El STIA denuncia un plan de ajuste en Molinos Río de la Plata

El STIA denuncia un plan de ajuste en Molinos Río de la Plata

El gremio de Alimentación denuncia una reestructuración ilegal en la empresa Molinos Río de la Plata que incluye ajuste, despidos y condiciones de trabajo peligrosas.

En medio de un agudo deterioro económico y social en Argentina, y bajo el impacto de las políticas de desregulación y apertura de importaciones impulsadas por el Gobierno de Javier Milei, el conflicto laboral en la planta de Molinos Río de la Plata ubicada en el partido bonaerense de Esteban Echeverría se profundiza.

Delegados del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA), denunciaron despidos, reducción salarial compulsiva y condiciones laborales peligrosas, como parte de un “plan de ajuste” implementado por la compañía.

Según detalla el portal Gestión Sindical, la situación fue expuesta por los trabajadores en una reciente audiencia ante el Ministerio de Trabajo bonaerense y en una reunión con el intendente local, Fernando Gray, quien se comprometió a respaldar el reclamo de los empleados. “Desde el Municipio estamos involucrados en la problemática de los trabajadores de Molinos Río de la Plata y a disposición de ellos en defensa de sus puestos laborales”, afirmó el jefe comunal.

La denuncia gremial sostiene que la empresa —perteneciente al Grupo Pérez Companc— comenzó una reestructuración sin diálogo con los trabajadores ni con el sindicato, reduciendo personal en áreas críticas y obligando a los operarios a renunciar a beneficios del convenio colectivo.

“Están jugando con la salud de los trabajadores y con el sustento de nuestras familias”, alertó Luciano Greco, delegado de la Comisión Interna, quien reclamó la intervención urgente de las autoridades ante el riesgo creciente de accidentes laborales.

El gremio advirtió que las modificaciones en las líneas de producción comprometen la seguridad de los operarios. “En sectores donde trabajaban cuatro personas, ahora obligan a cubrir el mismo ritmo con tres, lo que genera sobrecarga física y mental. Todo esto, sin respetar las normas básicas de seguridad e higiene”, afirmaron desde el sindicato.

Además, acusaron a la empresa de replicar una política sistemática de hostigamiento en todas sus plantas, negando licencias por enfermedad y omitiendo la denuncia de accidentes laborales. “Aprovechando la política anti sindical y anti trabajadora del Gobierno nacional, Molinos avanza con prácticas ilegales. Pero los trabajadores estamos firmes en defensa de nuestros derechos”, señaló el comunicado del STIA.

 

El impacto de la política económica

 

Este conflicto no se da en el vacío. Desde diciembre de 2023, el Gobierno de Javier Milei ha avanzado en una serie de reformas económicas que incluyen la liberalización de precios, la apertura irrestricta de importaciones, la eliminación de subsidios y el intento de desarticular convenios colectivos, lo que ha tenido un fuerte impacto sobre la industria nacional.

El sector alimenticio, históricamente estratégico, se ve particularmente afectado por la caída del consumo interno, la competencia desleal de productos importados y la incertidumbre laboral. Según datos del INDEC, la actividad industrial cayó más del 15% interanual en el primer trimestre de 2025, mientras que el desempleo y la informalidad aumentan en los principales cordones industriales del país.

Desde el sindicato apuntan que Molinos Río de la Plata utiliza este escenario para aplicar una “reestructuración encubierta” con fines de maximizar ganancias a costa del empleo. “La reducción de ventas no es culpa de los trabajadores, sino del ajuste brutal del Gobierno. Pero la empresa quiere trasladar ese riesgo a los empleados, precarizando y despidiendo en forma ilegal”, señalaron desde la Comisión Interna.

 

A la espera de una definición

 

Por ahora, el STIA no anunció medidas de fuerza concretas, aunque se especula con un posible paro en los próximos días. Todo quedará supeditado a la realización de nuevas asambleas y la evolución de las negociaciones.

Mientras tanto, los trabajadores continúan en estado de alerta. La audiencia ante el Ministerio de Trabajo no arrojó resultados positivos, y la empresa, representada legalmente por Marcelo Rolón, no mostró voluntad de frenar el proceso de ajuste.

“En Molinos no sobran trabajadores, faltan. Estamos sosteniendo la producción en condiciones insalubres mientras se juega con nuestra estabilidad”, concluyó el delegado Greco, visiblemente preocupado por el rumbo de la situación.

El conflicto de Molinos Río de la Plata se suma a una serie de protestas laborales que atraviesan diversas industrias del país, en un contexto económico que agudiza la desigualdad, la pérdida del poder adquisitivo y el riesgo de una crisis social de mayores proporciones.

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