La Unión Obrera Metalúrgica robustecerá su reclamo al Gobierno por la política económica. Antonio Caló confirmó que esa organización marchará el viernes al Congreso para exigir la sanción de la emergencia social.

Allí, en una apuesta que busca superar la última Marcha Federal, las centrales obreras y organizaciones sociales pedirán el cese de los despidos y suspensiones.

“La situación es muy complicada, difícil y, cada día que pasa el panorama se agrava más’, remarcó el jefe de la UOM respecto de las cesantías y “vacaciones” forzadas que se aplican en ese sector industrial. La semana pasada, otro dirigente histórico del gremio, Francisco “Barba” Gutiérrez, terminó discutiendo a voz en cuello con los ministros de Producción y Trabajo, Francisco Cabrera y Jorge Triacca, respectivamente, entre otros funcionarios.

El tema “candente” fue la situación de los trabajadores metalúrgicos de Tierra del Fuego. Tampoco alcanza para el sindicato, con recordar que hace un año, en el balotaje, anticiparon con puntos y señales que realidad le esperaba al sector si el modelo económico viraba hacia el neoliberalismo.

Caló le simplificó la explicación a este diario por aquel entonces, “es difícil que importen médicos, maestros u otros compañeros. Pero cuando llegan containers a los puertos argentinos, el metalúrgico sabe que la va a pasar muy mal”, refrendó. Va de suyo que en la UOM saben que la situación de los afiliados no soportaría un nuevo incremento de despidos y suspensiones.

Caló le reseñó también a la agencia Télam que en la reunión con funcionarios nacionales les advirtieron “que los compañeros no se pueden quedar sin trabajo, ya que 3.000 o cuatro trabajadores en la calle, es condenarlos en muy poco tiempo”. La tesitura del Ejecutivo se limitó allí a semblantear que los “ReproVip” servirían de rueda de auxilio al menos, cuestión que los preocupó mucho más de lo que habían llegado a ese encuentro en UPCN.