El francés que demolió Carrefour y ahora intenta reconstruir desde la política

El CEO llegó de París para hacer el ajuste en la cadena. Logró que el gremio le reconozca muñeca y relaciones, defiende el salvataje del Estado y busca terminar el año del colapso sin pérdidas. 

“Me cuesta decir que es bueno, porque vino y rajó un montón de gente, pero algo tiene”, cuentan desde el Sindicato de Empleados de Comercio cuando se les pregunta por Rami Baitieh. Es que el francés que llegó de París para poner en marcha un ajuste en Carrefour, en el marco de un Proceso Preventivo de Crisis (PPC), empezó a surfear el malestar con algunas acciones directas. La más reciente, logró que lo dejaran entrar a una reunión con los empleados de la sucursal Warnes, la más importante que en Capital y una de las que estaba en riesgo de cierre. “Quiero que trabajemos juntos, sabemos que la situación es complicada”, les dijo hace unos días a algunos de los 110 empleados directos que trabajan en un local de 8.000 metros cuadrados y que en 2017 perdió 47 millones de pesos. A priori, los trabajadores entendieron, pero sobre todo se entusiasmaron con una nueva instancia de diálogo inédita.

Nunca en la gestión del ex CEO, Daniel Fernández, habían sido consideradas las bases. Baitieh intenta ordenar ese frente en un escenario de internas entre el titular del gremio, Armando Cavalieri, y el bando opositor, encabezado por Ramón Muerza. Y juega a dos puntas. Luego de verse con los empleados de Warnes, que responden a la oposición, se reunió al menos en dos ocasiones con el propio Cavalieri.

hoy nos visitó el presidente de @carrefourarg Rami Baithie con quien nos propusimos poner todo el esfierzo y trabajar en equipo psra evitar el cierre de nuestra tienda, agradecemos ésta oportunidad y estoy seguro lograremos el objetivo . pic.twitter.com/CkZ5AOBx02

— mario amado (@amadomario) 15 de diciembre de 2018

La tienda de Warnes es para el galo un desafío desde el punto de vista del negocio. Está en el puesto 45 entre 90 sucursales en nivel de ventas, pero paradójicamente es la que más dinero pierde.

Sus pares, por fuera de la visión de los trabajadores, aún lo observan como a un “indescifrable”. Cuentan que, en general, la cadena suele tener ese perfil de CEO. Poco claro y reservado en los datos. Baitieh, con un perfil más atento a lo personal, no le escapa a esa lógica. “Quiero premiar el esfuerzo de la gente”, dijo hace poco en una reunión interna en la que se discutía el bono de fin de año. Carrefour, que inició el año en crisis y fue salvada por el Estado, pagó un plus interno de 4.700 pesos que varía en el interior. Y, además, cumplió con las dos cuotas de 2.500 del bono que aprobó por decreto el Gobierno.

La consultora Nielsen asegura que luego del crack, que se explica en problemas de management y en la crisis del consumo, Carrefour empezó a repuntar y a ganar participación de mercado. El que más lo padeció fue Cencosud, el grupo chileno que atraviesa serios problemas económicos y que ya ostenta tres balances en rojo.

Baitieh, que comandó el achique que derivó en despidos, suspensiones y cierres de locales, defiende con uñas y dientes el PPC y asegura que no es tan serio como se vendió. Los números no lo avalan. Pero cree el CEO que el centro, desde la crisis, deben ser los precios y el cliente. Arrancaron con políticas agresivas y algunas mutaciones a mayoristas en algunas tiendas, como los casos de Villa Tesei, San Justo y, en el futuro corto, la propia Warnes.

La última obsesión de Baitieh es que en un 2018 negro para el consumo, la empresa zafe y termine el año empatado. Para eso, sostiene, los número de diciembre son clave.

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