Carlos Ortega: «Esto es como el boxeo, para ser campeón tenés que pelear con 25 paquetes y noquearlos para ir por el trono. No nos peleamos con nadie y tenemos que empezar porque la política es pelea de intereses»

Carlos Ortega: «Esto es como el boxeo, para ser campeón tenés que pelear con 25 paquetes y noquearlos para ir por el trono. No nos peleamos con nadie y tenemos que empezar porque la política es pelea de intereses»

Se define como «un soldado de Cristina por convicción» y sin obsecuencia. Le pide al Gobierno más energía y decisión en la pelea para discusiones clave. Asume «errores garrafales» como el Caso Vicentín, sin perjuicio de considerar que temas como el Consejo de la Magistratura y la Corte son una locura y demandan una respuesta de la Casa Rosada que no existió. Lidera el sindicato más numeroso en la Anses y destaca el trabajo de la mujer en ese gremio, con representatividad. Carlos «Toro» Ortega  también admitió que sin unidad en el Frente de Todos no habrá 2023.

 

A paso vivo se retira un colaborador de su oficina gremial en la sede de Carlos Calvo al 1.400. Un termo con el escudo de River Plate marca la cancha para la entrevista y también su vida política pasional y futbolera. Acento y reiteración para la defensa de «lo colectivo». Ofrece una disculpa a nuestro fotoperiodista Ariel Gaspardi por el desorden de su escritorio y también por su «look», deja también el comentario sobre el descanso acotado y las responsabilidades que se agregaron días atrás cuando con variopinto apoyo sindical asumió la presidencia del PJ en la localidad bonaerense de Campana. A los 58 años, confiesa que sus gustos musicales pasaron y pasan por diferentes bandas, estilos diversos y de generosa amplitud, con mente y espíritu abierto. Pero se asume sobre todo como un ferviente admirador de Mercedes Sosa, de la cual resalta, y hasta se emociona para decirlo, la magia de su voz e interpretaciones.

Es Carlos «Toro» Ortega al natural, como se presenta en reuniones de la Corriente Federal de los Trabajadores, el oráculo gremial del Núcleo MTA o la «rosca» de la CGT en sus continuas e históricas divisiones. Fue diputado nacional y casi sin decirlo con palabras todavía asume en sonrisas la alegría de que la política también es una vocación compartida en su familia, con sus hijos y esposa. Es el secretario General del  Sindicato de Empleados de la Ex Caja de Subsidios Familiares Para el Personal del Industria (Secasfpi). Un universo de 4.800 personas, la organización más numerosa en cuanto a la dotación de personal de Anses. La charla con InfoGremiales que demandó, lo asume con una sonrisa, varias confirmaciones y cancelaciones por diferentes circunstancias de su actividad. Ya sea en Campana, la Capital Federal, la ciudad de La Plata o donde la Patria y el Movimiento lo demanden. Se abre la conversación entonces desde esa sucesión de hechos políticos.

«No hay que deslindar la política de la economía y no podemos poner la política al servicio de la economía»

Carlos Ortega

-El día que le dijo a su familia que iba a ser el presidente del PJ de Campana, ellos le preguntaron: ¿te vas a meter en otro quilombo más?

-Me lo dijeron, no fue una pregunta (risas). Mi mujer es diputada provincial, militante, es parte de la organización gremial, es muy k, más que yo. Y lo fundamental es que me acompañan. Mi hija más chica ya está acostumbrada a esta vida. Tengo 3 hijos, 2 de un matrimonio anterior, un nene de 25, una nena de 20, no tan nenes bah (más risas) y ahora con Soledad tengo una nena que cumplirá 11.

-¿Para tomar una decisión así lo hace desde un compromiso por la gente que representa, por su pasión o qué es lo que define?

-Un proyecto colectivo y todo lo que eso engloba, a la gente que tiene uno al lado, tanto familiares como amigos y fundamentalmente por la representación. Si no creyera que soy capaz para representarlos no me presentaría. Nosotros consideramos que el PJ de Campana necesitaba tener otro tipo de representación, porque estaba muy mal, hacía 8 años que no tenían ni sede propia. Lo primero que dije fue: voy a ser presidente y el día que asuma abriremos una sede para poder discutir política. Ya está hecho, inauguramos un local, y me parece importante, porque era una locura que en una ciudad gobernada por el PRO, el peronismo no tuviese ni sede ni representación. Teníamos que jugarnos esa patriada, fue difícil, pero logramos concretarla.

