No hay investigación pesquera con científicos pobres

No hay investigación pesquera con científicos pobres

El Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP) es el organismo científico más importante de Argentina vinculado con una actividad cuya industria genera miles de fuentes de trabajo en el litoral marítimo y el año pasado generó exportaciones por casi 1800 millones de dólares, constituyéndose en el octavo polo exportador del país.

El INIDEP asesora a la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura de la Nación (SSPyA), al Consejo Federal Pesquero (CFP) y a la Cancillería Argentina en el uso racional de los recursos sostenibles con el objetivo de preservar el ecosistema marino para las generaciones futuras.

Pero como somos un país de espaldas al mar, donde muchos desconocen lo que pasa más allá de la línea del horizonte y mucho más, los recursos pesqueros que habitan las profundidades del océano, tampoco se reconoce la tarea que realiza el cuerpo científico técnico que trabaja en el INIDEP.

Esta falta de reconocimiento también es un atributo de las propias autoridades. Paritarias por debajo del costo de vida y un ritmo inflacionario que no cesa, llevaron a una situación insostenible. El año pasado desde la Asociación de Profesionales del INIDEP divulgaron un dato irrefutable:

El 54% del personal científico técnico del instituto cobraba salarios debajo la línea de pobreza. Son 252 trabajadores de los 371 que tiene el instituto entre la Dirección, Buques, Administración y Recursos Humanos. Los trabajadores pidieron un plus salarial para compensar pero la respuesta fue denegada.

Lejos de solucionar estas demandas urgentes, más alá de los anuncios de ocasión que las autoridades realizaron el año pasado cuando se reunieron en el muelle de la Base Naval para recibir al nuevo buque, el “Mar Argentino”, la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores avanzó varios casilleros.

El año pasado la inflación fue del 36,4% pero los trabajadores del INIDEP recibieron como actualización paritaria, a partir de octubre pasado un 25% que ni siquiera fue en una sola cuota. Fueron 4: 7% en octubre, 4% en enero 2021, 6% en marzo y cobrarán el último 8% en mayo.

Ese desglose tuvo un par de bonos de 4 mil pesos, pero que tampoco alcanzan a reparar toda la pérdida del poder adquisitivo que sufrieron el año pasado. Es posible que si llegan a realizar el mismo relevamiento de ingresos este año, los investigadores con salarios de pobreza sean muchos más.

En vez de hacer cuentas, los trabajadores piden un trato igualitario con los investigadores del CONICET, que dependen del Ministerio de Ciencia y Técnica. O que en Agricultura terminen con el destrato y apliquen el mismo 20% extraparitario que lograron sus pares. “Nosotros también hacemos Ciencia y Técnica”, remarcaron.

“Se están estudiando opciones para mejorar los ingresos”, aseguró Oscar Padin, director del Instituto. “Es una situación compleja. Estamos haciendo distintas gestiones, acompañados por el Ministerio, para una reforma estructural del INIDEP que dará frutos positivos a mediano y largo plazo”, amplió Padin, que reconoció el esfuerzo que hace el personal en este contexto. “Han sostenido la productividad y cumplido con todas las demandas de información para el manejo de los recursos”.

El personal quiere reconocimientos más tangibles que palabras. Los pasillos del instituto son un hervidero que reflejan un creciente malhumor. Los grupos de whatsAap sirven para canalizar frustraciones colectivas y diseñar planes de lucha.

Pese al descontento general, vale subrayar, los trabajadores han mostrado paciencia. Le han dado tiempo al nuevo director, Oscar Padín, para generar soluciones y han sido respetuosos de la continuidad de los planes de campaña.

Las que se han suspendido fue por problemas mecánicos de los barcos. El Holmberg el año pasado que no pudo zarpar para la evaluación global de merluza y el Angelescu en febrero, cuando se disponía a relevar el calamar. Ninguna por cuestiones vinculadas a estos reclamos reivindicatorios.

El jueves hubo asamblea de ATE y el lunes habrá asamblea de los autoconvocados, personal científico técnico que en su mayoría no se siente representado ni por este gremio y mucho menos por UPCN. “Lo del CONICET generó mucho mal humor. Nos sentimos discriminados”, contó una trabajadora el viernes por la mañana.

El miércoles habrá una reunión con el Director. En función de lo que les diga Padín evaluarán aplicar un plan de lucha con medidas de fuerza. Pero el no parece tener muchas cartas para jugar: ya ha dicho el año pasado de su prioridad para regularizar el escalafón y una nueva compensación asociada a la capacitación.

Cualquiera de esas opciones demanda tiempo administrativo que va a contramano de las urgencias de los trabajadores.

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