Morcillo presidió los debates en la sesión de la mañana del jueves 1, en la que se abordó el cortoplacismo financiero y las medidas de defensa desde el movimiento obrero.

Desde hace décadas las compañías transnacionales y sus grupos de presión se han organizado cuidadosamente para crear un entorno regulatorio y fiscal que favorezca la ganancia financiera cortoplacista sobre la inversión a largo plazo, aunque este proceder atente contra los derechos humanos y aliente la eliminación de miles de puestos de trabajo.

Desde la UITA se reconoce que durante el prolongado período de auge de la posguerra, que se extendió durante la década de 1970, las empresas que impulsaban el sector de alimentos procesados construyeron sus posiciones de dominio en base a una inversión paciente y sin prisa.

Actualmente, los movimientos a corto plazo en los precios de las acciones, en lugar de la inversión paciente, dictan la estrategia de empresas que compiten en los mercados financieros para ofrecer mayores tasas de rentabilidad.

Cuando la reducción de la nómina indicaba antes un futuro incierto y se reflejaba en una disminución del precio de las acciones, ahora las compañías anuncian recortes masivos de empleos, precisamente con el fin de atraer inversores, sin tomar en consideración el impacto operativo

Según Morcillo, “el proceso de cortoplacismo financiero está provocando una concentración creciente en un número cada vez menor de compañías, la caída del salario real a nivel global, mayor precarización y menos empleos”.

Luego de la presentación de la UITA y la exposición de S. Ryan Isakson, profesor de la Universidad de Toronto (Canadá), los delegados y delegadas trabajaron en grupo. Las conclusiones se conocerán en breve.