Sin respuesta a sus reclamos, los trabajadores de Garbarino recurren a la justicia para cobrar

Sin respuesta a sus reclamos, los trabajadores de Garbarino recurren a la justicia para cobrar

Con el casi cierre definitivo, judicializaron el pedido para que la empresa de electrodomésticos abone los salarios caídos y las indemnizaciones. Decepción por la “falta de compromiso” del gobierno con su situación.

A casi un año que comenzaran los problemas para pagar los salarios, la crisis en Garbarino está en una etapa terminal. Sin respuesta por parte de la empresa ni un compromiso o intervención formal del gobierno, los empleados de la que supo ser la primera empresa de venta de electrodomésticos recurren a la justica para intentar cobrar lo que se les debe, entre sueldos e intervención. La firma reabrió apenas unos locales, que hacen operaciones online, mientras otros ya fueron ocupados por otros comercios, lo que marca una situación sin retorno. Por eso la judicialización es la única forma que encuentran los trabajadores y delegados de intentar cobrar algo de los que les corresponde. En este contexto, se mostraron decepcionados por la “falta de compromiso” del gobierno nacional, que más allá de recibirlos y hacer algunos intentos para mediar, nunca intervinieron de manera directa, dejando que la empresa “haga lo que quiera”.

A comienzos de esta año, Garbarino comenzó a desvincular a los pocos empleados que quedaban en lucha, comenzando con los delegados sindicales. Ese fue el caso de Érica Salazar, representante del Sindicato de Empleados y Obreros de Comercio y Afines Zona Oeste (SEOCA), que fue despedida en enero pasado. “Lo de Garbarino está todo judicializado, a los delegados nos desvincularon en enero. A partir de eso recurrimos a la justicia, para ver si podemos cobrar algo de lo que nos deben”, le dijo Salazar a Gestión Sindical. La ex representante de los trabajadores recordó que “la empresa está concursada, por lo que hay todo un procedimiento previo para hacer la demanda laboral”.

A los empleados se les debe al menos nueve meses de salarios, además de las indemnizaciones de quienes no se sumaron a los retiros voluntarios, que no fueron pagados tampoco. “Nos dejaron en ruinas a todos y sin ningún tipo de respuesta”, se quejó Salazar. En la presentación que se hizo a la justicia, además del reclamo de los salarios se recordó que los despidos se dieron violando el decreto nacional que impedía las cesantías por la pandemia. En cuanto a los delegados, se violaron los fueron sindicales que les entrega la ley. Otro punto que se pide investigar es cómo se manejaron los fondos de la firma, desde que fue comprada por Carlos Rosales hasta que llegó a este momento.

Falta de compromiso

Durante todo este proceso, los trabajadores realizaron muchas marchas y actividades para visibilizar sus reclamos, junto a los gremios mercantiles. Cuando la situación empeoró, hubo reuniones con funcionarios del gobierno, incluyendo al propio presidente Alberto Fernández, donde hubo compromisos de intervenir, pero la intención se fue diluyendo, y para los empleados “quedó en nada”. “No se resolvió nada, por parte del gobierno no encontramos ninguna solución, no hubo una intervención directa en la empresa, lo único que se hizo su aplicarle una multa por el Ministerio de Trabajo, que para nosotros fue nada”, afirmó Salazar.

Las negociaciones desde un principio fueron encabezadas por la empresa, el Ministerio de Trabajo y representantes de la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (FAECyS), pero no hubo mayores avances. “En las audiencias se labraron actas, pero como el ministerio no puede obligar a cumplir las cosas a la empresa, no pasaba nada”, dijo la referente del SEOCA.

Además, luego de reunirse con el Ministerio de la Producción, se anunció que los empleados iban a tener preferencia en el llamado Programa de Inserción Laboral (PIL), para lo cual debían anotarse. Pero el tema también se fue diluyendo. Como contó Salazar, esta propuesta “no dio soluciones concretas, cuesta muchísimo la reinserción laboral, sobre todo porque hay compañeros mayores, que el mercado no toma”. Estos problemas fueron expuestos en su momento, cuando se anunció el plan, además de la dificultad de los trámites para anotarse.

Cierres

En estos días, se supo que varios locales de Garbarino finalmente dejaron de estar vacíos, y fueron o alquilados por otras empresas o fueron refaccionados para dar lugar a otros emprendimientos. Por ahora, sólo un puñado de los puntos de venta está funcionando. “Tenemos entendidos que se abrieron cinco locales en Capital Federal y zona norte, trabajando con muy poco personal, ya que operar por Internet”, confirmó Salazar.

En abril del año pasado, comenzaron los problemas en el pago de salarios, lo que fue el comienzo de la crisis. A mediados de noviembre del 2021, Garbarino comenzó a enviar telegramas de despidos, profundizando el conflicto que existía en esos días, con locales tomados, por ejemplo. Allí, el Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria, y se comenzó a negociar una salida, ante la evidencia de que la firma estaba cerca de un cierre final. De hecho, en esos momentos estaba en concurso preventivo de acreedores, algo que sigue. En este tiempo, se buscaron varias alternativas, como la venta de la firma, y el gobierno comenzó a intervenir con ayuda, como la que entregó Desarrollo Social hasta fin de año.

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