Pese al cupo, las mujeres siguen relegadas en la CGT

Pese al cupo, las mujeres siguen relegadas en la CGT

En la última renovación se sumaron secretarías para implementar paridad de género, pero igual siguen fuera del centro del poder. La situación es más dificultosa puertas adentro de los sindicatos. Críticas de las pocas que ganan espacios.

La representación femenina en los altos cargos gremiales aparece deslucida, con pocos nombres en las estructuras pero con una generación de mujeres dispuesta a dar batalla para cambiar la realidad. Una generación que encuentra motivos para describir el panorama y confía en que nuevos cuadros ganen protagonismo.

En la principal central obrera del país, la CGT, pisa fuerte una dirigente cercana a los Moyano, Graciela Aleña, secretaria general de Trabajadores Viales, referente de la poderosa Confederación de Trabajadores del Transporte. Es una de las dos mujeres que integran el consejo directivo al frente de la Secretaría de Igualdad de Oportunidades, luego del congreso del año pasado, que amplió a 36 las secretarías y consagró el cumplimiento del cupo femenino.

“Hay una apertura para las mujeres, con el porcentaje para cubrir cargos. Y espero que siga así porque las falencias son muy grandes en el sindicalismo, sobre todo en los lugares más importantes de cada organización”, sostuvo la gremialista en un diálogo que mantuvo con PERFIL sobre el rol de la mujer en el ámbito sindical.

Desde su punto de vista, hay varios factores que explican lo que sucede: “Históricamente, el hombre era quien conducía los sindicatos, salvando excepciones. Y las mujeres acompañábamos con algún cargo, o no. Y esa falencia se fue notando a lo largo de los años, hoy son muy pocas las mujeres que están en las secretarías generales. Pero también los tiempos cambiaron: con la salida laboral de la mujer, hay mayor necesidad de participación”.

Además de Aleña, quien ocupa un rol dentro de la CGT es Noé Ruiz, la histórica secretaria general de la Unión de Trabajadores de Moda e Imagen Publicitaria de Argentina (AMA), que dispone de la Secretaría de Género. Su miltancia comenzó en los 90, años en los cuales no tenían “reconocimiento en ningún estatuto, ningún hombre nos ofreció nada, ni siquiera un espacio para reunirnos” y fue una de las que abogaron por el cumplimiento “real” del cupo femenino de la central de la calle Azopardo. Aunque, como lo mencionó ante El Diario AR, está convencida de que la paridad será un hecho de forma paulatina, siempre y cuando las mujeres sigan reclamando por sus derechos.

Para Romina Del Plá, referente de Suteba y diputada nacional del FIT, la representación femenina en el gremialismo posee los mismos límites que en la política. Sin embargo, añadió: “Nos vamos abriendo camino, con protagonismo concreto, lo hemos visto por ejemplo en la lucha de los trabajadores de la salud de Neuquén, lideradas por mujeres. Y se ve también en el movimiento piquetero”.

Ante este panorama, no son pocos los dirigentes gremiales de trayectoria que en privado señalan que en sus gremios “no hay mujeres” y por eso carecen de representación. Una frase que desmiente Del Plá: “En el gremio ferroviario hay una lucha por el reconocimiento y el acceso de la mujer al trabajo, que está reservado para los hombres. Y hay muchísimas fábricas y actividades con mujeres. Pasa que no quieren darnos lugar, lo vemos en la CGT: la burocracia sindical utiliza el cupo femenino para bloquear la presentación de listas opositoras en los gremios. Nosotros somos críticos de ese cupo porque termina siendo un elemento de refuerzo de la burocracia”.

Silvia León, secretaria de Género de la CTA Nacional y dirigente de ATE, también brindó su punto de vista: si bien reconoció que existió “un avance” en la participación de la mujer, gracias a una fuerte movilización del feminismo popular, pidió políticas públicas que garanticen “el acceso al mundo laboral, nosotras tenemos empleos precarizados y mal pagos”.

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