Hablar de licencias es hablar de cuidados mientras la población, en gran parte del planeta, envejece

Hablar de licencias es hablar de cuidados mientras la población, en gran parte del planeta, envejece

Nunca se había llegado tan lejos en el Congreso si de proyectos de licencias por paternidad, adopción y discapacidad hablamos: hace años que se vienen presentando diversos tipos de normativas, aunque ninguna hasta ahora prosperó. Sin embargo, esta semana en la Comisión de Legislación del Trabajo (CLT) avanza una propuesta oficial que podría beneficiar a los trabajadores.

Por: Pablo Maradei.

La idea es crear un Sistema Integral de Políticas de Cuidado, que se traducirá en la ampliación de la licencia por maternidad, de persona gestante por la que pasaría a ser de 120 días y la de no gestante (padres) a 90 días. La idea es llegar a esa extensión de 90 días a lo largo de 8 años. 

Pero hay más: la idea, también, es extender esas licencias a monotributistas y trabajadores informales ya que, en este caso, esos francos los abonará el Estado. 

Las licencias también alcanzarán a aquellos que estén proceso de adopción como así también a progenitores de niños con discapacidad; ambas deudas muy añejas como la de que hoy por hoy al papá le dan por nacimiento solamente dos días.

Hablar de licencias es hablar de cuidados; y aunque más arriba referimos a nacimientos, la población, en gran parte del planeta, envejece. Con ese horizonte, en su Centenario, que se cumplió en el 2019, la OIT (Organización Internacional del Trabajo) destacó que «la economía del cuidado es uno de los sectores más relevantes de cara al futuro (…) y que actualmente estas tareas se caracterizan por la falta de beneficios y protecciones, bajos salarios, o nula compensación, un marcado sesgo de género y el riesgo de sufrir daños físicos o mentales; o hasta abuso sexual». 

En números de la OIT; en Argentina, casi 3 millones de mujeres trabajan en los sectores del cuidado; y de ese total, 9 de cada 10 realizan estas tareas sin remuneración y dedican el doble de tiempo que los varones. Y nuestro país va camino a tener en los próximos 15 años un 40% de la población por encima de los 60 años.

Siendo el tema de las licencias una deuda pendiente en el mundo del trabajo local, InfoGremiales entrevistó a Fabio Quetglas, Diputado Nacional por la Unión Cívica Radical y Vicepresidente de la CLT.

En un momento de lanzamientos de plataformas política anti-derechos, esta semana se presentaron varios proyectos respecto a licencias laborales que tuvieron aceptación, después de años de no prosperar…

Existen 54 proyectos porque el universo de la economía del cuidado es un universo muy amplio: y la realidad-socio laboral argentina es muy amplia entre sector público, privado, grandes y pequeñas empresas; formalidad e informalidad, y varios etcéteras más. En ese sentido, el primer paso que ha dado la comisión es poner foco para dar una respuesta a una demanda que está vinculada a la «sensibilidad» por el registro humanitario significativo; «responsabilidad» porque estamos en una situación de debilidad financiera del Estado y también de las medianas y pequeñas empresas. Y «equidad» en el tratamiento de situaciones diferenciales.   

Claramente nuestra legislación atrasa…

Sí. Es un verdadero atraso de la legislación argentina. Hay tres grandes núcleos en los que orbitan los proyectos. No hay lugar a seguir sosteniendo que la adopción no se equipara a la maternidad o paternidad biológica. La licencia por paternidad de la que habla la Ley de Contrato de Trabajo, de solamente dos días, es de otro tiempo y de cuando se cumplían otros roles. Solo pensá si la mujer tuvo cesárea, recién a los 10 u 12 días le sacan los puntos por lo que ni cuenta con su pareja para ayudarla. El tercer punto es el de que hay que también generar equidad en el tema discapacidad

Muchas veces se intentó avanzar en estas modificaciones, principalmente la de la paternidad. Lo único que me cabe pensar es que no se pudo por un lobby empresario…

Mas o menos y no lo creo tan así; pero voy a decir lo que pienso. Nosotros tenemos una legislación laboral que sufrió modificaciones en los noventas, pero su espíritu es de los setentas de cuando fue creada; y por lo tanto hablamos de una época de hegemonía tecnológica industrialista de escala. Es decir que el legislador tenía en la cabeza cuando la escribió la mirada hacia la empresa grande industrial con más de 500 trabajadores.

Más allá del diseño de trabajo sexista, la realidad hoy, bajo la enorme dispersión de la morfología empresaria argentina, el 70% de los trabajadores formales argentinos está en empresas que tienen menos de 20 trabajadores. Imaginate en una Pyme de 5 trabajadores que uno se tome una licencia; eso más que un problema de costos, es un problema organizacional el que se genera porque: ¿cómo lo reemplazás? No es Ford que tiene cientos de empleos. Por eso que hay que legislar bien para que sea bien gestionado este tema en micro-empresas. 

Por eso no es el lobby empresarial, sino la moroflogía actual; y entonces al momento de legislar hay que tener un enorme cuidado para que funcione bien la compatibilidad entre el cuidado y la función productiva. 

Con vistas al fenómeno Milei, pareciera que todo lo que son derechos van a estar condicionados si llegara a ganar. En ese sentido, ¿estos proyectos son tratados, en principio, con bastante éxito antes de pensar en dejarlo para más adelante y que nunca vayan a prosperar?

Esa perspectiva de abolicionismo estatal no es un fenómeno argentino; estamos ante un momento de enorme agotamiento de la visión burocrática de la política y del Estado céntrico. Esta es una parte del debate que intentamos dar en la Comisión. Te doy un ejemplo bien conflictual que tiene que ver con el tema de la violencia en el que hay dos visiones. Ante una persona violentada, como sociedad tenemos que protegerla, pero quizás una licencia por violencia baja la contratabilidad de las mujeres.   

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