Memoria, participación y compromiso

Memoria, participación y compromiso

El histórico dirigente del Centro Gremial de Maltería Oriental (CGMO) y de la Federación de Obreros de la Bebida (FOEB) participó de una reunión con representantes sindicales de Nestlé Uruguay y charló con La Rel de los desafíos que debe afrontar el movimiento obrero.

Por Amalia Antúnez

El objetivo del encuentro —realizado el pasado miércoles 31 en la sede de la Rel UITA en Montevideo— fue compartir la experiencia de su organización en la implementación, en acuerdo con la empresa, de la reducción de la jornada laboral sin pérdida de salario, una antigua aspiración del Sindicato de Trabajadores de Nestlé alineada con las reivindicaciones de la central obrera PIT-CNT.

Durante casi dos horas de conversación descontracturada y amena, Juan —viejo amigo de la Rel UITA— recorrió diversos temas, aclaró dudas de los compañeros de Nestlé y se ofreció a contribuir a la formación de los jóvenes dirigentes.

Finalizado el intercambio, aprovechamos para conversar con él sobre las dificultades cada vez mayores para acercar a la juventud a la militancia gremial.

“El gran desafío es la formación de cuadros y la comunicación como herramienta fundamental, tanto hacia adentro como hacia afuera, así como el contacto permanente con el barrio, la comunidad”, dijo.

Conocer la historia

Para Juan es necesario que las nuevas generaciones conozcan los procesos históricos de lucha.

“Tienen que saber que los derechos y los beneficios que gozan hoy día son el resultado de largas luchas del movimiento obrero, que no les son otorgadas por la bondad de los patrones y sí por las negociaciones colectivas, algunas de ellas mediante conflictos y demorados procesos”, afirmó.

Otro tema fundamental es que no se puede permanecer al margen de la revolución técnico-científica y sus impactos en el mundo del trabajo.

“Las nuevas tecnologías de la información, la robótica, la inteligencia artificial exigen de los sindicatos nuevas posturas y la necesidad de ir construyendo propuestas con una visión de país y no solo de sectores”, señaló.

El hecho que en Uruguay el PIT-CNT es la única central obrera, ha permitido trabajar en esa línea. Sin embargo, alentó a profundizar en el tema.

“Por un lado, los avances tecnológicos y científicos afectan los puestos de trabajo, la calificación, las nuevas tareas y toda una serie de perjuicios para los trabajadores y trabajadoras, incluidas patologías derivadas del estrés. Por otro lado, la sociedad se tiene que ir acoplando a la nueva realidad, a ese nuevo orden que también trae sinsabores a los obreros”.

Puentes

En este escenario, los sindicatos tendrán que estar bien informados, conocer mejor su ambiente laboral y todo lo que atañe a las empresas para las que trabajan sus representados, además tienen que tender puentes con la sociedad civil y con otras organizaciones.

Para eso es fundamental que fortalezcan las estructuras sindicales de segundo y tercer grado.

“La central sindical juega un papel importantísimo a la hora de definir políticas. La reducción de la jornada laboral sin pérdida de salario puede ser un paliativo para los trabajadores y las trabajadoras que sufren patologías derivadas del trabajo y también ofrece la vinculación de más trabajadores al mercado laboral”.

Son temas que se tienen que empujar a nivel de país, dijo Juan.

“Actualmente los dirigentes y los sindicatos tienen otros retos, especialmente porque ha cambiado mucho la visión del trabajo en las nuevas generaciones. Ahora se da un fenómeno de alta rotatividad laboral: los jóvenes no se quedan mucho tiempo en un solo trabajo, es una mano de obra con calificación media o alta y que tiende al teletrabajo”.

Nuevos niveles de organización

Este escenario abre el desafío de organizar ese grupo y buscar nuevos niveles de representación. Las organizaciones de segundo y tercer grado como la UITA deben jugar allí un papel fundamental, así como el fortalecimiento de las relaciones con las federaciones locales e internacionales.

Pero para ello debe aumentar la participación.

Esa, dijo Tons, ha sido una dificultad histórica en Uruguay porque la formación y la información son una tarea que requiere compromiso y permanencia.

“El vínculo cercano con la comunidad en la que está inserto el sindicato es esencial: generar espacios de convivencia e intercambio con escuelas, policlínicas, clubes de barrio. Las empresas son muy inteligentes y lo hacen destinando fondos a proyectos sociales. Los sindicatos deben hacer lo mismo”.

Para recuperar al militante sindical, Tons volvió a insistir en la necesidad de rescatar la historia del movimiento obrero, de los sindicatos y las federaciones históricas, y de sus logros.

“Solos no podemos construir nada, porque la realidad de uno está indefectiblemente ligada a la de los demás”, dijo.

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