seis son estadounidense, dos británicas, una francesa y una suiza. Esta situación trasciende los límites del país.

Cartelización y monopolio

Para el caso argentino, la industria alimenticia está liderada por Sistema Coca-Cola, Danone, Grupo Arcor, Molinos Río de La Plata, Ledesma Mondelez (ex – Kraft) y Bagley Latinoamérica. Estas son las principales empresas del sector en términos de ventas.

De todas las firmas mencionadas, Molinos Río de la Plata es la que más se resiste a la aplicación de controles de precios, a pesar de que informó a la Bolsa un resultado para el primer semestre del año de 998 millones de pesos.

Mientras, en el mismo período del ejercicio anterior había informado una ganancia neta de 912 millones, luego de haber revertido un rojo financiero durante el macrismo.

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