Los empresarios exhiben su mezquindad en AEA

Los empresarios exhiben su mezquindad en AEA

El presidente de la Asociación Empresaria Argentina, Jaime Campos, aprovechó la inauguración del encuentro para pronunciarse contra el proyecto de ley para aplicar un Impuestos por Renta Inesperada para las empresas que registraron ganancias por más de $1.000 millones en el marco de la crisis provocada por la guerra en Ucrania y la pandemia.

Los empresarios más importantes del país no dejaron pasar la oportunidad que les brinda el encuentro de AEA para expresarse, una vez más, contra cualquier tipo de contribución solidaria que pueda significar un aporte a la sociedad en tiempos de crisis.

Desde el hotel Sheraton rechazaron la propuesta de pagar un impuesto que contribuya a paliar la difícil situación económica que atraviesa el país y en el que más del 40% de la población se encuentra debajo de la línea de pobreza.

 

La desigualdad crece en el mundo

 

El proyecto del Ejecutivo pretende que el Impuesto a la Renta Inesperada lo paguen grandes empresas con ganancias de más de mil millones de pesos, que además exhiban un margen de ganancias superior al 10% o un aumento del margen de ganancias en relación al año anterior de al menos 20%.

Existen leyes similares en distintas partes del mundo. De hecho, la aparición de la pandemia de covid-19 generó un debate en relación del sistema impositivo en todo el mundo que alcanza a las empresas más grandes.

Cabe destacar que en el Foro de Davos, celebrado en el mes de mayo, los participantes advirtieron acerca del crecimiento desproporcionado de la desigualdad entre ricos y pobres a nivel mundial.

De la cumbre, en la que se reúnen los principales líderes empresariales, los referentes políticos internacionales más destacados, así como periodistas e intelectuales selectos, a efectos de analizar los problemas más apremiantes que afronta el mundo; se desprendió un impactante informe elaborado por la Oxfam 

El informe de Oxfam devela que los magnates se enriquecieron 65% en dos años. Un crecimiento de esta magnitud les habría llevado décadas, si no fuese por la oportunidad que les dio la crisis provocada por la pandemia del covid-19.

Las ganancias de los grandes empresarios llegaron a registros de 20 millones de dólares de ganancia diarios, y la concentración se volvió un oprobio. Mientras que un puñado de magnates concentraba el 4% del PBI mundial en el 2000, en 2021, llegaron a concentrar el 14%.

La contracara de este fenómeno desatado por la crisis mundial, es la pobreza que crece a ritmos imparables: un millón de nuevos pobres al día que se concentran en las regiones más desfavorecidas del planeta.

 

Italia y Reino Unido implementaron impuestos similares

 

Mientras que en Argentina los grandes empresarios ponen a trabajar toda una maquinaria de «periodistas» y políticos para frenar el impuesto, en otras partes del mundo, la propuesta de pagar más impuestos surge, en muchos casos, por iniciativa propia de los magnates.

El colectivo Multimillonarios por la Humanidad planteó recientemente la necesidad de que los que mas tienen paguen mayores impuestos. Según una nota publicada por la BBC recientemente, los miembros de este selecto club, aseguraron que «vivir disfrutando de grandes sumas de dinero y la seguridad que esto aporta sin contribuir a la sociedad está mal».

En 2021 los ministros de Finanzas del G7 -que agrupa a Canadá, Estados Unidos, Japón, Francia, Alemania, Italia y Reino Unido- alcanzaron un acuerdo para fijar las bases de un nuevo sistema fiscal internacional, mediante la instauración de un impuesto mínimo global del 15% para las grandes corporaciones multinacionales.

De hecho, el Fondo Monetario Internacional (FMI) también respaldó la creación de un aumento de los impuestos sobre el “exceso” de las ganancias de las empresas, tal como propone el Gobierno argentino.

En el marco de la reunión boreal del FMI y el Banco Mundial, el organismo presentó un documento en que asegura que instrumentos como el del Impuesto a la Renta Inesperada puede ser utilizado en forma temporal para paliar situaciones de crisis.

Entre los países que implementaron un impuesto similar al que se quiere aplicar a las grandes fortunas en el país, se destaca el caso de Italia.

El impuesto a la renta inesperada se aprobó en 2022 y es aplicable a las empresas energéticas.

El gobierno italiano espera recaudar 4000 millones de euros mediante este mecanismo impositivo. El mismo, se aplica a las empresas que hayan aumentado sus ganancias entre octubre del 2021 y marzo del 2022, al menos en 5 millones de euros. Se les aplica una tasa del 10% pero que se podría elevar a niveles de hasta 25%.

Otro de los casos  testigo, es el del Reino Unido. El primer ministro Boris Johnson anunció que buscará gravar la renta inesperada con una tasa del 25% a las compañías energéticas productoras de gas y petróleo.

De este modo, el gobierno británico espera recaudar 6300 millones de dólares que se destinarán a subsidiar a 8 millones de hogares.

 

Quiénes pagarían en Argentina

 

El Impuesto a la Renta Inesperada se cobraría como una sobrealícuota del Impuesto a las Ganancias de las sociedades de capital aplicable al ejercicio fiscal 2022.

El proyecto prevé que alcanzará exclusivamente a las empresas con una ganancia neta imponible (o ganancia contable) superior a los 1.000 millones de pesos.

Para que el impuesto se cobre, esa ganancia neta deberá haber subido en términos reales y, al mismo tiempo, deberán haberse cumplido una de las siguientes dos condiciones. La primera es que el margen de ganancia (o sea la ganancia contable sobre ingresos) en 2022 sea superior al 10%. La segunda, que el aumento del margen de ganancia de este año en relación al 2021 sea de al menos 20%.

La alícuota que se aplicará sobre la renta inesperada será del 15%.

Es decir, se cobrará ese porcentaje sobre la ganancia neta imponible que sea mayor a la de 2021 una vez descontado el efecto de los precios.

La vigencia de la medida será por el ejercicio fiscal 2022 y la aplicación de la medida será para las empresas que cumplan las condiciones definidas al publicarse sus balances una vez que se apruebe la Ley en el Congreso.

 

El proyecto de Ley fue justificado con fundamentos por el Gobierno.

 

Desde el Ministerio de Economía demostraron que hay empresas que se favorecen con el alza de los precios internacionales debido al conflicto bélico y, en consecuencia, tienen la posibilidad de vender sus productos a precios más altos; obteniendo así una ganancia extraordinaria que no proviene de mejoras en la productividad, de más inversiones ni de más producción, sino simplemente de la coyuntura del mercado.

Por ello consideran necesario establecer “un mecanismo para reducir esta dinámica de concentración de la riqueza en pocas manos es través de una alícuota a la renta inesperada que permite gravar las ganancias extraordinarias producto de la guerra y darle más recursos al Estado Nacional y a las provincias para redistribuir”.

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