-Son tiempos donde la derecha liberal está en plena estrategia para la seducción de pobres.

-Obviamente, y Campana es un caso típico. El intendente Abella (Sebastián) hace las cosas desde su visión de derecha pero con una lógica peronista. Hablo de la lógica para estar en los barrios, seducir, poner el oído. Ahora, después todo eso no se condice con su gestión, porque si hablamos de políticas de industrialización: cero, políticas de desarrollo social: cero.

Carlos Ortega

-Por historia Campana es industria.

-Bueno, durante los 6 años de gobierno de Abella no se radicó ninguna. Es más, cerraron industrias en los 4 años de pandemia macrista, a la que él pertenece. Ahora, se abrieron pizzerías, laverap, canchas de paddle, pero no los establecimientos que necesitamos. Repito, en una ciudad industrial como Campana no se abrieron fábricas, se cerraron.

-¿Hubo «emprendedores» durante esta gestión comunal?

-Emprendedores, sí. Como en los años 90…

-Una pregunta en común para todos nuestros entrevistados. Y en su caso como peronista K. ¿El Movimiento Obrero destrata a Cristina Fernández, en primer lugar, por ser mujer?

-De parte de los trabajadores no, es más, hay admiración y vocación para estar junto a ella. Sí hay destrato desde algunos dirigentes gremiales, que sabemos quiénes son, cómo son y con quiénes estuvieron. Son los que profetizaron en 2016 que ‘venían 8 años de Cambiemos’ y por eso no activaron ninguna protesta durante los 4 años de la pandemia macrista. Entonces, me tiene sin cuidado que destraten a Cristina o hablen de determinada manera sobre ella. Los verdaderos trabajadores y trabajadoras, los que ponen el lomo día a día en su lugar de trabajo, tienen admiración y un profundo cariño por Cristina. Porque fue ella la que generó políticas para que ellos pudieran estar mucho mejor y laburando.

-¿Dice trabajadores y trabajadoras porque, caso contrario, la diputada Soledad Alonso se va a enojar?

-Sí lo estuvimos hablando eso, me cuestan los términos de género. (risas)

«Tuvimos errores garrafales. Vicentín lo fue, esa marcha atrás lo fue. Porque no es solamente en términos de economía o de lo que representa Vicentín, sino de lo que representa la institucionalidad, el poder político sobre lo económico»

-Seremos solidarios, por razones de generación y más, quien le habla también asume una propia lucha cotidiana contra estructuras machistas.

-Obviamente que nos pasa a nuestras generaciones. Me cuesta, soy un tipo desconstruido y no lo dudo, pero en términos de léxico me cuesta mucho, en política no porque al contrario antes de que venga esta oleada feminista, siempre nuestro gremio estuvo representado casi por un 50% de mujeres dentro de la comisión directiva. La mayoría de nuestros delegados son mujeres, o sea que el género siempre estuvo correspondido en la representación. En Anses, más del 55% son trabajadoras y en nuestras conducciones esa representación es muy clara.

-Dias de tensión oficialista por la política salarial. En base a datos asoma una paritaria «K» para el Congreso con pago adicional, Anses, el PAMI, el reclamo de sumas fijas adicionales para afrontar la inflación y está la tesitura del Presidente Alberto Fernández sólo apostar a las paritarias y su negociación anticipada. ¿Hay dos criterios salariales en el oficialismo?

-No sé si es k o Alberto, estos dos años que Fernanda Raverta estuvo al frente de Anses peleó codo a codo, por lo menos con la organización gremial que represento, para que pudiéramos recuperar en parte lo que se perdió durante 4 años. Lo hemos logrado, creo que la paritaria del 2021 fue extraordinaria, la mejor del país, y esto yo no sé si es ka, ko o ku. Sí tengo claro la necesidad de la conciencia de clase para que los trabajadores estén en las mejores condiciones. Raverta lo entendió así, nosotros lo entendemos así, y me parece que ése es el camino.

