El ministro de Trabajo dijo que no escuchó propuestas en el palco y que los camioneros tienen que pensar en un modelo sindical con convenios inteligentes, que faciliten logística y carga de calidad
El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, estuvo en el piso de Infobae TV después de la movilización de Hugo Moyano, sectores kirchneristas, de la izquierda y de los movimientos sociales. Aquí su evaluación de la protesta.
—¿Cuál es la primera evaluación que hace de la marcha?
—Lo que vimos es un conjunto de dirigentes discutiendo y planteando críticas al Gobierno actual, pero sin ninguna propuesta en todos los discursos que hubo. Se reflejó más una cuestión de intereses personales que un debate sobre cómo mejorar la situación de los trabajadores de la Argentina, de los que no tienen trabajo y de cómo podemos hacer para resolver los problemas.
¿Le sorprendió la cantidad de gente? Me parece que los organizadores esperaban más…
—Mire, más allá del número, que tiene más que ver con la capacidad de movilización que tiene alguno más que otro, lo que creo es que el debate de la Argentina que queremos construir no estuvo presente. También lo que vi es un conjunto que se juntó por la oportunidad, no por otra cosa. Eso es lo que más debilitó esa composición, porque era un mosaico extraño, un conjunto de dirigentes que hace poco se criticaban entre ellos, dirigentes del kirchnerismo que cuando tuvieron que dar respuestas a la gente no lo hicieron.
—¿Pero cuál es el reclamo concreto?
—No queda claro, tiene más que ver con la protección de un dirigente y sus privilegios. En los últimos 16 meses creció el empleo registrado, tiene que seguir subiendo, pero lo está haciendo en forma sostenida. En el año pasado, el promedio de los salarios a través de paritarias generó la posibilidad de hacer crecer el salario real en 3 puntos. Ninguno de los que estuvo en ese palco se anima a dar un debate de fondo.
—¿No será que no se sienten escuchados, que no tienen diálogo?
—Mire, Silvia, nosotros hemos tenido diálogo con todos los que están en esa tribuna si es que lo que se busca es construir. Si vienen con condicionamientos o con conductas extorsivas, no va con lo que queremos llevar adelante.
—¿Califica esta marcha como una "conducta extorsiva"?
—Yo creo que muchos querían hacer una demostración de fuerza para cambiar la situación judicial de algún dirigente. Pero en Argentina nadie tiene coronita, como dice el Presidente, y cada uno que sea llamado por la justicia, tendrá que hacerlo.
—¿Y ahora cómo sigue esto? ¿Volverá el diálogo con Hugo Moyano?
—El diálogo con este Gobierno siempre está abierto, pero no queremos condicionamientos, no queremos mecanismos extorsivos. Me siento pero si me resolvés tal problema judicial, no va más en la Argentina. Ya lo hemos hecho en el sector de energía, en el sector de la carne, en el sector que tiene que ver con automotores y motos, en la construcción, nos sentamos al debate en serio entre empresarios y trabajadores para resolver problemas en serio, ese es el debate maduro que queremos tener.
—¿También con Hugo Moyano?
—Por supuesto, con todos los dirigentes.
—¿Usted mantuvo diálogo con Moyano durante estas semanas?
—La verdad que no tengo diálogo con él desde hace algún tiempo, pero más allá de eso, él conoce la predisposición de este Gobierno para establecer el diálogo. Pero también conoce que no vamos a ser sometidos a ninguna medida extorsiva ni ningún condicionamiento porque el Presidente tiene un mandato con la gente que dice que tenemos que reformar nuestra estructura productiva, para generar más oportunidades de empleo para todos los argentinos que están buscando. Ese es un debate de fondo. Nosotros queremos encontrarnos con él en las mesas de Transporte sobre logística y carga con los ferroviarios, los portuarios, con los aeroportuarios.
—¿El va a esas mesas?
—Ha participado, hace ya varias reuniones que no va.
—Moyano tiene el prejuicio de que el Gobierno está atrás de las denuncias judiciales…
—Lo que nosotros tenemos claro es que no vamos a limitar a los organismos del Estado, inclusive la UIF, elabore todos los informes que tengan que hacer, y luego la justicia haga lo que tiene que hacer. El dijo que está a disposición de la justicia y yo celebro que sea así, como tenemos que estar todos. Eso es un gran aprendizaje.
—El también pidió hoy que no se insulte al Presidente. Y no convocó a un paro. ¿Usted cree que él quiso hacer un demostración de fuerza y ahí se quedó?
—Eso habrá que preguntárselo a él. Yo creo que quedó claro que nuestro Gobierno no defiende prebendas ni privilegios de ningún sector, y ese mensaje es el mensaje claro que queremos dejar.
—Moyano, sin embargo, dio una frase dura, dijo algo así como que "este Gobierno gorila no tiene que estar más en la conducción del país". ¿Usted se siente comprendido por esa frase? ¿Es un Gobierno gorila?.
—Muy lejos de eso, el nuestro es un Gobierno que escucha, que está al lado de la gente, que tiene la obligación de seguir haciéndolo. Cuando un Gobierno gana por más del 40 por ciento de los votos, y todavía hay gente que no tuvo solución a los problemas que demanda, me parece que tenemos que ser mucho más cuidadosos cuando se habla del Gobierno.
—¿Usted se siente con toda la potencia para dar estos debates a pesar de la polémica que se generó con su ex empleada, o la ex empleada de su hermano?
– Mire, el Presidente me encomendó este mandato. Yo vengo a participar en política para hacer esta transformación. Por supuesto que todas las cuestiones personales también están en discusión. Sobre todo tenemos que plantearlos cómo podemos construir un futuro próspero para todos los argentinos. En eso yo me siento con toda la energía y todas las ganas.
—¿Cómo debería ser un sindicato camionero del siglo XXI?
—Tendría que pensar de qué manera poder desarrollar los mejores servicios para todos los trabajadores, cómo capacitarlos con los cambios tecnológicos que se vienen en el mundo. Cuando uno se plantea convenios inteligentes para evitar rigideces en la provisión de logística y carga que no pueden resolver, o que no tienen servicios de calidad. Ahí está la habilidad del dirigente, mirar un poco más allá de lo que mira el resto de la gente.
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