Entre 2017 y 2025, los salarios de convenio sufrieron una caída del 20% en términos reales, mientras que los sueldos más altos —principalmente fuera de convenio— retrocedieron apenas un 10%, según un informe elaborado por la Secretaría de Trabajo. La diferencia marcó una ampliación de la desigualdad salarial del 8% dentro del empleo formal registrado.
El estudio detalla que mientras los trabajadores ubicados en los deciles de ingresos más bajos (del primero al sexto) recibieron incrementos en línea con las paritarias, los empleados de los deciles más altos lograron subas muy por encima del promedio, producto de premios, adicionales por desempeño y aumentos selectivos aplicados por las empresas.
“Los trabajadores con menores ingresos tuvieron incrementos acordes a las negociaciones colectivas, pero significativamente inferiores a los de los sectores de mayores salarios”, señala el informe oficial.
De acuerdo con el organismo, esta política de aumentos diferenciados “podría ser el principal factor que explica la ampliación de la brecha salarial verificada en el período más reciente”. El coeficiente de Gini, que mide la desigualdad de ingresos, mostró una tendencia creciente, lo que confirma un aumento de las brechas dentro del sector privado registrado.
A la par, el informe advierte una pérdida sostenida del poder adquisitivo en los principales convenios colectivos, especialmente desde 2018. “Los valores salariales reales definidos en paritarias configuran una dinámica claramente contractiva que se replica en casi todos los años del período evaluado”, subraya el documento.
Otro dato relevante es el cambio en la estructura del empleo: mientras que el trabajo asalariado registrado se redujo 0,2% entre enero y julio de 2025, el número de monotributistas creció 3,5%, lo que refleja un avance de las formas de contratación independientes y menos protegidas dentro del mercado laboral.
En conjunto, las cifras de la Secretaría de Trabajo muestran un panorama de creciente fragmentación y desigualdad salarial en el empleo formal argentino, con una base de trabajadores de convenio que pierde poder adquisitivo frente a los sectores de ingresos más altos y a un mercado que avanza hacia esquemas de precarización encubierta.
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