-Como dice la publicidad de una gaseosa, «cortemos un poco con la dulzura» y agrego la dulzura «K». Le propongo un revisionismo corto, a usted como parte de la Corriente Federal (CFT) y del Núcleo MTA. Un dirigente de ese sector, Horacio Ghilini, coordinó un proyecto sindical para terminar con el Impuesto al Sueldo, uno de los ejes de campaña en 2015. No prosperó por decisión del Gobierno. ¿Qué hubiese pasado «con aire» para esa iniciativa?

-Es difícil hacer ciencia ficción…

-Ghilini elaboró ese proyecto de Reforma Tributaria, que eliminaba la quita salarial por Ganancias, con opiniones de economistas peronistas, incluso algunos lejanos al kirchnerismo.

-Fue una decisión política de la Presidencia y creo que no fue tan desacertada. Como vos me decís cortamos un poco la dulzura acá, obviamente nos afectaba mucho porque tenemos buenos salarios.

-Era un tema central en aquella campaña.

-Era muy fuerte pero también me parece que en política las subjetividades y las posturas fuertes sirven. Creo que en este sentido Cristina Fernández es una conductora y cuando uno es conductor a veces se tiene que enseñar o mostrar el poder y esa pelea por Ganancias se había generado con parte del movimiento obrero. Creo que más allá de uno forme parte de la Corriente Federal o del Núcleo MTA no por eso tiene que coincidir en todo y en ese tema yo no coincidía. Si está claro que la derecha aprovechó ese ítem de Ganancias para socavar a los trabajadores sobre las políticas del kirchnerismo.

-Nobleza obliga, por aquel entonces el Gobierno estaba enfrentado con la CGT que lideraba Hugo Moyano, la cual del reclamo contra el Impuesto al Sueldo hizo bandera propia.

-Es cierto, y recordemos que era una lucha de poder entre el moyanismo y la CGT de Caló (Antonio), una etapa difícil. Sabíamos que terminaba la época de Cristina, por cumplir dos mandatos presidenciales, y venia una reconversión dentro del peronismo, la disputa sindical también tenía que ver con eso. Soy un soldado K y como tal confío ciegamente en la conducción de Cristina, por las políticas que llevó a cabo, porque recuperó 5 millones de puestos de laburo, estatizó Aerolíneas, estatizó YPF, ni hablar de las AFJP. Se concretó un círculo virtuoso con más trabajo, producción, consumo, más aportes jubilatorios y si no se puedo cerrar el círculo fue por la caída del Gobierno o porque ganó la derecha, me parece que habría que pensarlo desde ese lugar. Y las peleas internas siempre van a existir, como ahora y existieron durante la época de Cristina donde el moyanismo, que hoy es un aliado, estaba enfrentado en aquel momento con ella.

«En estos dos años que Fernanda Raverta estuvo al frente de Anses peleó codo a codo, por lo menos con la organización gremial que represento, para que pudiéramos recuperar en parte lo que se perdió durante 4 años. Lo hemos logrado, creo que la paritaria del 2021 fue extraordinaria, la mejor del país, y esto yo no sé si es ka, ko o ku»

-Suele decirse en política que «nunca es tiempo para una reforma tributaria». Y el metrodelegado Roberto «Beto» Pianelli nos dijo que muchas veces debe afrontar decisiones -por ese colectivo- que nada tienen que ver con su pensamiento personal, pero lo hace.

-Es lo que te quise explicar hasta ahora, lo sintetizó muy bien Beto Pianelli. Cristina no levantó la mano en ningún momento durante sus 8 años de gobierno en contra de un trabajador  y si esto no lo hizo es porque había un conjunto de hombres y mujeres tan convencidos como ella de que tenía que ser de esa manera, nada más.

-¿Cuál es la pregunta de los trabajadores/as que representa que más bronca le genera?

-Humm, cuando algo tiene que ver con el acomodo individual: «che, conseguime esto, es para mi».

-¿Y qué pregunta que le hacemos los periodistas le molesta más?

-Es difícil responder eso que me decís. Porque la verdad es que uno tiene que estar preparado para cualquier tipo de preguntas. Mirá que desde Lanata (Jorge) a otros colegas tuyos muchas veces te preguntan con un tono agresivo y la verdad es que no me molestaron nunca.

