Las posturas sindicales, los pases de factura y la reorganización del PJ

Las posturas sindicales, los pases de factura y la reorganización del PJ

La disminución de la cantidad de votos cosechadas por el Frente Justicialista por Tucumán, en relación a las PASO, le ha costado una banca al justicialismo provincial.

 

Por: Martín Faciano.

Mientras la mayoría de los dirigentes y analistas políticos se erotizan con solo pensar en la posibilidad de una fractura interna en el Partido Justicialista Distrito Tucumán, los análisis y las conjeturas  que transitan en esa dirección, se consolidan como un sólido relato poselectoral que le asigna un rol protagónico a la traición. Así, sobre el recelo,  la desconfianza y la paranoia, se conforman  los supuestos bandos con  que se erosionan  la base de los vínculos en el conjunto de la dirigencia peronista comarcana.

Quien se encargó de encender el fuego para quemar la pirotecnia poselectoral, fue el líder del Oeste.  “El alperochivismo hizo poco y nada, no acompañó y jugó para que este fuera el resultado”, señaló el Diputado Nacional, José Orellana en diálogo con los periodistas del programa de Radio Nacional, “De Primera Mano”.

Lo manifestado por el histórico dirigente famaillense, bien puede entenderse como la representación  generalizada de los silenciosos sentires de la mayoría de los dirigentes que, siendo los principales referentes de sus circuitos, atestiguaron  en sus jurisdicciones la disminución  de la cantidad de votos cosechados en agosto.

Sentires que pocos referentes se animaron a expresar a viva voz, y en muchos casos ni siquiera a susurrar por lo bajo. Incluso el Vicegobernador y cabeza de lista, Osvaldo Jaldo, en diálogo con el conductor de Los Primeros, Omar Nóblega llegó a responsabilizar de los resultados finales, al resto de las listas del FJpT que participaron en las internas abiertas de agosto. ”El resto de las listas no quisieron acompañar a la Celeste y Blanca” manifestó Jaldo.

Bajo esa óptica, con la estructura del “Jaldismo” duro y puro como primera línea de choque, el binomio gubernamental Manzur – Jaldo intentaría poner freno al “Operativo Retorno” orquestado desde el Alperovichismo.

Quienes cabalgan sobre la hipótesis de la “Traición a la rusa”, señalan que la génesis de la misma, tiene como elemento fundacional las declaraciones en el programa matutino de Canal 10, vertidas por Marcelo Sánchez, el titular de ATE Tucumán. Sánchez, dirigente político y sindical cercano al Intendente bandeño Darío Monteros, había expresado entonces, que en 2019, ATE acompañaría al peronismo, si su candidato a Gobernador fuere peronista y católico. La factura, con delay, habría llegado el pasado domingo y se tradujo en la pérdida de casi 2.000 votos para el FJpT, solo en el Departamento de Cruz Alta.

Pero los más escépticos, aún advirtiendo los recientes  movimientos en la Legislatura y las últimas operaciones político mediáticas, aseguran que en realidad la disputa entre el tridente Manzur – Jaldo – Alperovich, es en realidad  parte de un acuerdo que funciona como barrera de contención, que permite cerrar con los dirigentes vinculados al justicialismo provincial, siempre adentro. Si se considera, por ejemplo, el coyuntural encuadramiento de la Asociación Bancaria, y de la Legisladora, Stella Maris Córdoba, se podría validar parcialmente esta perspectiva.

Por su parte, los dirigentes sindicales que recientemente conformaron  la CGT Regional Tucumán, parecieran haber tomado una postura de antemano, y algunos  de ellos ya se preocupan por los costos políticos que la misma podría acarrear. Es que la foto en el quincho del ex mandatario, supo también interpretarse como un mensaje para el Gobernador Manzur, quien desde que asumió se volvió una “figurita difícil” para el común de la dirigencia sindical local.

Las elecciones legislativas intermedias han culminado. El tiempo de la especulación política parece haberse terminado, y el momento de tomar definiciones habría llegado. Las fotos han dejado de ser casualidades para convertirse en la explicitación de posturas políticas concretas. Quizás la disputa interna no asuma las formas de una tradicional interna partidaria. Lo que si está claro es que cuando se decidan los destinos del justicialismo provincial y de la gobernación en 2019, será tan traidor el que esté en ambos bandos, como el que no esté en ningún lado.

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