La CGT define el tono de su pelea con Milei, pero pierde fuerza la idea de activar otro paro

La CGT define el tono de su pelea con Milei, pero pierde fuerza la idea de activar otro paro

El consejo directivo resolvería esta tarde convocar a un acto por el Día del Trabajador y no avanzaría por ahora con la huelga; Moyano, cerca de acordar con el Gobierno la homologación de su paritaria

 

Nicolás Balinotti

Después de su primer encuentro oficial con el Gobierno, la CGT reúne esta tarde a su consejo directivo para definir una acto para el 1° de mayo por el Día del Trabajador. Sin embargo, los sindicatos más duros intentarán que se avance con el segundo paro general contra la gestión de Javier Milei. El debate interno se encamina a ser tenso, con posturas disímiles sobre la estrategia a seguir, aunque ganaría fuerza la idea de condicionar la huelga hasta esperar una reacción del oficialismo en lo relativo a la homologación de las paritarias y a conocer la letra chica del proyecto de reforma laboral.

 

Por ahora, en la CGT tiene mayor consenso la postura de “los Gordos” (grandes gremios de servicios) y del sector de los autodenominados “independientes” [Uocra y los estatales de AySA y UPCN] de coordinar un acto por el Día del Trabajador como demostración de fuerza. Cuando se convocó al consejo directivo, la semana pasada, la CGT no tenía prevista la reunión de ayer con el Gobierno, en la que los funcionarios de Milei se comprometieron a consensuar con los gremios una reforma laboral light y a homologar las paritarias pendientes, entre ellas, la de los camioneros de Hugo Moyano. El acuerdo salarial entre los Moyano y las tres federaciones empresarias del sector, que contemplaba un 45% de aumento por dos meses, sería validado entre mañana y la semana próxima, tal vez con otro esquema en la forma de pago [de marzo a junio], según informaron a LA NACION fuentes oficiales, empresarias y sindicales.

Ads byHugo Moyano, ayer, al ingresar a la Casa RosadaCaptura de Video

“Hay matices en la CGT, pero todos coincidimos en que la actual situación está cayendo sobre los trabajadores y los jubilados. El 45% del ajuste que hizo el ministro de Economía [Luis Caputo] cayó sobre las jubilaciones. No hubo ninguna acción por parte del Gobierno para que nos contenga. Es concreto que se va a debatir una medida de fuerza en ese sentido”, dijo hoy Jorge Sola, referente del Sindicato del Seguro y secretario de Prensa de la CGT, en AM 790.

Sola, que participó ayer de la reunión en la Casa Rosada con los funcionarios de Milei, aseguró que “hubo un compromiso” del Gobierno por homologar las paritarias que se acuerden entre los gremios y los empresarios. “Hubo difirencias porque reclamamos la libertad de poder discutir y que una vez de que se acuerde con la contraparte que se homologue como corresponde. Hubo un compromiso a hacerlo”, planteó Sola sobre uno de los contrapuntos que surgieron del encuentro con los funcionarios.

Al término de la reunión, se dio una charla aparte entre Santiago Caputo, asesor de Milei, Julio Cordero, secretario de Trabajo, y cuatro sindicalistas: Hugo Moyano, Héctor Daer, Carlos Acuña y Sola. El joven colaborador del Presidente, con influencia más allá de lo relativo a la comunicación e imagen oficial, entendió después del intercambio con los sindicalistas que el Estado debía interceder en las paritarias, ya sea para homologar o para informar las expectativas inflacionarias como método de moderación. Una postura totalmente distinta a la expresada recientemente por el otro Caputo, el ministro de Economía. “El pibe entendió que el Estado debe intervenir, es el que mejor pescó las cosas”, dijo un dirigente gremial que participó anoche del encuentro en la Casa Rosada. Moyano, que desplazó a su hijo Pablo de la negociación, aprovechó el momento para resolver la paritaria de camioneros. “Hugo fue porque siempre que hay conflicto asume un rol más pacificador”, explicaron en CGT.

Karina Milei y Santiago Caputo, el joven asesor del Presidente que gana influencia en el Gobierno y se reunió con la CGTTélam

Sola, que fue un viejo aliado de Moyano y ahora en el ajedrez interno juega con el sector de “los Gordos”, valoró la convocatoria del Gobierno a pesar de haberse concretado a cuatro meses de haber asumido. “El Gobierno dio un paso importante: convocar al diálogo a un sector de los representantes de los trabajadores. Ahora al diálogo lo tiene que trasladar a hechos concretos. Santiago Caputo [asesor de Milei] pidió disculpas a la CGT por haber incluido la reforma laboral en el Decreto de Necesidad y Urgencia [70/23]”, señaló. Caputo, en realidad, no pidió disculpas sino que admitió como un error estratégico haber avanzado con el DNU sin haber hecho un intercambio previo. Los sindicalistas lo interpretaron como un reproche a Federico Sturzenegger, el exfuncionario macrista que asesora ahora a los libertarios y que fue el cerebro de la letra chica de la iniciativa.

La cúpula de la CGT valoró el primer intercambio con el Gobierno y tendría decidido congelar la amenaza de paro. “Los dirigentes que fueron a la Casa Rosada volvieron con un caramelo que lo van a chupar seis meses”, tomó distancia un sindicalista del sector de los duros. La confrontación quedaría condicionada a que se resuelvan las homologaciones de las paritarias (la de Moyano está próxima y resta la de la UTA, que es más compleja por los subsidios estatales) y a conocer la letra chica del proyecto de reforma laboral.

“Si el proyecto de reforma laboral es el que tiene la UCR en el Senado, hasta los senadores de Unión por la Patria lo apoyarían”, arriesgó un jerárquico de la central obrera ante la consulta de LA NACION. Se trata de la iniciativa de Eduardo Vischi, que plantea tres ejes: un fondo de cese laboral a cambio de las indemnizaciones en las actividades que deseen acordarlo entre las partes; reducción de las multas y en la obligatoriedad de los aportes de la seguridad social de los trabajadores, y extender de tres a seis meses el período de prueba antes del primer contrato. Una señal no tan diferente a la que había planteado Cristina Kirchner en febrero, cuando en un extenso mensaje, esbozó una seria de reformas que jamás impulsó, como una “actualización laboral”, como ella lo denominó.

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