Como absoluto desconocido para el universo sindical y sólo aferrado a un vínculo de confianza con Jorge Triaca, el abogado penalista Horacio Pitrau pasó a ser en un año y medio un personaje central, responsable en última instancia de la gestión de las intervenciones a gremios así como del arbitraje de peleas entre dirigentes y de la aplicación de normas que históricamente fueron laxas para el rubro. Incluso de su oficina depende el reconocimiento pleno de los miembros del triunvirato de la CGT, Héctor Daer, Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña, todavía pendiente.

Conoció a su jefe, el ministro de Trabajo, en uno de los think tank del PRO en el que se analizaban temas judiciales durante la campaña presidencial. Recordado por periodistas por su paso como letrado en los pasillos de los tribunales federales de Comodoro Py por una década, Pitrau señala que tuvo también un largo desempeño como docente en derecho laboral en la Universidad de El Salvador. En una entrevista con Ámbito Laboral descarta que la injerencia haya sido excesiva, como se le imputa al Ejecutivo.

Horacio Pitrau: Será excesiva para los medios. En el Gobierno anterior se intervinieron al menos 40, 50 gremios sin que hubiese trascendido. Las intervenciones tienen dos objetivos: ordenar administrativamente el gremio y normalizarlo. En tres de los casos que salieron a la luz tienen que ver con la Justicia federal.

Periodista: Pero también plantearon recomendaciones que parecen de difícil cumplimiento para los sindicatos, como el cupo femenino. 

H.P.: Son previsiones legales. Un recordatorio de lo que van a tener que cumplir y lo que vamos a controlar de cerca en adelante.

P.: ¿Cuáles son las principales irregularidades que encuentran en los gremios? 

H.P.: Lo que se ve más habitualmente es que no se cumplen con los plazos electorales; hay falencias en las publicaciones; falta de idoneidad de parte de los candidatos, y vicios en los padrones. Antes no se exigía el cumplimiento de esos requisitos. Para nosotros todo hace a la transparencia. El objetivo clave es impulsar una mayor democracia sindical.

P.: ¿Qué encontró en la Dirección a su cargo? 

H.P.: Antes había mucho manejo político de los expedientes. Por ejemplo, se juntaban 25 tipos en un bar y armaban un sindicato, y de esta dirección salían las inscripciones gremiales. Ahora queremos dotar el área de un perfil más técnico y profesional.