El Covid-19 pone a la reforma laboral en modo inevitable sobre el mundo del trabajo

El Covid-19 pone a la reforma laboral en modo inevitable sobre el mundo del trabajo

La modificación de normas laborales que de hecho se apreciaba antes de la emergencia sanitaria se podría potenciar antes del "día después"

 

Al compás de las cifras sobre la catástrofe económica y de empleo bajo Covid-19 la metáfora de cualquier "brote verde" generación de trabajo asoma como utopía. Es el momento cuando se vuelve a hablar de reforma laboral y existen opciones de interpretación. La primera en cuanto a que ese proceso se concretaba antes de “la pandemia de la pandemia”, con la economía y el trabajo hecho trizas en una pérdida de puestos de trabajo asomando a los 190.000 para diciembre pasado de 2015/2019 y las estimaciones sindicales del presente respecto a 500.000 desde marzo.

La segunda versión de reforma laboral tiene sello, firma y argumentos del FMI, antes de su “espíritu navideño solidario”,  el cual sobrevoló la última charla con la CGT vía Zoom. Empero en esta historia hay un dato para tomar en cuenta, que el ex candidato presidencial Roberto Lavagna, una de las figuras del equipo económico que permitió al movimiento obrero “asomar la cabeza” post 2001 haya hablado de “flexibilización inteligente/controlada” no es un dato menor.

Lo hizo casi en simetría a lo que la Organización del Trabajo ( OIT) le enfatizara a BAE Negocios respecto a retomar actividad bajo Coronavirus: “lento, controlado y seguro”. Lavagna elogió la prevención que definió la Casa Rosada frente a la pandemia mundial, en materia sanitaria sin perjuicio que estableció su reparo a la “doble indemnización” y freno al empleos desde la decisión gubernamental, entre otros tópicos.

A la hora de semblantear sobre las diezmadas pymes y empleo, Lavagna elogió el proyecto de ley del diputado Alejandro Rodríguez como medicina eficaz respecto a "la eliminación -durante tres años- del impuesto a las Ganancias de las empresas pequeñas y medianas que reinvierten utilidades, otorgando créditos a tasa cero para las empresas del segmento".

En sus dichos a la radio Metro 95.1, quien fuera ministro de Economía de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner sostuvo que “todos sabemos que hay que flexibilizar de manera inteligente” para preparar la agenda del día después al Coronavirus. Eso implica cambios en la política en general y en la política económica y social en particular, ya que cualquier progreso “no se producirá de forma automática”.

Lavagna, más allá de su respaldo a la estrategia sanitaria admitió que existe un inocultable impacto económico adicional, a la mala situación que ya existía” en diciembre pasado e insistió: "Ahí es donde uno tiene que encontrar mecanismos para salir lo más rápidamente posible sin abandonar la política que dio resultados”, enumeró más que un párrafo crítico.

Allí enumeró que la creación de juntas de granos, poner nuevos impuestos, controles, anular durante meses la ley del Conocimiento en espera de una nueva norma, pretender tomar acciones de las empresas, políticas “o políticas muy rígidas en materia de contratación de personal y la doble indemnización, no son medidas que ayuden a la salida. Al revés, pueden generar que nos mantengamos en un estancamiento relativo”. Advirtió.

Epílogo en corto revisionismo, cuando a fines de 2018 sectores históricos de la CGT con el gastronómico Luis Barrionuevo se entusiasmaron con la posible candidatura presidencial del economista, dicha esperanza circuló sobre rieles y sumó adeptos, incluso en frentes poco reconciliables. Empero las luces de alerta a dicho entusiasmo aparecieron cuando Lavagna comentó en almuerzos, reuniones varias entre café y cortados, que la alternativa de reforma laboral, sin el efecto desvastador de la que implementó Brasil o mutando convenios como los Petroleros en pos de Vaca Muerta, era una alternativa inevitable para recuperar economía y empleo.

Pasado el tiempo, llegado el Covid-19 aquel remedio para la herencia recibida de Cambiemos, asoma como inevitable, porque aún los menos simpatizantes de modificación de normas laborales varias, asumen que “el mundo del trabajo cambió y no para bien”.

Los informes de la OIT, para señalar un foro global, los asisten en preocupaciones varias.

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