El secretario de Prensa de la CGT, Jorge Sola, reflexiona sobre el contexto que envuelve a la histórica central, con vaivenes que tendrán un principio de fin en algunos meses cuando se llame a un Congreso para elegir las nuevas autoridades y se le dé una salida “institucionalizada” al triunvirato. La renuncia de Camioneros a Azopardo, el beneficio que alcanza al Gobierno y la autocritica sobre el duro momento de la casa de los trabajadores.

“La CGT va a intentar que se llegue a una salida ordenada e institucional del triunvirato, en los próximos meses se llamará a un Congreso para que se debata y elijan las nuevas autoridades”, adelantó sereno Jorge Sola, actual secretario de prensa de la Confederación General del Trabajo.

El también gremial del sindicato del Seguro insiste en que a pesar de lo que es conocido a viva voz, como las diferencias, distancias y controversias dentro de la central obrera, “mantener la institucionalidad” en relación a la salida de la conducción es lo primordial y para lo que se trabaja.

Pablo Moyano determinó en las últimas horas su salida como secretario gremial y retiró la tropa camionera de la CGT nacional y al respecto, Sola con su caracterizada tonalidad reflexiva, esbozó que no en particular sino en el conjunto, los dirigentes deberían respetar “las estructuras gremiales -aun en las diferencias- y dar la discusión puertas adentro, pero no solo por Pablo (Moyano) sino por otros dirigentes que promueven las reuniones de Consejo Directivo pero no fueron a las ultimas”. “Acá lo importante es la CGT como representante de los trabajadores, la cual muchas veces no convence a todos”, admite.

Sin lugar a demasiadas dudas, uno de las patas mejor paradas en esta mesa es la del Gobierno nacional, y Sola entiende esto como tal. “Cuando hay una representación debilitada, seguro que esto beneficia a los que tienen intereses contrapuestos a los nuestros, ya sea el Gobierno o el sector empresario, por eso tenemos que ser lo suficientemente inteligentes para tener una CGT fuerte y única”, cerró.

La Casa Peronista Madre atraviesa un duro momento en cuanto a su representación y son sus propios dirigentes quienes reconocen este cuadro. “El triunvirato fue parte de una transición que se encaminaba hacia una conducción colegiada y con la aprobación de todos, pero lo que tenemos que hacer ahora es dejar los egos de lado y pensar en la representatividad de los trabajadores en su totalidad, pero en este proceso me parece que no estuvimos a la altura de las circunstancias para pensar con vuelo de águila, como decía el General”, cerró Sola, en dialogo con Sonido Gremial.