Fue una gesta mundial. Un logro que se consolidó en todo el planeta y que su resultado e iconicidad atraviesa la historia con un sentimiento de lucha, de esfuerzo, felicidades y sufrimientos.
Por Gastón Frutos, secretario de Finanzas de Panaderos y de la Confederación General del Trabajo
Compañeros que hoy son mártires de aquellos entonces, perduran en la memoria de quienes hoy tenemos la posibilidad de contarlo. Y ese es el desafío que tendremos por siempre: mantener en lo más alto la relevancia de quienes redactaron las páginas de nuestra historia.
Entre ellos, líderes del movimiento obrero nacional como los compañeros José Ignacio Rucci, Dirck Kloosterman u Oscar Smith y tantos otros, quienes sin claudicar en su horizonte, entregaron su vida persiguiendo la tan ansiada Justicia Social.
Nosotros tuvimos a nuestros luchadores. Claro. Esta Organización se forjó con mucho de lo que narran estas líneas. Panaderos es un gremio luchador.
Hubo un dirigente, entre los muchos que nos preceden. Un trabajador que colocó en el rompecabezas de nuestro camino la pieza que faltaba para encaminar un proyecto, un sueño. Ese sueño se volvió colectivo y con un liderazgo nato e inigualable, la vara de los mejores se elevó hasta dejar en el pasado la desidia y la tristeza que reinaban. Épocas en las que el esfuerzo parecía exponer nuestras mayores flaquezas.
Abel Norberto Frutos le dio argumentos a ese sueño, y junto a ese colectivo motorizaron el renacimiento de un trabajo que será imposible deshacer.
Esta Organización, nuestra Casa, se construyó con esa base, la del trabajo, la del compromiso, con pasión, y con lealtad. Trabajemos para que ese sueño nunca alcance un fin. Hagámoslo juntos.
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