-El día que en la República Argentina se defina un impuesto al ego, para todos y todas, en cuanta categoría sea necesario definir, ¿podemos pagar la deuda externa con la recaudación?

-No. Somos el país más maravilloso del mundo. Los prestigios individuales en  la Argentina sobresalen por sobre los proyectos colectivos.

-¿Se incluye?

-Y, uno tiene su ego pero no lo tengo exacerbado.

-¿Y si de egos se trata, le molesta que en el oficialismo, hoy un Frente de Todos contra Todos, hasta para las decisiones más importantes, con acuerdo económico, el obstáculo sea político?

-No hay que deslindar la política de la economía y no podemos poner la política al servicio de la economía. Por eso la discusión es global, de proyecto y una profundidad muy grande. Hay que profundizar en la discusión para poner la economía al servicio de la política, caso contrario nos va a ir mal económica y políticamente.

-El 2023 está «ahí» y sin unidad, como dijo Agustín Rossi, para fortificar incluso al Presidente, no hay mañana. ¿Como titular del PJ de Campana y dirigente gremial, le quita el sueño eso?

-Me quita el sueño que termine en forma débil el presidente de la República. Tenemos que fortalecerlo y el Presidente se tiene que fortalecer con políticas públicas un poco más fuertes y hasta en lo discursivo un poco más fuerte. Tuvimos errores garrafales. Vicentín lo fue, esa marcha atrás lo fue. Porque no es solamente en términos de economía o de lo que representa Vicentín, sino de lo que representa la institucionalidad, el poder político sobre lo económico. Ese retroceso, llámese por decisión política o por el tema que fuere, fue un retroceso de la política ante los grupos concentrados. Y en esto que es como el boxeo, donde para llegar a ser campeón mundial tenés que pelear con 25 paquetes y noquearlos sabiendo que son paquetes para después ir por el trono mundial. No nos peleamos con nadie y tenemos que empezar a pelearnos porque la política es esto, es pelea, y pelea de intereses.

-¿No personal?

-No personal, son intereses. No lo digo personalizando, hablo del lugar que uno representa. Yo no puedo ser amigo de Fernanda Raverta, estamos representado intereses distintos. Podemos ir a comer un asado, ahora lo que no puedo hacer en una discusión paritaria es que ella sea mi amiga.

«De parte de los trabajadores hay admiración y vocación para estar junto a Cristina. Sí hay destrato para con ella de algunos dirigentes gremiales, que sabemos quiénes son, cómo son y con quiénes estuvieron. Son los mismos que profetizaron -en 2016- que venían 8 años de Cambiemos»

-¿Que el asado gravite en la negociación?

-Seguro va a gravitar, pero si no me peleo obviamente siempre me van a sacar plusvalía. Lo importante para uno es representar a quien representa, es lo que dijo el Beto Pianelli sobre la defensa del colectivo de compañeros y compañeras. Yo represento a los trabajadores, Raverta tiene que representar al Estado y está bárbaro que ella haga los números para que le cierren las cuentas del Estado. Porque lo que yo quiero es el acuerdo se cierre a favor de los trabajadores y trabajadoras.

-Salvo por la Corriente Federal y el Fresimona del moyanismo no hubo pronunciamientos sindicales e incluso del Gobierno respecto a la Corte y el Consejo de la Magistratura

-Me parece una locura no plantear esa discusión y es un retroceso también. Lo decía recién, nuestras posturas tienen que ser mucho más duras. ¿Porque qué vemos? Un ensañamiento de la derecha, no sólo por el tema de la Corte que de por sí es alucinante lo que hicieron, que Rosatti (Horacio) sea el representante del Consejo de la Magistratura es inaudito. Y además vemos que estas dos últimas semanas, a partir del acuerdo con el FMI, hay un avance de la derecha en todos los temas.

-¿En los medios ni hablar?

-En los medios y en todo, ocurre en todos los lugares, en los medios, la justicia, los grupos concentrados, en la gente. Caso contrario Milei no sacaría los votos que sacó. Pero estas dos últimas semanas fueron terribles hasta en lo mediático. Avances por sobre todos los temas. Ataques a Roberto Feletti por el control de precios, avance de la Corte sobre el Consejo de la Magistratura, el intento para quitarle la personería gremial a Camioneros, mil temas que hacen a un todo.

