Minerva, el mercado y los trabajadores

Minerva, el mercado y los trabajadores

La compañía Minerva Foods es una empresa frigorífica de origen brasileño que opera en ese mercado desde principio de los años 90. Su casa matriz está ubicada en la ciudad de Barretos, en el estado de Sao Paulo, pero posee operaciones de producción y distribución en los cinco continentes.

Con su estrategia de expansión regional, Minerva tiene como principal objetivo situar a la industria norteña como un jugador de relevancia en las cadenas globales de distribución de alimentos.

En América Latina, posee unidades en Paraguay, Argentina, Chile, Uruguay y Colombia, convirtiéndose así en la empresa líder en exportación de carne vacuna en la región desplazando a su competidora directa, JBS.

En Uruguay desembarcó en 2011, cuando adquirió el frigorífico PUL, ubicado en Melo, departamento de Cerro Largo, y expandió sus negocios con la compra de los frigoríficos Carrasco (2014) y Canelones (2017). Más recientemente firmó un compromiso de compra de la planta de Breeders & Packers Uruguay (BPU).

Esta nueva adquisición, que es casi un hecho, encendió alarmas tanto en productores como en los trabajadores de la compañía, que aseguran que con esta operación la brasileña tendrá la sartén por el mango de toda la cadena productiva del sector.

Las penas son de nosotros,

las vaquitas son ajenas

En cuanto a relaciones laborales, Minerva suele imponer sus condiciones, y aunque se dispone a negociar con los sindicatos, se ciñe a sus principios de cuasi monopolio para presionar acuerdos que sean favorables a sus intereses.

Desde que llegó a Uruguay, tiene un sistema rotativo de licencias y seguro de paro entre sus plantas frigoríficas, sistema que muchas veces utiliza como mecanismo de presión en la negociación colectiva.

Esto fue lo que hizo con los trabajadores y trabajadoras del frigorífico Canelones para forzar una rebaja salarial.

Los mandó más de un año y medio al seguro de desempleo, y cuando hubo que negociar un nuevo convenio, en 2021, el Sindicato de Obreros y Obreras del Frigorífico Canelones (SOOFRICA) priorizó la reapertura de la planta, lo que supuso una rebaja salarial que ahora el gremio busca recuperar.

En enero de este año el Sindicato presentó un pliego de reclamos, pero, según informó, la empresa no fue receptiva a ninguno de los puntos planteados y SOOFRICA resolvió, entre otras cosas, hacer conocer a la población el crítico momento que están viviendo.

El presidente del sindicato, Raúl Torres, señaló que además de las reivindicaciones salariales que son de vital importancia para los trabajadores y las trabajadoras, urge definir aspectos que refieren a la organización del trabajo a la interna de la empresa.

Minerva alega que el mercado cárnico está en crisis debido a factores como la guerra entre Rusia y Ucrania, la merma en la demanda de carne por parte de China y la sequía que afecta la producción ganadera en Uruguay.

En manos extranjeras

Sin embargo, firmó recientemente un acuerdo de compra del frigorífico BPU del conglomerado japonés NH Foods, por 40 millones de dólares, y según datos aportados por el portal Uruguay XXI, en 2021 solo el Frigorífico Canelones exportó por más de 200 millones de dólares.

De concretarse la compra de BPU, Minerva pasaría a concentrar el 28,3 por ciento de la faena bovina total –unos 747 mil animales–, con lo que tendría el 18 por ciento del abastecimiento de carne bovina refrigerada y productos cárnicos en Uruguay y, junto con la otra brasileña que opera en el país, controlaría el 56 por ciento del mercado.

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