Enfermeros y enfermeras de hospitales públicos porteños fueron reprimidos durante una vigilia y movilización frente a la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires.
La protesta tenía como objetivo exigir la inclusión de su actividad dentro del escalafón profesional de la salud, pero terminó con gases, palazos y denuncias por parte de los trabajadores.
Héctor Ortiz, dirigente de la agrupación Hospitales de la Ciudad, vinculada a ATE, denunció los hechos con dureza: "No sólo no se aprobó la inclusión de la carrera 6035, sino que vienen los golpes y la represión. La enfermería vive un momento desagradable". Además, criticó la aprobación de una ley alternativa promovida por el Gobierno de la Ciudad, la cual deja fuera a los enfermeros del reconocimiento como profesionales: "Es vergonzoso lo que está pasando en la Ciudad", enfatizó.
Desde la Asociación de Licenciadas en Enfermería (ALE) también se alzaron las voces de denuncia, señalando irregularidades en el tratamiento legislativo. "Hubo compra de votos para bloquear el proyecto", aseguraron en un comunicado. Además, calificaron como "fuerte operativo represivo" el despliegue policial, que incluyó gas pimienta y golpes a quienes reclamaban pacíficamente.
El trasfondo del conflicto
La protesta, impulsada por ATE, incluyó un paro de 24 horas que abarcó tanto hospitales públicos como Centros de Salud y Acción Comunitaria (CeSAC). Los enfermeros exigen el tratamiento inmediato de la inclusión de su actividad en la ley 6035, que regula la carrera profesional de la salud. También demandan igualdad en la carga horaria con otros trabajadores del sector y un salario equivalente al 90% de la categoría de ingreso profesional.
Entre los puntos rechazados por el oficialismo porteño, el proyecto contemplaba beneficios específicos para el sector, como el "2x1" por el trabajo realizado durante la pandemia, reconocimiento de insalubridad en áreas críticas, y mejoras en las condiciones de guardia. ATE, por su parte, exige además la eliminación de la "evaluación por desempeño punitiva" y que se respete la incorporación de los enfermeros dentro de estructuras profesionales.
“Una política de exclusión”
Ortiz fue contundente al criticar la postura del gobierno: "Se aprobó una ley inventada por el Gobierno de la Ciudad, en la cual no nos incluyen como profesionales ni nos pagan como tales". El dirigente resaltó que la falta de reconocimiento profundiza la precarización de un sector clave para la salud pública.
Las tensiones por este conflicto reflejan el malestar creciente entre los trabajadores de la salud, quienes consideran que las autoridades no solo desoyen sus demandas, sino que además buscan debilitar su lucha con acciones represivas. Mientras tanto, los enfermeros y enfermeras de la Ciudad prometen no abandonar su reclamo por derechos laborales básicos y reconocimiento profesional.
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