Por las paritarias, los trabajadores registrados mejoraron su participación en el PBI

Por las paritarias, los trabajadores registrados mejoraron su participación en el PBI

La remuneración hacia los trabajadores mejoró, al mismo tiempo que se redujo la gancia del sector privado. De todas maneras, persiste una fuerte distancia con los trabajadores no asalariados que no llegan a cubrir una canasta alimenticia. 

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SEBASTIÁN PREMICI

 

La participación de los asalariados en la generación del ingreso mejoró casi cuatro puntos porcentuales durante el segundo trimestre de este año comparado con el mismo período del 2022. A su vez, el excedente de explotación bruto, es decir el saldo contable de las empresas, retrocedió 4,38 puntos porcentuales. Este proceso evidenciaría, por un lado, la suba de los salarios en los sectores formales que cuentan con paritarias para no perder contra una inflación que no se detiene, combinado con la merma de la actividad en algunos sectores claves, como el agropecuario. Sin embargo, no todos los trabajadores gozan de paritarias. Al segundo trimestre, el Indec registró 5.440.000 empleados sin recibo de sueldo. Otro factor de inequidad puede observarse hacia el interior de cada rubro, como el minero, los hidrocarburos o agropecuario, en donde prima más la ganancia empresarial en detrimento de la retribución hacia sus trabajadores.

Según el último informe sobre generación del ingreso publicado por el Indec, la remuneración al trabajo asalariado aumentó un 122,9% respecto al mismo período de 2022. “En términos del valor agregado bruto (VAB) medido a precios básicos, su participación representó un 44,6%, y registró un ascenso de 3,84 puntos porcentuales respecto del segundo trimestre de 2022”, puede leerse en el informe oficial.

El llamado excedente de explotación bruto se explica como el saldo contable de las empresas devengado de los procesos de producción sin tener en cuenta los intereses, las rentas o los gastos análogos a pagar por los activos financiero. Dicho saldo contable se obtiene una vez que la remuneración de los asalariados y los impuestos menos las subvenciones sobre la producción se deducen del valor agregado. Es decir, sería la ganancia que les queda luego de retribuirle un salario a sus trabajadores y trabajadoras.

Al segundo trimestre de este año, el excedente alcanzó el 45,4% del valor agregado bruto, una caída de 4,38 puntos porcentuales en relación al mismo período de 2022. “Este descenso se explica por las contribuciones de los sectores Agricultura, ganadería, caza y silvicultura (-4,40 p.p.), Intermediación financiera (-0,71 p.p.) y Transporte, almacenamiento y comunicaciones (-0,55 p.p.)”, sostuvieron desde el Indec. La merma en la actividad del sector agroexportador se explica por la sequía, que redujo la producción casi un 50%.

Así y todo, resulta relevante observar lo que sucede hacia el interior de cada sector para analizar las rentabilidades privadas y su relación con los llamados costos laborales. En el caso del sector agrícola ganadero, las empresas se quedaron con el 78,4% del valor agregado bruto frente al 15% de la remuneración hacia sus trabajadores. La diferencia resulta abismal, más allá de la mejora en seis puntos porcentuales para los trabajadores comparado con la situación de 2022.

En el sector agrícola existían 1.217.000 puestos de trabajo al segundo trimestre de este año, 4500 puestos menos en la comparación interanual. De ese total, apenas 334.000 contaban con un recibo de sueldo mientras que 495.000 eran empleados informales. La precariedad laboral en primer plano.

Por otro lado, la remuneración al trabajo asalariado del sector industrial representó un 30,6% del valor agregado, ubicándose en un nivel similar al del mismo período de 2022 (30,8%). Según un análisis del Grupo de Estudios de la Realidad Económica y Social (Geres - Pablo Barousse), la participación de los y las asalariadas resultó 15,9 puntos porcentuales inferior en comparación con segundo trimestre del 2017 y 6 puntos porcentuales menor al 2019. “En contrapartida, la participación del excedente bruto de explotación creció 11 puntos en relación al 2017”, explicaron desde Geres.

En el caso de este rubro, existen 2.618.000 puestos laborales, de los cuales 1.188.000 estaban registrado, mientras que 558.000 personas no contaban con recibo de sueldo. El cuentapropismo llegó a los 872.000 puestos. La distribución de la riqueza e ingresos quedó a favor del sector del sector privado.

Para el sector denominado “explotación de minas y canteras”, que incluye la actividad hidrocarburífera y la minería, las empresas se quedaron con el 73,5% del valor agregado bruto frente al 28% de la participación de los asalariados, con una reducción de impuestos del 1,6%. Este resultado presenta una mejora de tres puntos porcentuales en relación al segundo trimestre de 2022 para los asalariados y una merma en el mismo porcentaje para las empresas del sector.

En la actividad minera e hidrocarburífera predominarían los mejores sueldos del país. Así y todo, la distribución hacia el interior, resulta abultadamente más beneficiosa para el sector privado, con reducción de impuestos y beneficios fiscales incluidos.

 

Al segundo trimestre de este año, los puestos de trabajo totales alcanzaron 22.161.000, lo que representó un incremento de 1,6% respecto a igual trimestre de 2022. Los asalariados registrados aumentaron un 3% interanual.

Para junio de 2020, en el inicio de la pandemia, había 10.323.000 puestos registrados privados; pandemia de por medio, para el mismo período de este año se alcanzaron los 11.167.000 puestos. Es decir, 884.000 empleos registrados privados más. La película completa indica que, en el mismo tiempo bajo análisis, los puestos no registrados, es decir aquellos que no gozan ni de recibo de sueldo ni de paritarias, pasaron de los 3.163.000 a los 5.440.000. Es decir, 2.277.000 puestos precarios.

Este guarismo explicaría, en parte, la existencia de trabajadores pobres que no llegaban a cubrir la canasta básica alimentaria, uno de los temas pendientes de la actual gestión del Frente de Todos.

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