Salieron cerca del mediodía de este jueves a las escalinatas del acceso histórico del hospital Ramón Carrillo vestidos con sus uniformes de trabajo. Allí se dieron ánimo. Después, la sirena de una ambulancia marcó simbólicamente el inicio de la protesta. Médicos, enfermeros, técnicos, profesionales y personal de varios sectores estrecharon filas y se manifestaron, otra vez, en la calle Moreno de Bariloche, para visibilizar el reclamo a la provincia.

Apenas pisaron el asfalto, varios conductores hicieron sonar las bocinas de sus autos, que pasaban ocasionalmente por el lugar, en señal de apoyo.

El reclamo es por una “recomposición salarial digna y un reconocimiento por la función que desarrollan desde hace meses en la primera línea de lucha contra la pandemia, causada por el nuevo coronavirus.

Comenzaron hace un mes y medio con la protesta, pero que aún no tiene respuesta desde el gobierno rionegrino. Ni siquiera hubo una señal del Ejecutivo, que lidera la gobernadora Arabela Carreras, para dialogar.

“Es el sexto reclamo que hacemos en un mes y medio, pero no tenemos respuesta”, lamentó el médico cirujano Sergio Caporale. “Nos dimos cuenta de que en los últimos tres años se hizo una baja escandalosa de nuestros salarios”, sostuvo.

Dijo que perdieron dos tercios del poder adquisitivo y además “se destruyó la pirámide salarial porque se desmanteló el sistema de responsabilidad y jerarquía en Salud pública”. “Un jefe de servicio cobra lo mismo que un residente”, advirtió.

Por eso, criticaron la suma fija que el gobierno provincial resolvió darles a todo el personal de Salud pública, sin hacer ninguna distinción en las responsabilidades que cumple cada uno de los agentes que sostienen el sistema. Fueron 6.000 pesos. “Entonces, todos los salarios además de bajar se achataron”, destacó el cirujano.

Por eso, critican el acuerdo que la cúpula de ATE cerró tiempo atrás con el gobierno provincial, en la mesa de la función pública, porque solo benefició a los trabajadores que sostienen el gremio. Sin embargo, no contempló todos los escalafones.

Los médicos, técnicos, profesionales y empleados quieren sentarse con el gobierno provincial a explicarle la situación. Que sepa distinguir entre el trabajo y la responsabilidad que tiene un jefe de servicio, un cirujano, una enfermera o la empleada en el área de la cocina.

Juan Manuel Zorzoli explicó a RÍO NEGRO que el acuerdo que ATE firmó con el gobierno fue por una suma igual para todos. Benefició, por supuesto, al escalafón más bajo.

Recordó que por ese motivo desde el gobierno anunciaron que era una mejora del 22,5 por ciento para el sector Salud. Pero Zorzoli advirtió que otros sectores del Estado provincial percibirán mayores aumentos salariales.

El caso de los docentes desde 22,5 hasta un 25,5 por ciento, el Poder Judicial dispuso un aumento de casi un 30 por ciento para empleados, jueces y funcionarios. Mientras que los empleados legislativos cerraron una suba salarial de 14.000 pesos.

Zorzoli advirtió que el personal de Salud desde hace 8 meses es considerado esencial para enfrentar la pandemia, pero el Gobierno provincial no reconoce esa función.

Destacó que desde hace 8 meses el personal del hospital público de Bariloche trabaja 16 horas diarias para luchar contra la pandemia. A cambio, el gobierno de Carreras les dio un bono de 6.000 pesos.

Aclaró que el reclamo no es solo por el tema salarial además es por el reconocimiento de que “somos trabajadores esenciales”. Dijo que el reclamo lo llevan adelante como médicos, técnicos y personal de casi todos los servicios autoconvocados.

Varios trabajadores que participaban de la protesta explicaban que el aumento salarial que aplicó el gobierno no fue al básico que está por debajo de los 35 mil pesos en el caso de los escalafones más bajos.

Por eso, para poder cobrar por arriba de la canasta básica familiar, que se ubica en 47.200 pesos, deben hacer guardias en forma permanente. Así, las jornadas laborales son de 16 horas, con todo el desgaste físico y mental que representa para cada persona.

La protesta incluyó la interrupción del tránsito de manera intermitente. Ningún conductor les recriminó que le impidieran el paso durante unos minutos.

Pasadas las 12.30, los médicos, enfermeras y enfermeros, técnicos y el personal de varios servicios regresó a sus puestos de trabajo. El reclamo se mantiene, aclararon, pero sin paro ni corte de servicios.