-No me dirá que esto lo sorprende…

-Sí claro que me sorprendió, me llegan incluso todas las noticias respecto a la Seguridad Social, notas de Ismael Bermúdez, notas de varios medios concentrados, dando explicaciones sobre cómo el Sistema Previsional Argentino influye en el gasto público. Es terrible, están diciendo que tenemos el 95% de cobertura, que es verdad, el 95% de la gente que se puede jubilar y hasta la que no se puede jubilar, está jubilada. Pero plantean que de esa forma todo esto genera un gasto extraordinario y que hay que hacer ajustes sobre el Sistema Previsional. Hablan maravillas pero dentro de esa habladuría de maravillas concluyen en que no se puede seguir así en un país en crisis. Entonces planteaban que el sistema jubilatorio hay que ajustarlo, no a la AUH, poniendo como excusa que ‘hay que seguir por los pibes, recién nacidos’, pero palabras más palabras menos dicen que a los jubilados poco menos que hay que matarlos, lo digo así como un bruto pero están las notas para leerlas. Y de esa manera te dicen ‘qué bien que está el Sistema Previsional Argentino’, pero en realidad el mensaje es ‘Se trata de un gasto horrible para la República Argentina y hay que ajustarlo’.

-El Washington Post dijo que Javier Milei puede ser presidente y mientras tanto el Frente de Todos se consume en su interna. ¿Ustedes no están pifiando para elegir al adversario?

-Nadie duda de que los compañeros del Frente de Todos no son el enemigo. El enemigo está en otro lado. Milei es un representante de la mística del enemigo. Macri (Mauricio) es el enemigo y lo padecimos 4 años. Me parece que el Frente de Todos tiene que fortalecer su unidad y la única forma de hacerlo es bajo la discusión de un programa, de una política, y de que haya un espacio que todavía no está. Este frente fue una excelente herramienta electoral pergeñada por Cristina Fernández pero no fue institucionalizada y creo que la institucionalización del Frente de Todos, con todos los sectores adentro, sería lo ideal para poder seguir compitiendo en unidad y no solo en lo electoral sino para gobernar en unidad que esto es lo importante.

-Más allá de la era Cambiemos en 2018 sí hubo una alegría colectiva para un amplio colectivo de este país en materia futbolística y en Madrid. ¿Qué sintió ese domingo?

-Lloré, me emocioné, tenía ganas de estar ahí.

-¿Y celebra cada aniversario de esa final?

-Sí. Obviamente. Una vez por mes veo la síntesis de ese partido, un video de 10 minutos y es un regocijo para mí. Voy poco a la cancha, no tengo mucho tiempo, soy socio de River, pero esa final fue extraordinaria. También lloré con el descenso no lo voy a negar, pero la contracara de celebrar esa Libertadores con mis hijos, sobrinos, todos llorando de alegría en mi casa, hasta encendimos fuegos artificiales, no se compara con nada.

«Cristina no levantó la mano en ningún momento durante sus 8 años de gobierno en contra de un trabajador»

-No hace falta la pregunta si es peor perder una final como esa o irse al decenso.

-Los hinchas de Boca pueden decir lo que quieran, pero perder una final como esa, con tu rival de toda la vida no se equipara con nada.

-Si Cristina le dice “Toro, convencelo a Gallardo para que haga política con nosotros”, ¿usted va?

-Más vale.

-Más allá de victorias, campeonatos y copas, ¿qué ve usted en el entrenador de River?

-A un estratega, a un pensador, y no es solamente el fútbol, es el artífice para la  creación del grupo, pensar no em la jugada coyuntural sino siempre en el más allá, en la tercera o cuarta jugada, en lo colectivo en lo que vendrá siempre en función de un equipo. La última vez que fuí al Monumental le ganamos 3 a 0 a Racing, fue tal la exhibición grupal de River que hasta uno se aburría. Y eso es jugar en equipo, no tengas dudas.

-El estilo Gallardo tiene simetría a “jugar como se vive”. ¿Se puede aplicar eso en política?

-Sí. Yo lo hago e intento, por lo menos.

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