Luego de siete días de lucha y con la intervención de los ministerios de Trabajo de Nación y Provincia, BedTime reincorpora a los despedidos y paga parte de los haberes atrasados. Por ello los trabajadores resolvieron en asamblea levantar la permanencia que llevaban adelante el viernes pasado.

"El día de hoy, lunes 4 de mayo de 2020, ha ingresado la primera tanda de compañeros que fueron despedidos y la quincena próxima deberá entrar el resto. Después del medio día se acreditó la primer parte de los haberes atrasados, con lo cual la empresa cumple con la primer parte de los compromisos tomados con sus trabajadores. Además la patronal comenzó a poner en funcionamiento las medidas de bioseguridad contra el Covid19, un reclamo que también venimos haciendo los trabajadores desde el 6 de abril.", aseguraron en su comunicado.

Además relatan cómo desde la auto organización resolvieron la articulación entre la prevención frente a la pandemia y la toma de la fábrica: "La empresa ha tomado el ejemplo que llevamos adelante los trabajadores durante la permanencia, colocando una posta sanitaria en el portón de ingreso".

En medio del aislamiento social, preventivo y obligatorio y de la crisis sanitaria que vive el país, los trabajadores de la reconocida fábrica de colchones BedTime decidieron ocupar la planta que la firma tiene en el partido bonaerense de Tigre, tras no obtener respuesta satisfactoria de la empresa.

Las opciones que les dieron eran trabajar igual por la mitad del sueldo o aceptar los despidos de la mitad de la planta, pero ambas fueron rechazadas y los trabajadores permanecieron en su lugar de trabajo durante siete días, realizando distintas actividades de visibilización.

Desde la empresa llegaron a mandar telegramas de despidos "con causa justa" y a denunciarlos por violar el aislamiento obligatorio. Allí jugó Trabajo bonaerense, que se acercó a la planta, constató el conflicto laboral y que se mantenga la ocupación con distanciamiento social para evitar desalojos.

Desde la toma respondieron en ese momento que se trataba de "un acto de cinismo por partida doble: por un lado, y dicho por ellos mismos, son los que más presionaron para conseguir la habilitación en medio de la cuarentena, utilizando de excusa la fabricación de colchones para hospitales, para luego ponernos a producir colchones premium".