La morosidad de los hogares argentinos marcó un récord histórico

La morosidad de los hogares argentinos marcó un récord histórico

La morosidad de las familias argentinas alcanzó en octubre de 2025 su nivel más alto desde que se llevan registros en 2010, informó el Banco Central de la República Argentina (BCRA) en su último Informe sobre Bancos. El dato refleja un duodécimo mes consecutivo de incrementos, consolidando una tendencia de deterioro en la capacidad de pago de los hogares. 

Según el reporte al que accedió la agencia, el índice de irregularidad crediticia familiar llegó al 7,8 % en octubre, lo que representa un salto de 5,5 puntos porcentuales respecto al mismo mes del año anterior. Este crecimiento sostenido en los atrasos se concentra principalmente en los préstamos personales y las tarjetas de crédito, los segmentos más sensibles a las restricciones financieras de los hogares. 

El BCRA detalló que la morosidad en los préstamos personales alcanzó casi el 9,9 % del total de créditos de ese tipo, con un aumento interanual de 6,5 puntos porcentuales. Asimismo, la irregularidad en las tarjetas de crédito se ubicó en 7,7 % en octubre, también con un fuerte crecimiento anual. En contraste, los créditos hipotecarios presentaron niveles relativamente estables, alrededor del umbral del 1 %. 

El informe incluyó también un panorama del comportamiento de la mora en otros segmentos del sistema financiero: la morosidad en las empresas subió de 0,7 % a 1,9 % en el año, particularmente en préstamos prendarios, y al consolidar los datos de hogares y firmas, el índice general de irregularidad del sistema financiero alcanzó el 4,5 % en noviembre, la cifra más alta desde fines de 2021.

El avance continuo de la morosidad familiar se da en un contexto económico con tasas de interés elevadas y presión sobre los ingresos reales de los hogares, lo que complica el cumplimiento oportuno de obligaciones crediticias, especialmente las más flexibles como las personales y de tarjetas. 

Este récord histórico de créditos en mora se suma a otros indicadores que reflejan el desafío que enfrentan los hogares argentinos para sostener sus pagos en un clima de costos de vida elevados y restricciones de ingresos.

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