Todo el "círculo rojo" se pregunta cuándo caerá Hugo Moyano

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Todo el "círculo rojo" se pregunta ahora mismo si el próximo en ingresar a una cárcel será el ex secretario general de los camioneros, Hugo Moyano, o su hijo, actual número del gremio, Pablo Moyano. Facundo, hijo de Hugo y hermano de Pablo, también se preguntó la semana pasada por qué los periodistas presentaban la pérdida de la libertad de ambos como una hipótesis que no se debería descartar. La respuesta es obvia, pero merece una explicación.

 

 

 

Algunos, muy cerca de ambos -de Hugo y de Pablo -acaban de ser apresados: Noray Nakis, vicepresidente de Independiente, el club de fútbol de Primera del que Hugo es presidente, es el preso más rutilante. Pero otro detenido, Roberto Petrov, alias "El Polaco", el mismo que disparó en las piernas a dos agentes de la policía bonaerense cuando lo fueron a buscar a su domicilio, fue, durante mucho tiempo, guardaespaldas del jefe del clan familiar.

 

 

"Era el hombre de confianza de Hugo, pero después lo traicionó, para encarar sus propios negocios", me dijo un alto funcionario del gobierno de la provincia de Buenos Aires que está al tanto de la investigación judicial. El delito por el que se acusa a todos es asociación ilícita, cuyo jefe sería Pablo "Bebote" Álvarez, también detenido, y considerado el número uno de la barra brava del "rojo" de Avellaneda.

 

 

¿Pudo Noray Nakis, dueño de una joyería y presunto propietario de una cueva financiera, poner de socio en un albergue transitorio a "Bebote" sin que Hugo Moyano lo supiera?, ¿Cuántos secretos sobre "El Hombre del Camión" sabe "El Polaco" y podría llegar a revelar, a cambio de un mejoramiento en su situación procesal?

 

 

Los hombres del Presidente insisten en que Mauricio Macri no tiene el poder ni de meter preso a nadie ni de evitar que la Justicia le quite su libertad, pero si hay algo que intuyen tanto los fiscales y los jueces de la Provincia, como los de Comodoro Py, es que Moyano parece haber perdido la "buena" línea directa que tenía con el jefe de Estado.

 

 

¿Y cómo podría ese razonamiento tan lineal poner en peligro la libertad del ex secretario general de la CGT? Sólo si se presta atención de cómo vienen funcionando algunos fiscales y jueces "presionados" para no caer en la mira del Consejo de la Magistratura o la perspectiva acusadora de Macri o de la gobernadora María Eugenia Vidal. La lista de procesados bajo esta "modalidad" es archiconocida, pero no por eso menos sugestiva: el ex ministro Julio De Vido, el ex "Rey de La Salada", Jorge Castillo, el ex vicepresidente Amado Boudou, el ex secretario general de la filial La Plata de la Uocra, Juan Pablo "Pata" Medina. En este contexto, la prisión de "Bebote" Álvarez y la posibilidad de que "El Polaco" se transforme en un arrepentido no parece tan lejana.

 

 

Moyano quedó a la intemperie después de que Macri se dio cuenta de que primero le decía una cosa y después hacía otra. Desde principios de este año, el Presidente dejó de creer la versión de Hugo de que su hijo tenía un carácter demasiado fuerte pero que siempre lo terminaba controlando. Ahora cree que el padre juega "al policía bueno" y su hijo al "policía malo" mientras Facundo se presenta como un opositor "democrático y moderno" desde el Frente Renovador que lidera Sergio Massa. "A Mauricio no le importa tanto lo que Moyano dice, sino lo que viene haciendo" me dijo un integrante de la "mesa chica". Y lo que cree el Gobierno que viene haciendo el sindicalista es: apoyar sotto voce la mayoría de las medidas de fuerza de cualquiera de las CGT, y negarse a discutir un nuevo convenio del sindicato de los camioneros y oponerse a las últimas reformas económicas, más allá de que no sale a criticarlas de manera pública.

 

 

Fuentes cercanas a los ministros Patricia Bullrich y Cristian Ritondo sostienen que en la investigación y los allanamientos de la causa por asociación ilícita contra "Bebote", Nakis y otros, Moyano "jugó bien". ¿Qué significa esto? "Puso todos los recursos logísticos y administrativos del Club Independiente a disposición", explicaron. ¿Y esto significa, en el lenguaje de los negocios grises, que Moyano "mandó en cana" a sus compañeros de comisión directiva? ¿Esto implica que Hugo "le soltó la mano" a quien fuera su custodio durante años?

 

 

Parado en la cornisa, pero del lado de adentro, Moyano ya mandó a decir al gobierno nacional que él no tiene miedo de ir preso, porque considera que no hizo nada fuera de la ley. También mandó a decir que no intenten hacer con él lo que probó hacer la ex presidenta Cristina Fernández, porque ese tipo de movidas nunca terminan bien. No envió esos mensajes en tono amenazante, sino con el talante de alguien que pretende negociar desde una posición de fuerza.

 

 

Hasta ahora, Macri ha demostrado que sabe cómo proceder ante la resistencia gremial de dirigentes que parecen complicados. Héctor "Pechín" Ponce, de Atilra, los trabajadores de la industria lechera, probó un poco de esa medicina y aceptó modificar el convenio, más por miedo a terminar preso que por convicción.

 

 

Pero también es cierto que hasta ahora, en la República Argentina, ningún dirigente pudo torcerle el brazo al líder de unos de los sindicatos más poderosos del país. Ni siquiera lo hicieron recular las detenciones de "compañeros" como Juan José Zanola o el fallecido Gerónimo "Momo" Venegas. Alternativamente afuera y adentro de la caprichosa lista imaginaria de las 581 personas que, según Macri, si se las mandara a la luna, le haría mucho bien a la economía y la cultura del país, el Presidente espera que Moyano recapacite. Y que también haga recapacitar a su hijo Pablo, súbitamente enamorado de nuevo de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

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